Babysitter || COMPLETA Y EN EDICIÓN.

Capítulo 13

"Sophie"

Odio los lunes y más si vienen con cruda de la mano.

La fiesta de Jessica fue la mejor de este año, pero no soy una Universitaria e ir a clase bebida no es lo mío y mucho menos tomar sabiendo que es domingo, lo hago con más ganas.

El frío se estaba apoderando de todo Colorado haciendo que mis ganas de ir a clase se esfumen inmediatamente, la cama estaba tan calentita que levantarme no era una opción. Tomé la ropa que mamá había dejado para mí sobre los pies de la cama y me encaminé al baño con poca gana.
Quité las pocas prendas que traía y me tiré a la ducha de agua hirviendo, este era el paraíso.

Veinte minutos después tenía el pelo limpio y empapado. Me vestí con la ropa que dejó mamá fingiendo que no era un pijama en realidad. ¿Lo dejo aquí por qué supuso que en la noche me cambiaría o era lo que planeaba darme para usar? Si fuese la primer opción, con suerte me quité los zapatos así que ponerme el pijama para noche fue un detalle bastante inútil, en cambio, para ir a la Escuela estaba perfecto, lástima que tendría que usar las viejas Vans. Al ver el reloj y notar que eran casi las ocho y que tenía un afro por secar decidí quedarme en el cómodo outfit de pijama y comencé a secar mi pelo antes de que Matt se pusiese como loco y comenzaran las llamadas.

Luego de un zumo de naranja y el pelo húmedo ya que me rehusaba a usar el secador y hacerlo a mano con una toalla no era mucho estaba lista.
Me puse una chaqueta y salí para encontrarme con un sol aturdidor y el helado viento que crearon un instantáneo dolor de cabeza, más un Matt hablando a un tono bastante elevado. Acercarme fue un reto ya que llevaba los ojos apretados por la dolorosa luz pero lo logré con éxito y mareo.

—Hoy viajaremos con el pordiosero Anna niños. —Bromeó Matt al tenerme bastante cerca.

Medio sonreí y fui a mi lugar en el auto. Por primera vez en la vida quería que los niños viajasen callados, en serio no aguantaría un viaje con voces agudas pinchando mis tímpanos o una pelea por el lado de la ventana. Aunque se veían tan tiernos en sus abrigos que si gritaban era capaz de perdonarlos por tanta perfección, pero prefería que no hablaran.
Matt se montó en la camioneta y al cerrar la puerta frotó sus manos, en verdad estaba frío para estar en Septiembre aunque, era Colorado, el frío no es algo que podamos evitar.

—Papi tengo frío —dijo Tabs.

Matt subió completamente las ventanas y encendió la calefacción. En cualquier momento caería desmayada, el calor y el dolor de cabeza no son amigos.

—¿Cruda? —Preguntó Matt poniéndose en marcha.

Asentí con los ojos cerrados ya que la dulce luz solar estaba en todo mi puto rostro. Tiré mi cuerpo sobre el asiento e intenté relajarme un poco.

Sentí plástico frío en la cara y desperté alterada. Al notar que veía todo en un tono más oscuro mi corazón saltó. Sentí una mano sobre mi pierna y al mirar pude notar a Matt riéndose, maldito.

—Lo que llevas son gafas de sol —dijo Matt riendo—. Y te dormiste menos de un minuto en menos de un minuto.

En verdad soy bastante idiota.

—¿Puedes quedarte hoy con los niños o estás muy mal? —dijo mientras buscaba algo en la guantera—. Toma, Tris tiene agua en su vaso-señaló con la mirada a la silla de bebé

Tomé la pastilla que Matt me dio y le robé lentamente el vaso a Tris, si este me veía seguro tendría sus cuerdas vocales en mis tímpanos.

Tener que tragar eso era una lucha, me da pánico la idea de morirme ahogada con una de estas. Junté fuerzas y tragué la maldita pastilla rezando no atragantarme.