Capítulo 3

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CORREGIDO, PUEDE SER QUE HAYA COSAS EN ESTE CAPÍTULO QUE NO CONCUERDEN EN EL RESTO DE LA HISTORIA, PIDO DISCULPAS CON ANTICIPACIÓN, CORRIJO A MI VELOCIDAD Y MANERA. SALUDOS.

"No me robes"

Una semana después

¿Era difícil crecer en una familia de doctores y maestros durante generaciones? Claro que lo era, y más cuando estudias en una escuela de arte y además de eso, te especializas en teatro.

Cuando le notifique a mi abuela de esto, creí que moriría ya que su reacción fue casi de infarto, gran parte de mis dotes actorales salen de esa mujer.

"Te crié con valores, enseñándote la belleza y la necesidad de las ciencias y nos sale con esto, ¿qué sigue?" su voz aguda y la inútil frase se aparecen más seguido de lo que deseo en mis pensamientos y afectan todo lo que hago, la familia y el qué dirán afectan más de lo que parece, aunque, ¿qué tanto sentido tendrían las ciencias si no existiese el arte? Ningún sentido, claro que no tendrían sentido.

Y como si el destino supiese que tenía que recordar la desagradable frase de Nana a cada segundo, hoy sería la primer clase de teatro que tendríamos y la tormenta de culpa aparecía junto con ella. Estaba tan ansiosa que quedaría calva si seguía cepillando mi crespo cabello, pero con algo debía liberar todo esto, gracias a Dios está mojado, sino me vería como esas graciosas pelucas de los 80's.

La gastada camiseta negra de The Rolling Stones y una pollera de jean tejana con las botas negras de Alex debían de ser las únicas prendas que me salvarían del extraño clima de Colorado en estas épocas. No hace frío, tampoco calor, pero si crees que está fresco, hace mucho calor como para eso, odio el clima en este lugar, es tan inoportuno.

Mientras terminaba de formar bien mis rizos el celular no dejaba de sonar, lo había ignorado ya varias veces pero esta persona padecía de desesperación imparable. Cuando por fin decido acercarme, algo en mí quedó en blanco.

Llamada entrante Matthew móvil.

¿Qué carajos? Se supone que entro a trabajar en seis horas o siete recién.

—¿Ho... hola? —pregunté dudosa.

¿Acaso se había equivocado?

—Dios, gracias a Dios que respondiste. —Hizo una pausa y unos gritos llenaron la línea—. Necesito de ti, ahora.

Alejé el teléfono de mi y largué aire por la nariz, que morbo que diga esas cosas, son las siete de la mañana y tengo una imaginación sexual más activa que cualquier persona en el mundo a esta hora; —¿Sucedió algo?

—Los niños tienen una reunión de padres en la guardería y yo no puedo ir, tengo una reunión ahora mismo en la empresa. —Un grito de Tommy cortó su monólogo—. Necesito que vayas por mí, yo te llevo y luego te doy dinero para el taxi así regresas a clases, lo que sea pero es urgente.

Ni siquiera sabía que la Escuela de Arte quedaba al lado de la guardería, o sea, tal vez no sabe que voy a la Escuela de Arte, tal vez piensa que estoy en la Universidad o que no soy tan fracasada como para tener veinte años y rodearme de adolescentes adictos al sexo. Que tris...

—¿Anna? —preguntó ansioso.

Hay dos opciones, la primera es decir que sí, liberarme de matemáticas y divertirme en un lugar lleno de niños, la segunda, es decir que no, hacer que me odie y tener clase de matemáticas. Creo que hay un claro ganador en esta batalla.

—Por supuesto, en unos minutos estoy ahí —dije nerviosa y algo ansiosa.

—¡Sí! —dijo con entusiasmo— gracias, de verdad, eres la mejor.

Babysitter || COMPLETA Y EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora