Capítulo 42

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No viajo. De verdad. No soy fan de los aviones o trenes o cualquier cosa que implique velocidad y largas horas.

Pero es el cumpleaños de mi madre.

Encima, a mi miedo, hay que agregarle que viajo con tres niños y un adulto que resulta ser bastante inquieto con horas largas de viaje.

—¿Crees que le caeré bien? —preguntó Matt, por cuarta vez, desde los asientos delanteros.

—¿A mi abuela? —dije despreocupada, mirando a Tabs y Tris dormir— no es de mucha importancia si le caes mal, no es que me importe su opinión, pero sí, eres subdirector de una empresa.

Matt se acomodó de nuevo en su silla y no preguntó más nada. No sé si realmente está nervioso por mi abuela o viajar lo pone inquieto.

California es lindo, demasiado lindo aunque es un lugar para jubilados el sur de Los Ángeles.

—¿Hay playa? —preguntó Tommy, una vez nos estabilizamos en la recepción del aeropuerto.

—Sí —respondí contenta— aunque hace frío para meternos en el agua ahora.

—Yo aguanto —dijo Tommy, seguro.

—Nunca vine a Los Ángeles —dijo Matt, ansioso— ¿es como las vegas?

Lo miré divertida; —Hace como once años que no vengo. Pero por lo que recuerdo es muy aburrido.

Matt me miró serio; —Que amargada, podrías haberme mentido.

—Aunque hay algo muy divertido, si te portas bien, te llevo —dije mirándolo divertida.

—¿Y a nosotros? —dijo Tabs, se notaba abrumada por el vuelo y ya ha vomitado varias veces.

—Por supuesto —dije y me agaché— ¿estás mejor, quieres algo para beber?

Tabs asintió con la cabeza y Tommy pidió lo mismo que su hermana.

—¿Por qué no salimos y vemos si hay algún lugar donde podamos comer mientras esperamos a mis padres? —dije rápido.

Tomamos camino con nuestras valijas y niños, la verdad no eran tantas cosas, solo nos quedaremos unos días por el trabajo de Matt, pero al ser tantos todo se multiplica y debe de ser gracioso ver gente con aspecto de vacaciones en Mayo, falta un poco para el verano aún.

Almorzamos en un restaurante bastante caro pero rico y todos parecíamos como nuevos. Nos levantamos muy temprano para llegar para el cumpleaños de mi hermano, espero pueda venir y no me vea obligada a convivir con mi abuela durante tres días en la tensitud.

—¿Mamá? —dije respondiendo el teléfono.

—Estamos por llegar cariño, perdón, es que es miércoles y el tráfico está...

—Está bien, estamos en el restaurante de la vuelta, a una manzana del aeropuerto —dije rápido— ¿y mi hermano, ya llegó?

—Alex se supone que llega para la noche...

—Ah, está bien, nos vemos —dije y corté.

—Alex aún no llegó —dije mirando a Matt, quien jugaba con unos palitos con los niños.

—¿Y? —dijo Matt, sin mirarme.

—Eso significa que tendremos que soportar a mi abuela durante todo el día.

—¿Qué tan mal puede ser? —dijo Matt.

Después de casi dos horas de viaje en auto, estábamos en la linda casa en la playa y es más linda de lo que recuerdo.

El cuarto donde nos quedamos da directo a la playa, incluso con una puerta para poder salir y disfrutar aunque hoy está un poco frío, para mañana dieron temperaturas muy alta y quien dice que no podamos disfrutar un poco de la playa.

—¿Y tu abuela? —dijo Matt mientras desempacamos.

—No la invoques —dije cambiando a Tris, estaba bastante abrigado y no hacía tanto frío.

—Sabes que me estás asustando —dijo Matt, mirándome.

—Lo siento, pero si tú supieses lo que es entenderías lo que digo...

—Hola —dijo mi abuela, desde la puerta— veo que ya se están instalando, los espero abajo con la comida. No tarden.

Apenas se fue mi abuela, Matt me miró con cara de pánico y por un momento lo entendí.

—Ya me odia —dijo decepcionado.

—Si te odiara no te hubiese hablado —dije intentando consolarlo.

Terminamos de empacar y bajamos rápido a comer. Los niños estaban fascinados, es muy distinto a nuestra casa, todo suele ser más opaco y aquí solo hay luz, olor a playa y ruido de agua.

—Mañana podrán ir a la playa —le dijo papá a los niños— pero si quieren hoy podemos ir al parque de diversiones, ¿les parece?

—¿¡Hay parque de diversiones!? —dijo Tommy, eufórico.

—Con una rueda gigante —dijo papá, divertido.

—¿Qué hay para cenar? —le pregunté a mamá.

—No sé, la abuela cocina —dijo desde el sofá— ¿cómo has estado Matt?

—Oh bien —dijo nervioso— mucho trabajo, ¿usted?

—Oh cariño no me trates de usted —dijo y se acercó a Matt— aún estamos en licencia, un poco aburridos, estábamos deseando que llegara este día.

—Que bien, ya viven como jubilados —dije sentándome en el sofá.

—Alguien no está de humor —dijo papá, jugando con los niños.

—El almuerzo —gritó la abuela sargento desde la cocina.

Todos caminamos, en silencio, hacia la cocina. Todos estamos incómodos, es alguien realmente mala y cuando no es mala es... es simplemente ella.

Una linda mesa llena de comida nos esperaba. Parecía incluso la última cena.

Continuará...

****

Hola chicas!! como están? Extrañé un poco escribir.

La historia sigue!! Saludos. 

Babysitter || COMPLETA Y EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora