Capítulo 27

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II

—Hola cariño —dije de forma dulce cuando por fin Matt regresó al teléfono, hablar con los niños había mejorado mi tarde drásticamente. 

—Están tan felices —dijo Matt, contento— aún así ¿notaste lo mucho que te extrañamos? Todo sería mejor si estuvieras aquí…

—Tal vez, pero así también es mejor —dije intentando distraerlo. 

Matt resopló enojado. Le cuesta entender que por más que queramos estar todos los días juntos, los niños merecen de él a un cien y aunque se los da, estemos juntos o no, prefiero que les de un ciento-uno. 

—¿Cómo es eso de que volviste a tu casa? Falta menos de una noche para Navidad —preguntó Matt, curioso. 

—No te lo vas a creer —dije entusiasmada, al fin le largaba el chisme— la alarma de mi casa se activó porque estaba super, pero super sensible y Dios, un poco de nieve la hizo chillar horrible y me llamaron de todas partes y me tengo que quedar esta noche ya que las quitaron para revisarlas y mañana las ponen. 

—¿Estás sola? ¿Sola en tu casa sin alarmas? —dijo preocupado. Bebé. 

—Pues sí —dije tonteando— hoy será el último día que hables conmigo —dije burlona. 

—¿Te crees graciosa? 

—Miedoso. 

—¿De que alguien entre y le haga algo a mi novia estando a kilómetros de distancia? Sí, tengo mucho miedo —dijo rápido. Casi sin pensar. Dios. Uso la palabra ¡novia! Sí ¡sí! 

—No pasará nada tonto —dije contenta, pero seria— está todo muy asegurado. Además, voy a estar alerta. 

—Te acompañaré toda la noche si es necesario. 

—¿En serio? 

—En serio —prometió Matt— pero antes debo dormir a los niños. ¿Serás capaz de sobrevivir veinte minutos sin mi? 

—Es difícil sobrevivir veinte minutos sin mi novio, pero trataré. 

—Más te vale —dijo travieso— cuídate, hablamos en un ratito. 

—Chao. 

Tengo el mejor novio del mundo, definitivamente, sin duda alguna. Y lo extraño tanto. Extraño su olor, sus manos, como me toca, cuando me dice nena y cuando se pone cachondo. Me encanta. Simplemente Matt, me encanta

Bajé a la cocina a hacerme una de esas sopas instantáneas. No es muy navideño que digamos pero tampoco soy mi madre y puedo hacerme un estofado… mmm… un estofado. 

Una sopa instantánea, dos cervezas y un baño calientito, me encontraba en la cama ansiosa esperando la llamada de Matt. Sé que los niños tardan en dormirse. Pero esto ya es demasiado tiempo después y puedo jurar que a esta altura, Matt está en un profundo sueño.

¿Debería de llamarlo? No quiero verme pesada. Dos horas más tarde, después de ver El seductor caí dormida sobre mi almohada de oso. 

Algo vibraba. Demasiado. Pero son las cuatro y cuarto ¿quien llama a las cuatro y cuarto? Tomé el móvil del suelo y para mi sorpresa, la cara de Matt estaba sonando. Detrás del mensaje de (6) llamada(s) perdida(s). 

—¿Te desperté? —dijo ronco. Una vez que respondí.

—Y si ¿no ves que te-te respondí? —dije burlona. Que fea mi voz cuando me despiertan en mitad del sueño. 

—Es que hace unas ¿ocho llamadas? También habías respondido y tu respuesta fue "shuajadrajdad" y tiraste el móvil —dijo Matt, riéndose. Dios. Qué bochorno. Qué vergüenza. ¿Shuajadrajdad? ¿En serio? 

Babysitter || COMPLETA Y EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora