Capítulo 56

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Enfrentamiento

—Vamos, salgan de ahí —mostró su mano para ayudar a Nam a salir del auto, seguido de Hyunmin. Finalmente sacaron a Kibum, quien no tardó en despertar.

—¿Está muerto, señor Dragón? —preguntó Nam, viendo el cuerpo de su captor en la calle con heridas de bala.

—No, al señor Kyuhyun no le conviene perder más testigos. Por suerte tenemos a dos. —Todos miraron en dirección al auto, el conductor parecía desmayado luego de chocar contra el muro—. Y llámame Hankyung, joven Nam.

Un auto se estacionó frente a ellos. Kyuhyun y Sungmin salieron de él, así que ambos chicos corrieron hacia ellos, abrazándolos mientras sollozaban. Sungmin sentía un fuerte dolor en el pecho, por un momento había creído lo peor. Cuando recibieron esa llamada del guardaespaldas de Hyun, creyó que lo perdía todo. Su hijo, la persona que más amaba en el mundo estaba en manos de ese hombre. No podía pensar en más que eso. Ahora que podía abrazarlo agradecía que no le hubiera pasado nada.

—Papá —Sungmin besó su rostro una y otra vez.

—Estás bien ¡Oh, Hyun, creí que...!

—No llores, no me pasó nada. Nam y su tío también están bien. —Sungmin miró a Jongnam quien seguía abrazado de Kyuhyun.

El chico se soltó y fue directo a los brazos de Sungmin. Hyun entonces aceptó el abrazo afectuoso de Kyuhyun, que sin poder retener más sus sentimientos, acumuló un vasto camino de lágrimas de sus ojos a sus mejillas.

—¿Pueden llevarme con mis padres? —pidió Nam hipando.

—Claro, cariño. Ellos ya vienen en camino.

Kyuhyun se acercó al hombre tirado en el asfalto que se quejaba del dolor por los dos disparos que tenía en sus piernas. Apretó los puños, había herido a sus hijos, pues aunque Jongnam no era en realidad su hijo, lo quería como uno. Intentó contenerse para no golpearlo en ese momento.

—Llama a una ambulancia. Lo necesitamos vivo —pidió a Hankyung.

—Sí, señor —tomó su celular, pero antes de marcar dirigió a Kyuhyun unas palabras—. Lo tiene, el señor Kim no tiene escapatoria, esta vez va a hundirlo. La policía no tardará.

—Bien. Esperen a la policía. Vayan al hospital para que los revisen, avisa a Yesung y Ryeowook que los verán allá. Cuídalos. Yo tengo que enfrentarme a ese cobarde oportunista —miró en dirección a la casa, Kim no tenía salida esta vez.

***

—¡¿Estás loco?! ¿Piensas que voy a dejar que entres a esa casa? —Sungmin lo miró con enojo mientras apuntaba hacia la mansión Kim—. Deja a la policía hacer su trabajo.

—Tengo que ponerle fin de una vez por todas, me encargaré que de no vuelva a lastimarlos —respondió Kyuhyun con determinación.

Prefería ser él, a que lastimara a alguno de su familia, no podía permitir que Kim les hiciera daño a Sungmin y a Hyun. Había sido testigo todos esos años de las locuras de Kim, necesitaba hacer algo para pararlo y solo había dos caminos. Intentaría por todos los medios detenerlo sin ser lastimado, pero si no podía lograrlo al menos se llevaría a ese viejo con él a la tumba, de esa manera Sungmin y su hijo podrían vivir sin amenazas, sin esconderse.

—No, no vayas. Kyuhyun, por favor...

—Nada va a pasarme, seré cuidadoso —¿Por qué se sentía tan mal? Kyuhyun sabía que le estaba mintiendo y en el fondo también Sungmin.

3 Kilos 200 gramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora