Capítulo 15

11.9K 684 96
                                    

“Hermanos”

Se sentía tan raro.

Sentía algo como cosquillas, hormigas o una presión en el abdomen, no sabía como describirlo o como sentirme, pero no se sentía mal.

La noche estaba más fría de lo común y en el único lugar que encontraba calor era en el centro de mi cama. Cerré los ojos e intenté apartar mis pensamientos de Matt, hoy había tenido suficiente de él y no me quitaría el sueño, bastante con que me quitó el apetito.

22:34, duermete Analía, duermete.

Desperté asustada y agitada, otra vez la incómoda sensación de que me iba a caer.

22:37, ni cinco minutos seguidos de sueño, genial.

Me enterré más en mi cama y me puse boca arriba, tenía que resolver lo que me pasaba con Matt. Cerré los ojos y la lista de razones por las cuales no debía pensar en Matt comenzó a formarse.

—Vecino, jefe, padre soltero… —recité en voz baja— nada que te convenga Analía, deja de armarte cuentitos.

Apreté los ojos y un pequeño recuerdo de Matt sin camiseta vino a mí. No se veía mal, para nada mal. Me gustaba el contraste que los pantalones negros le daban a su abdomen, siempre que estaba sin camiseta estaba en pantalones negros, o toalla. La bendita toalla de los primeros días. ¿Se vería tan bien desnudo o simplemente se veía bien sin camiseta?

La misma presión que sentía en mi pecho, poco a poco fue bajando. Cuando llegó a mi pelvis no quería que se detuviera, me gustaba el calor, la presión que se sentía ahí.

Esto no está bien pensé mientras metía la mano izquierda dentro de mi ropa interior. No, no estaba bien, pero lo necesitaba hacer, quería mantener ese calor y solo pensar en cómo se veía Matt sin camiseta no era suficiente. Deslicé mi mano hasta llegar a la zona más húmeda, se sentía tan bien y mejor aún si pensaba en Matt mientras lo tocaba, era la suma perfecta. El calor se repartió y comenzó a recorrer todo mi cuerpo, esto lo único que hacía era incitar a que siguiera masajeandome. Las continuas imágenes de Matt en mi mente lo único que hicieron fue darme fuerza para llevar mi tacto aún más lejos, aún más profundo. Hundí el dedo medio con fuerza y no le di fin al movimiento, se sentía tan rico. Era innecesario pensar lo que estaba haciendo, me estaba masturbando, lo estaba haciendo pensando en él y no quería detenerme, quería más, quería que Matt lo hiciera. Quería a Matt.
Mordí con fuerza la manta y aguante el gemido que estaba por salir de mí al terminar. Había sido fabuloso.

Tardé en quitar mi mano de la ropa interior, no quería oler, ver o sentir lo empapado que habían quedado mis dedos, me daba mucho asco.

Me paré casi en un salto y corrí de puntitas de pie hacia la ducha, me sentía muy asquerosa. Me metí dentro y cerré la cortina mientras que prendía el agua, no iba a tocarme estando así de sucia, así que la poca ropa que llevaba se mojaría conmigo hasta que mis dedos se enjuaguen lo suficiente y pueda quitarla. Después de ya unos minutos logré quitarme todo y ponerme la gorra de baño. Aunque intentara pensar en lo que había hecho, nada me hacía sentir tan mal como para arrepentirme de hacerlo o cosas así, me sentía liberada de Matt, ya no estaba tan fuerte en mi… mente.

—Permiso —dijo Alex entrando de imprevisto— me orino.

Me reí ante su comentario y el fuerte y asqueroso ruido superó al de la ducha, parecían grifos abiertos al máximo, hombres.

—¿Que haces duchandote a las once de la noche? —dijo casi gritando.

Mierda ¿era sospechoso que lo hiciera? ¿Alex me había escuchado? Madre mía ¡Alex me había escuchado! Tranquila Anna, piensa en algo, en algo bueno. Pensé algo nerviosa.

Babysitter || COMPLETA Y EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora