Revisé la pistola por enésima vez, encerrado en mi habitación.
La discusión sobre la disposición y estrategia de esa noche había sido acalorada, y Haytham se había desentendido de toda orden para salir por su cuenta, causando bastante revuelo entre los cazadores alemanes, nada acostumbrados a esa clase de insubordinación.
Suspiré.
Era mi amigo, pero Hache podía ser una persona tan complicada...Tomé en una mano el abrigo que solía usar, y en el otro la chaqueta negra que me había regalado Henry.
La había mandado a arreglar y reforzar un poco, favor que Angus, el científico que trabajaba en mi nuevo traje, había cumplido de forma excelente. La di vuelta en mi mano y dejé el abrigo, colocándome esa chaqueta larga.Sonreí.
Era muy cómoda. Daba gusto usarla. Me estire un poco, probándola. Estaba perfecta. Con una prueba final, termine colocándome la mochilita. Sin duda era un sustituto maravilloso y perfecto para ese abrigo, que ahora me horrorizaba la idea de ponerme, con lo pesado que era.
Salí del cuarto y me dirigí al centro de operaciones. Los pasillos bullían de actividad a un nivel que me sorprendía. En el día daba la impresión de que no había nadie con vida allí, aparte de los científicos y algún que otro cazador, pero en la noche...
La cantidad de gente era impactante.Los cazadores se iban moviendo de un lado a otro, dirigiéndose al centro médico o al de municiones para prepararse. Iban en grupos, escuchando a sus capitanes o repasando estrategias entre ellos.
Casi me dio algo de vergüenza pensar en la actitud que habían tenido mis compañeros... Y Haytham.Inspire hondo y seguí andando con seguridad. Tenía mi vista fija en el frente, y no era ajeno a que era el centro de las miradas. Era molesto ver cómo los alemanes clavaban sus ojos fríamente en mi, midiendome y analizando mi posición.
Al fin, llegué a la puerta que buscaba y entré.La mayoría de Capitanes y Maestros debían estar allí. Miré mi reloj. No llegaba tarde, es más, me sobraban unos quince minutos a la hora indicada, así que me deslice a mi asiento en silencio, ignorando las frases en alemán que llegaban hasta mi.
Escribí rápidamente un mensaje de texto a Patrick, deseando saber de Haytham, pero el Lobo no me respondió. Ojalá estuviesen en los puestos de salida, sin pelearse con nadie, y tranquilos. Quería confiar en que la presencia del tranquilo Dyer los mantendría quietos.
Pero a decir verdad, ya no me fiaba.
Suspiré con resignación y revisé otra vez mis cinchas... En ese instante sentí una mirada sobre mí y alcé la vista. Uno de esos Cazadores se acercaba a mi, con la misma expresión de análisis que había visto en todos los otros.— Tu... James Lee, bienvenido a Berlín — Dijo en un inglés algo... Rústico, y extendió una mano.
Me puse de pié, aceptando su saludo con calma.— Un placer, pero yo no sé su nombre — Sonreí, poniendo mis manos a la espalda tras saludar. El se cruzó de brazos, en una actitud que me pareció extrañamente dominante e irritable.
— Amadeus Wolf — Sonrió ampliamente, en una mueca tan helada que me pudo haber resfriado allí mismo. Claro, Wolf, la familia principal de Alemania por parte de la Corporación. Sonreí.
Rivalidades familiares.
— Ya veo, eres del grupo que se encargó que los Jaeger tomarán tanto terreno — Reí. La verdad es que no era mi estilo tratar así a la gente, pero quizás su actitud, y la compañía de Hemingway y Elgart estaban surtiendo efecto en mi.
Su mirada se oscureció profundamente, y supe que me había hecho un enemigo. Mantuve mi calma y lo ignoré. Habría sido muy incómodo si no hubiese llegado otro cazador en mi auxilio.
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Patrick Elgart, el Cazador.
Action"Si la Corporación lo ordena, debes cumplir. Rectitud, obediencia, control... Estos son los valores que son necesarios para que el gran Objetivo sea cumplido" James Lee ha nacido dentro de la Corporación como parte de una poderosa familia de Cazador...