【XVI Gentileza 】

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Haytham estaba alegremente caminando conmigo llevando una chaqueta que había comprado para William usando mi tarjeta, y que planeaba darle cuando bajara del avión y se reuniera con nosotros. Me parecía un gesto muy adorable, Haytham tenía un cariño y calidez reservada solo para los niños y que no daba de buenas a primeras a los adultos de su alrededor. Tenía el agrado de decir que quizás yo era quien más recibía ese honor.- Y por supuesto, no me molestaba que usara mi dinero, yo no sabía que hacer con el de todos modos, aunque William vendría con su chaqueta, una prenda siempre era un buen regalo en mi opinión

— Me parece si, James, que pedirle a William que tomara un avión para venir pudo ser demasiado para un pequeño — Opino mientras andábamos.

— Comprendo tu visión, pero William es muy disciplinado, y Andrew vino con el, esta muy bien. Solo debemos encontrarnos a tiempo — Le respondí, entendiendo, pero Andrew tenía mi confianza absoluta, y sabia que cuidaba y siempre cuidaría bien a mi hijo.

Con esa certeza, fui a la puerta de recepción, seguido por Haytham. Había tanta gente que sentí de nuevo un vértigo, pero me concentré solamente en encontrar a William. Su vuelo ya había aterrizado, el debía estar por allí.

Haytham me dio la chaqueta de repente.

— Iré por algunos bocadillos, ya vuelvo — Aviso y desapareció entre la gente, dejándome perplejo.

— No te pierdas... — Alcance apenas a prevenirle, y voltee de nuevo, buscando. Tras el accidente ocurrido, las cosas habían pasado muy rápidamente en dos días, y ya no había rastro alguno del caos, aunque una parte del aeropuerto seguía cerrada mientras se reparaban daños, la Corporación se había encargado de cubrir todo y que las cosas siguieran funcionando. Pero mi miedo no radicaba en que se vieran balas en las paredes, sino en los insurgentes mismos.

Ya no sentía nada como un sitio seguro, y quizás el traer a William acá era para tenerlo a mi vista, donde podía protegerlo... No como paso con Liam...

Deje ir un pesado suspiro... No podía estar siempre pensando en eso, ni mucho menos estar paranoico con mi hijo en frente.

La calma era necesaria para el orden.

Repitiéndome que debía relajarme, comencé a buscar, hasta que mi celular vibró, viendo que Andrew me llamaba.

— ¿Andrew? — Respondí al instante.

Señor, ya estamos en la zona de entrada, ¿Donde está? — Me hablo preguntando de inmediato, y yo mire al rededor buscándole.

— Ahí también, no puedo verles —

Iremos a una cafetería, podríamos encontrarnos allí, el seño- ¡William! — Lo escuché llamar de repente a mi hijo, y sentí su voz en el aire. Baje el celular y mire al rededor de inmediato viendo el tumulto de personas y maletas.

— ¿Andrew? ¿Que pasa? — Volví a hablarle por el celular.

El señorito dijo que lo vio y salió corriendo, lo estoy siguiendo — Me respondió rápido y mi corazón dio un salto.

— Oh no — Corte la llamada para concentrarme y busqué rápidamente, quedándome quieto en el lugar por si de verdad William me había visto, entonces vendría hacia mí.

Voltee a todos lados, mi corazón latiendo más y más rápido, nervioso, y sentí vértigo al segundo. No podía perderseme por allí.

No podía ser. Apreté los puños y sentí un calor en la cara cuando se ralentizó todo y miré a mi alrededor atentamente, revisando rostro por rostro, hasta que lo vi.

William estaba de pie entre la gente, mirando a un hombre que se había agachado a su altura, hablándole. Me tense al verlo bien. Las botas, la ropa, el bolso que cargaba. Era exactamente mi mayor temor. Parecía ser Henry.

Patrick Elgart, el Cazador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora