Capítulo 24

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Busan

Sungmin acababa de cortar la llamada de Sangin, nuevamente habían peleado, esta vez por teléfono. Recordaba cuándo comenzó a salir con él, no es que fuera algo muy lejano. Fue una cita común, aceptó sin objetar nada. Su hijo estaba creciendo y todos esos años intentó darle una familia estable, cuando una de sus citas lo golpeó a él y a su hijo puso fin a sus relaciones por un tiempo, temiendo que otro intentara hacer lo mismo y hacerle daño a Hyun, pero por fortuna no fue así. Sangin fue muy atento las primeras semanas, pero pese a todo Sungmin no lo quería, todo era conformismo, y lo sabía.

Tal vez debía dejar esa relación atrás, no cambiaría nada si lo dejaba.

Sungmin miró el reloj, faltaba poco para las once de la noche. Debía dormir, había sido un día agotador. Todos dormían ya, los chicos se habían acostado a las nueve y media, y Heechul y Siwon no estaban, habían aprovechado el tiempo para salir y cenar mientras Min cuidaba a Hyun y Bon. Cuando caminaba hacia su recámara escuchó el sonido de un mensaje en su celular, el cual descansaba en el buró de su cama.

Después de tomarlo se tiró en el colchón y leyó con atención.

“Cuando regrese voy a robarte un millón de besos, prepárate”.

Era de Kyuhyun. Sungmin apretó los labios y frunció el ceño, ¿quién se creía ese idiota, Chris Hemsworth? Se sonrojó. Ese estúpido de Kyuhyun se atrevía a jugarle esas bromas, Min no terminaba de entender cómo es que un hombre casado podía estarle mandando ese tipo de mensajes, pues estaba claro que no era libre y para colmo estaba en un viaje con su esposo.

—Maldito infiel.

                                 ***


Dos días después, Sungmin y Hyunmin hacían las maletas para volver a Busan. Había aceptado la oferta de la editorial, aunque no era definitivo, solo si el próximo libro vendía bien, pero debido al sorpresivo trabajo con Kyuhyun, debía regresar. Necesitaba hacer algunos arreglos en casa antes de volver a Seúl, además, también debían encontrar una casa o un departamento en la ciudad, no podían seguir viviendo con Heechul las semanas que durara escribir el libro de Kyu.

—¿Quieres que vaya buscando opciones? Sabes que puedo hacerlo con gusto —dijo Hee mientras subían las maletas al auto.

—Te lo agradecería mucho, Hee.

—Genial, como pago deberás llamar al sexy Max Changmin y acordar una cita. —Le guiñó un ojo.

—Sabes que no, es amigo de Kyuhyun. No quiero tener que verlo toda mi vida. Bastante tengo con que sea un cantante reconocido y tener que ver su cara en televisión —comentó mientras subía la última maleta al taxi.

—¡Necesitas un hombre de verdad! No ese Sangin y su pelo ridículo —gritó desesperado—. Dime, ¿hace cuánto no lo haces? Sé que eres una persona independiente, pero salir a cenar y acostarte con hombres no le hace daño a nadie.

Min no dijo nada. Puede que Heechul tuviera razón, pero Sungmin era demasiado conservador. Salir con hombres solo por sexo no estaría en sus planes jamás.

—Gracias por todo, Heechul. Te llamaré cuando lleguemos.

—Siento no poder acompañarlos. Pero no puedo posponerlo, ya sabes, trabajo —le dio un abrazo a Sungmin. Justo después Hyunmin salió de la casa acompañado de Bon.

Sungmin y su hijo llegaron esa misma tarde a Busan. Para suerte de Hyunmin, Sanguijuela no fue a recogerlos, así que ambos volvieron en un taxi hasta casa. Lo primero que vio Sungmin al estacionarse el auto fueron las luces encendidas ¿Había olvidado apagarlas? No, estaba seguro que las apagó.

Pagó al taxi y decidió entrar.

—Hyun, espérame aquí —le dijo mientras caminaba hacia la casa. Atravesó el jardín y sacó las llaves.

No necesitó usarla. Giró la perilla de la puerta y esta abrió. El corazón de Sungmin se agitó, alguien había entrado. Empujó la puerta, no había nadie en el pasillo, siguió avanzando con cautela, miró rápido hacia el comedor y la sala, nada, entró a la cocina y todo parecía normal. Subió por la escalera hacia las recámaras, la de Hyunmin estaba intacta, completamente ordenada, tampoco había nadie en su baño, pero al ir a la suya tuvo que tapar su boca para no gritar. Su habitación estaba hecha un desastre. La cama deshecha, libros regados por el piso, los floreros destrozados, la ropa esparcida y varios papeles revueltos. Tomando valor inspeccionó su baño. Nada.

Miró entonces el pequeño cofre donde guardaba las fotos que le había enseñado a su hijo la noche de su cumpleaños. El álbum de música de Kyuhyun estaba ahí, pero las fotos no. Un nudo se formó en su garganta, temeroso corrió hacia afuera en busca de Hyun. Lo encontró en el mismo sitio esperando con aire preocupado.

—Papá, ¿qué pasa?

—No entres, iremos a casa de Sangin.

—¿Qué?, ¿pero por qué? —preguntó en desacuerdo.

Sungmin estaba bastante confundido y asustado ¿Quién había entrado a su casa y había robado precisamente las fotos? No parecía que hubieran robado dinero o cosas valiosas, solo las fotos, fotos que solo probaban que conoció a Cho Kyuhyun, solo eso, ¿para qué las querría consigo?

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Hola, chicos!! ☺ Voy a publicar otro capítulo en un rato más 💕 solo no me dejen vacío este, por fa 🙏

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