Capítulo 51

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Me desperté. ¿me desperté? ¡sí! ¡estoy despierta! Aunque no los escucho, los veo, todos sentados mirando el televisor, veo mi mano y siento como se mueve. Sí ¡me desperté! Un pitido, leve y lejano comenzó a sentirse, era desesperante. Como cuando te hundes mucho en una piscina y la presión tapa tus oídos, pero estos se van liberando a medida que subes, solo que permanecía así. Sacudí mi mano, todo mi cuerpo estaba dormido y no me imagino los calambres que voy a comenzar a sentir.

—¿Anna? —sentí de lejos, y bajito. Subí la mirada y mi hermano, con cara de susto, se acercó a mi. De pronto, el pitido desapareció y el ruido me invadió. Dios, era preferible no escuchar nada. Mi familia corrió sobre mí, todos estaban aquí.

—¡Anna! —exclamó mamá, mientras lloraba y me abrazaba.

—No me aplasten —logré decir, algo afónica.

—Cariño —dijo papá, mientras lloraba— ¡estás aquí!

Sonreí al verlos. Aunque admito que estoy un poco confundida aún. No veo nada con nitidez. Vaya a saber uno cuantos días estuve dormida.

—¿Cómo estás? —preguntó Alex, desde los pies de la cama. La verdad agradezco que no me haya avasallado— llamaré al doctor, esto es increíble.

—¿Cómo estás cariño? —preguntó papá, sin despegarse de mi.

—Viva —respondí rápido— y cansada.

—Es normal —comentó mamá— es muy normal con to...

—¡No puedo creerlo! —exclamó alguien, cuando subí la mirada era un doctor bastante joven con cara de shock— esto es sorprendente.

Lo miré confundida, no se quien es.

—Anna, soy el doctor Abraham —dijo mientras se acercaba— eres el caso más sorprendente que he tratado en mi vida.

¿Tan así? ¿me trasplantó el cerebro?

—¿Cuánto crees que dormiste? —preguntó el doc, divertido.

—¿Una semana? ¿diez días? —pregunté-afirmé.

Mi familia sonrió y el doctor soltó una risita.

—Anna... estuviste tres meses en coma —dijo rápido el doctor.

No puedo creerlo. Tres meses en coma, ¿en serio? Eso es demasiado tiempo, no se siente como si hubiese estado tres meses en coma. Ni siquiera me siento como si hubiese pasado más de una semana. Esto es espantoso.

—¿Cómo que tres meses? —dije confundida. Quiero llorar, esto se siente horrible, mi familia perdió tres meses de su vida. Yo perdí tres meses de mi vida. Me perdí el cumpleaños de los niños, las vacaciones, todo.

—Suele suceder en los traumas graves —explicó el doctor— con el golpe que te diste y la sangre, es común que hayas entrado en coma. Lo que no es común es que hayas despertado. Así que te llevaré a hacer algunos estudios, ¿te parece?

No entiendo nada. Nadie explica nada, todos me miran, como si tuviese un mono colgando de mi cara. Pero nadie me explica absolutamente nada y eso es incómodo, es raro y sobre todas las cosas, preocupantes. No recuerdo lo que pasó. Ni siquiera sé por qué estoy aquí.

—Como usted diga doc —dije amable.

Pasé toda mi tarde metida en máquinas, muchísimas personas saludándome, sé quienes son porque trabajaban con mamá, pero que molesto. Nadie me explica nada, ni siquiera me preguntan "¿oye Anna recuerdas algo?" o "¿te sientes bien?" Dan asco, sé que están felices, pero yo no, no entiendo nada y de verdad ¿después de un trauma de este tipo debería estar tan feliz? ¿acaso fue rescatando a un grupo de niños ciegos y me tiré frente a un camión? Estoy en silla de ruedas, tengo una pierna con yesos, un montón de vendas en el vientre y pecho, un brazo lleno de varillas y oh Dios, no vi mi cara, pero seguro se me cae un ojo o estoy medio ciega.

—Despertaste después de tres meses, eso es un milagro —dijo un chico que me llevaba en silla de ruedas por el hospital.

—¿Oh si? Eso es magnífico —dije, con poco interés.

—Nadie puede decirte lo que sucedió —contó rápidamente— creéme, estuve en tu lugar, recordarlo por tu cuenta será lo mejor que te pueda suceder, así que no te enojes con todo el mundo, y sí, es magnífico.

Vaya día de mierda. Ahora un enfermero lee mi mente, o estaré hablando para afuera y estoy medio sorda. Que mal humor da volver a la vida.

—¿Cómo estás? —preguntó mamá, una vez que volví a la habitación.

—Muriéndome de hambre —dije rápido— ¿no se supone que tenía que estar conectada a una sonda que me alimente?

—Ayer tuvieron que sacarte todas las sondas porque comenzaste a toser —dijo mamá, ayudándome a subir a la cama— y estabas lastimándote. Tal vez hoy puedas comer una sopa o gelatina.

—Quiero pollo —respondí— una buena pata de pollo con miel y mostaza.

Todos comenzaron a reír, qué malos, vuelvo de la muerte y me reciben con gelatina.

—Espera a ver que dice el doctor —dijo papá, acercándose a mí.

Pasamos el resto de la tarde charlando, por lo visto me perdí varios acontecimientos en la familia, como el que mi hermano perdió su beca por quedarse y mamá en un acto de desesperación casi queda calva. Que bien que me desperté del coma.

Matt trabaja hasta tarde, dice mamá que viene todos los días aunque no sea la semana en la que se tenga que quedar y que de todos, es el que peor está y no me extraña, con lo drama queen que es. Soy el hombre de esa relación, claramente.

—¿Cuándo llega el doc? —le pregunté a la enfermera.

—Está en cirugía, se complicó un poco, pero le diré que lo buscas, ¿tienes hambre?

La miré emocionada y asentí rápidamente.

—Te puedo ofrecer hielo —dijo, riéndose de mi.

—Que crueles que son en este hospital —dije bromeando— quiero hielo y morfina, me están matando de hambre y duele.

—¿Anna? —sentí desde la puerta. ¡Era Matt! Dios, ¡es Matt!

—Hola —dije feliz, mirándolo.

Corrió hacia mí a abrazarme y todo por fin se sintió bien.

***

Chiquiiis estamos acercándonos al final :( y bueno de eso hablaremos luego.

Quiero agradecerles, la historia estuvo (o está) hace una semana en el puesto 270 en romance, y capaz que no es nada, pero estamos hablando de los primeros puestos de una categoría con MILES de historia. Eso fue gracias a ustedes.

Las leo y escribo luego, gracias. 

Babysitter || COMPLETA Y EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora