【XIII: Conversaciones】

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Esa mañana podría haberme muerto con solo abrir los ojos. Apenas miré el techo de mi habitación me congelé realizando que me había quedado dormido.
Mire alrededor viendo la ventana aún abierta, y la bala que había caído del techo aun en el suelo. Seguía con la ropa del día anterior y me dolía la muñeca.

Me senté rápidamente en la cama y revisé mi mano, descubriendo una marca por el agarre de Henry cuando... Le apunté en la cara y casi dispare.

- Casi dispare... - Sentí vacío al decir eso. No sabía si estaba feliz por no haber matado a Henry, o si estaba más bien infeliz por eso, y el mero hecho de tener esa duda me causó un dolor en las sienes. Apreté los labios y hundí el rostro en las almohadas, ahogando un grito. No quería pensar en eso.. Mejor olvidarlo.

Fingir que no había pasado. Si lo ignoraba no existía... había paz.

Inspire hondo y me levanté, sintiéndome asqueroso de andar con la misma ropa del día anterior, pero mis piernas temblaban ligeramente, sin sostener bien mi peso, y mi mente parecía difusa e incapaz de concentrarse del todo en el mero acto de caminar. Llegué al baño afirmándome del lavamanos, y observando mi expresión en el espejo, encontrándome con mis ojos angustiados.

— ¿Por qué traté de matarlo? ... — Me pregunté a mi mismo, sintiéndome muy confundido. — Él es un insurgente... — Era mi enemigo... Apreté las manos cerrando los ojos. No pude evitar lanzar un grito frustrado. ¿Cuando mi vida?.. No.. ¿Cuando YO me había vuelto un desastre?! Ese no era mi ser.

Era James Lee... de la poderosa familia Lee, los primeros Cazadores de la Corporación, y yo estaba siendo amigo de un insurgente.

De repente me di cuenta que ni siquiera sabía del todo que querían los insurgentes, y sin duda no sabía que quería Henry—. No. Eso no era cierto. El si había dicho e insinuado algunas cosas, como volverme a su bando...
De repente observé mi reflejo nuevamente, sintiéndome un desconocido para mi mismo. No había podido dispararle a Horvart. Una parte de mí lo sabía, la otra se refugiaba en que la bala había sido desviada.

Los ojos de mi reflejo me miraban de una manera escéptica, y un ligero brillo dorado los recorrió y delante vi mi rostro formar una calma sonrisa.

— ¡AH! — Retrocedí de golpe por la impresión. Yo no había hecho esa mueca.


En ese momento sonó la puerta y apareció Elgart en mi habitación, asomándose al baño.

— ¡Hey! Estás despierto, pensaba si aparecerías para almorzar — Dijo tranquilamente, pero a mi me corrió un escalofrió y lo mire fijamente. No sé con qué expresión, porque retrocedió un poco. — Hum... ¿No dormiste bien?... — preguntó observando mi cara.

Mi corazón latía a mil, y las sienes me palpitaban. Sentía todo en cámara lenta y cerré los ojos tapando los oídos.

Había un molesto ruido que me tensaba pero aunque me tapaba las orejas no lograba aislarlo, y sentía más aire del necesario en mi pecho al punto que me dolieron las costillas por la fuerza con la que estaba respirando. Abrí los ojos de nuevo, observando mi reflejo nuevamente en el espejo, el cual pareció correr la vista con molestia. La sangre se dreno de mi rostro mirando esa expresión en mi rostro tan ajeno en ese instante, cuando la visión fue bloqueada por el cruce de una persona con un jersey negro.

Patrick me tomó de los hombros.

— James, vuelve — Su voz me sacó de esa suerte de trance y parpadee volviendo en mi mismo.

— .... Ah, Elgart, ¿cuando llegaste? — Enfoque la vista y el se aparto mirándome con un aire profundamente extrañado.

— ¿Qué te ocurre?.. Has estado actuando muy extraño. Sé que debes sentirte quizás algo abatido por todo lo que ha estado pasando. Las misiones han sido difíciles, pero lo has hecho muy bien. No te presiones demasiado — Me dijo bajando un poco la cabeza, atento, muy atento por lo visto a mis reacciones.

Patrick Elgart, el Cazador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora