Babysitter || COMPLETA Y EN EDICIÓN.

Capítulo 5

"Sorpresa"

—¿¡Te vio en tetas!? —gritó fuertemente Amy— ¡hija de tu puta madre! ¡que perra!

Le pegue un codazo bastante fuerte, agradezco que recién eran las ocho de la mañana y los que estaban en clase ni siquiera voltearon a vernos.

—Eres la ama —dijo Lucy— quiero ser como tú, mi jefe siquiera me mira y eso que trabajamos en algo más sexy que cambiando pañales.

Lucy y Amy eran ese tipo de amigas que no se separaban ni opinaban diferente, cada cosa del mundo lo hacían juntas. Compartían todo: desde chicos hasta la ropa interior, nada las separaba y no tenían límite de nada, eran una sola y era de admirar. Yo solía tener eso con Scott, hasta que se tornó raro.

—Son tontas, en verdad —dije con un poco de bronca acumulada— no me vio las tetas, ni se las mostré. Simplemente llego a la casa y me le confundí con mi familia. —Hice una pausa—. Además, son unas exageradas, ya pasó fecha desde lo sucedido.

—Ay Anna —Amy se paro y se fue con su amiga para la mesa de delante—. Con lo potrazo que esta yo también lo haría.

Lucy asintió a las estúpidas palabras de su amiga y yo me incorporé en mi asiento esperando a mi compañero.
Matt no era un tipo feo, para nada, pero era mi jefe, mi vecino y amigo de la familia, antes de fijarme en alguien con tanto título prefería salir con Scott.

Hacer el camino en bicicleta era agotador, pero nunca más vendría con mamá, falta aún media hora de clase y estoy muriendo de sueño.
Apoyé la cabeza sobre la fría mesa e intente concentrar mis pensamientos en algo que me ayudara a olvidar el sueño, pero creo que fue imposible.

Sentí una calor en mi cintura y luego por mi estómago, lo que me hizo saltar de mi asiento.
Y sí, las carcajadas de Scott fueron al instante, poco a poco estaba comenzando a odiarlo.

—Si que eres tonto —dije mientras me sentaba— por no decir más.

Puso los ojos en blanco y beso mi mejilla, su pequeño rastro de barba picaba demasiado.

—Exageras demasiado. —Rodeo mis hombros con su brazo y se incorporó a la silla—. Aunque te veías muy tierna durmiendo, debía haberte dejado así ¿o no Amy?

Amy asintió como una tonta al voltear a vernos. Podía asegurar que todas babeaban por Scott, pero si lo conociesen tanto como yo, se guardarian la baba para otros pretendientes.
Cuando comencé en la Escuela fue el primero en acercarse y sus intenciones no fueron del todo morales, sino sexuales. Fui su meta durante casi cuatro años, cuando se rindió, una bonita amistad surgió entre nosotros pero es muy pesado aún. Las chicas que han pasado por él han quedado marcadas; no es un mal amante, pero sí un hombre distante. La descripción de un fuckboy le queda chica a tan ridículo chico. 
Su apariencia física había cambiado a lo largo del tiempo, de un cuerpo flaco y un poco fibroso pasó a unos músculos grandes y marcados, cubiertos de tatuajes y eso fue el mayor imán de mujeres, luego su actitud ególatra, su talento con la guitarra y su hermosa voz hicieron de este el tipo más alabado de la Escuela, ¿para mí? El único amigo que tenía. A ver, sí, me lo tiraría, no soy tonta, pero no es algo que desee hacer. No me llama tanto la atención.

Después de varios pensamientos sobre Scott y la aburrida introducción a la asignatura de la mano del señor Cooper pude concentrarme en Historias del Arte y podía asegurar que era la materia más mierda del año.

Mientras copiaba las unidades pude sentir otra vez la mano de Scott en mis caderas, cuando giro para verle estaba recostado sobre su silla muy sonriente.

Abrí mis ojos lo más que pude y quité su mano. Realmente me estaba molestando.

—¿Qué te pasa Anna? —Se enderezó y comenzó a mirarme.