Capítulo 40

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"Familia"

Mi familia me abandona.

No se como no caer en un pozo de tristeza sin fin. Son mi familia.

Mamá lleva llorando dos días seguido, Alex me hizo una hermosa carta y decidimos dejar nuestra guerra de lado y papá, no sé que voy a hacer sin él.

De camino al aeropuerto mamá no paró de llorar ni por un segundo y eso me hará llorar aún más a mi.

—¿Estás segura? —dijo Alex— podemos quedarnos, hay buenas universidades cerca, yo puedo ir en...

—Alex, te costó mucho entrar a esa maldita Universidad, estoy muy segura de que quiero que vayas —dije intentando no llorar. Mi hermano me abrazó fuerte y se quedó ahí. No quiero que se vayan. Odio mi casa cuando está vacía. Ni siquiera sé vivir sin ellos.

—¿Irás a vernos el mes que viene? —preguntó por vez mil, mamá.

—Si mamá, ¿ustedes vendrán en navidad? —pregunté, por vez mil.

—En navidad, año nuevo, reyes, pascuas, tu cumpleaños y 4 de julio —respondió segura. Volviendo a llorar.

—¡Qué suerte que no fui a la Universidad! —dije mirando a mi madre llorar— seguro te volvías mi compañera de cuarto.

—¡No le des ideas! —dijo mi padre riendo. Haciéndonos reír a todos. Realmente los voy a extrañar.

—No te embaraces —susurró Alex— no quiero ser reemplazado tan rápido.

Abracé aún más fuerte a mi hermano y una pequeña chispa de duda entró a mi, ¿dónde está mi menstruación?

Cuando llegamos al aeropuerto, ya que fuimos con dos horas de antelación decidimos tomar nuestro último desayuno juntos hasta dentro de un mes. Es difícil. Muy. Pero es por su bien y me pone feliz. Además, ya es hora de que me vuelva una adulta y me preocupe por cosas de adultos. O no.

—¿Qué harás con la casa al final? —preguntó papá.

—No lo sé —dije sincera— no quiero irme muy lejos de ahí, así que por ahora viviré ahí hasta que encuentre algo cerca y pequeño.

—No tienes que irte cariño —dijo mamá— es tu casa. Pero sé lo poco que te gusta y el dinero de la casa no te vendría nada mal.

—¿Por qué no vives con Matt? —dijo Alex. Lo miré atónita rápidamente. Los hermanos no dejan de ser hermanos ni aunque se vayan a la otra punta del país.

—Escuché que la señora que vive a tres casas se mudará a un asilo y seguramente la pongan en venta... —dije intentando distraer la conversación.

—¿Por qué no vives con Matt? —preguntó papá, curioso— ¿terminaron?

Mierda.

—No —dije rápido. En realidad no lo sé, pero creo que no— es más fácil vivir cada uno por su lado.

Papá, no muy convencido de mi respuesta, desvió la charla a lo mucho que desea estar en su nueva casa en la playa. Gracias.

Besé y abracé tanto a mi familia que creo voy a desmayarme. Fueron demasiadas emociones juntas. Amo a mi familia y esta etapa que entra es muy compleja. Sé que no estoy sola, tengo a Scott, Matt, incluso Lucy volvió a ponerse en contacto con nosotros. Pero ellos no son mi familia.

Contenta con mi nueva camioneta, de lo cual me pregunto por qué dejarme una casa y una camioneta, salí a estrenarla. No soy mala conduciendo, pero tampoco muy buena. Me saqué la libreta con ¿dieciocho años? Tengo veintiuno, en un mes veintidós y conduje menos de diez veces. Pero el camino a casa es recto, sin muchas vueltas y hoy es sábado, todo está sumamente tranquilo.

Me trepé a mi nueva camioneta. Es tan linda. Encendí la radio y comencé con mi tranquilo viaje.

Matt y los niños me esperan en su casa, no quieren que pase sola el primer día así que decidieron acompañarme y la verdad lo agradezco. Hoy no iré al bar. No tengo ni una gota de ánimo.

Las cosas con Matt mejoraron. Gran parte en mi dice que no, que lo mejor es apartarme pero otra quiere que siga ahí. Me siento feliz. Y no es sólo él. Hay tres niños de por medio. Tres personitas que cambiaron por completo mi vida y eso me llena. Mi familia ya está lejos, sí, y tal vez la familia de Matt no sea la mía. Pero ser parte de ese vínculo me hace feliz.

—¿En serio no te gustan los mariscos? —dijo Matt mientras cocinaba.

—Son lo más asqueroso del mundo —confesé.

—No puedes decir eso —dijo y se movió hasta la nevera, que bien le queda la ropa de verano— la comida que proviene del agua es deliciosa.

—Solo el pescado —dije concentrado en su espalda— y cocido, nada de sushi ni esas cosas.

—Cuando éramos chicos —relató Matt, mientras cocinaba los trozos de pollo— mi tata iba a pescar todos los domingos. Al mudarnos aquí, no tenía dónde hacerlo. Así que un día tomó sus cosas, encendió el auto, y desapareció todo el fin de semana. Cuando volvió, traía con él una trucha enorme.

—¿Nunca te preguntaste sobre tus padres? —pregunté repentinamente.

Matt quedó en silencio, pero no silencio del tenso, simplemente silencio.

—Sí, los he visto varias veces —dijo y volteó hacia mí por el arroz— pero nunca me parecieron relevantes.

—¿Cómo pueden aparecer en la vida de sus hijos después de abandonarlos? —pregunté retóricamente.

—Pregúntale a Pamela, seguro sabe responderte —dijo Matt, de forma seca— aunque no me sorprende. Los cobardes siempre se arrepienten.

Me paré y fui donde Matt, confieso, me da un poco de pena toda la situación que está viviendo, es ya un poco repetitivo para él y seguro no quería que sus hijos sufrieran lo que él. Pero no están solos, tienen un papá que además de cocinar rico, se ve bien en ropa de playa ¿qué más se puede pedir?

El almuerzo fue sumamente divertido. Hoy hace extrañamente mucho calor. Falta para la primavera pero hoy hace calor. Así que los niños planearon jugar en la tina con agua. No es un mal plan, agua tibia, todos se bañan y bien sabemos lo rico que van a dormir después de jugar durante horas en el agua.

—Son agotadores —dijo Matt volviendo del cuarto. Son las siete y ya están dormidos. Si tenemos suerte no se despertaran a media noche a los gritos.

—Verlos jugar me dio sueño —confesé desde la cocina.

—¿Siesta? —dijo Matt, tirándose en el sofá. Me acerqué rápidamente a él y me hizo un espacio a su lado. Sin pensarlo dos veces lo tomé y acomode en su pecho. Estoy agotada. Feliz. Exhausta y extasiada.

—Matt —dije después de un rato. Matt hizo un ruido con la boca, no sé si ya se durmió, quiere que me calle o hable— te amo.

***

Aló!! Vi que les gustó mucho el capítulo de Matt pero tengo cosas para decirles:

1. La historia está llegando a su fin: a ver, NO SERÁ PRONTO, pero tampoco falta mucho. No se asusten, ni me odien. 

2. Una vez la historia sea etiquetada como completa, entrará en edición. Así que es muy seguro que haya partes en borrador, nuevos capítulos y partes. Me gustaría que no sacaran la historia de la biblioteca aunque haya finalizado para que no se pierdan estos cambios. 

3. Pueden leerme en mis otras dos historias. Ayer estaba leyendo La fuente de los deseos y ¡que gran historia! En estos días estaré editandola, pero realmente, recomiendo esa historia y no, no es porque sea mía, sino porque es fantástica y merece más reconocimiento. 

Espero les haya gustado, las leo! Sé que siempre hay lectores fantasmas, pero, pueden por favor regalarme su voto? Ayudan mucho a la historia! Y estamos hablando de casi el triple de vistas que en votos... son muchas, y su ayuda me viene genial! 

Comenten, voten y compartan si les gusto!! Saludos

Babysitter || COMPLETA Y EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora