Capítulo 41

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Dormir con Matt es incómodo, muy incómodo. Y sobre todas las cosas, si dormimos en el sofá.

Los días de calor se están volviendo muy abusivos, de verdad. Y las vacaciones no están ni cerca. Por lo tanto, mis días se basan en disfrutar de un pseudo día de playa y en las noches morir de frío en el bar. Y esto de trabajar y cuidar niños es lo que hace más incómodo dormir. Porque apenas lo hago.

Pasó una semana desde que ¿volvimos? Con Matt y bueno, no hemos decidido mucho. Sigo cuidando a los niños algunos días, trabajo casi siete días a la semana, seis horas nocturnas que son como ¿doce? y apenas tengo fuerza para levantarme algunos días. Pero la casa no se mantiene sola.

—¿Hoy trabajas? —preguntó Matt mientras revolvía el guiso.

—Es sábado —respondí de manera obvia, recostada en la barra. Trabajo, pero no quiero.

—Ah, ¿temáticas? —respondió sin interés.

—Hoy es noche de cincuentones —dije divertida— ya me veo enamorada de un abuelo para cuando termine la noche.

Matt se rió; —Yo seré abuelo en algún momento, ¿no te sirve?

—No participaste de ninguna guerra ni nada emocionante aún...

—¡Un cincuentón tampoco! Me llevan tan solo veinte años... —respondió Matt, pensativo.

—Bueno pero si crisis económicas y aburridas historias que tendré que escuchar toda la noche mientras finjo que me importan e ignoro que me miran el culo para ganar un mísero sueldo para pagar las estúpidas cuentas de la mansión donde vivo —solté sin darme cuenta. Matt comenzó a reírse por lo bajo y no lo culpo. Mi vida es una tragicomedia.

—Si no fueses tan terca, podrías vivir con nosotros y no preocuparte por las cuentas de tu increíble mansión —dijo y se acercó a mí— y trabajar solo por el placer de hacerlo.

—¿Es un placer escuchar babosos toda la noche? —pregunté y levanté mi cabeza para mirarlo.

—No —dijo firme— pero como estás empecinada en seguir en ese bar, debes de verle el lado bueno a las cosas.

—Matt, no tengo alternativa —dije triste.

—¿Estudiar? —preguntó, volviendo a la olla.

—Nadie contrata a un estudiante de arte en trabajos más relevantes —dije rápido— además, hasta que no me estabilice económicamente no puedo pensar en mis estudios, apenas puedo con las cuentas.

Matt suspiró, sé lo que piensa, pero voy dos semanas sin mi familia. Debo afrontar la realidad de ser adulto.

Cenamos, acostamos a los niños y vimos menos de media hora de película. Irme no me gusta, pero es lo que debo hacer. Además, debe de ser extraño para los niños verme un día sí, un día no por las mañanas, pero debo trabajar.

El bar era una locura, siempre hay gente, pero hoy son casi el doble de población y me pone un poco caótica.

—Adivina qué —dijo Nicolás, acercándose a mí mientras arreglaba el micrófono.

—Qué —dije distraída.

—Tienes casi quince días de licencia —dijo alegre— tengo el dinero suficiente como para arreglar este basurero, así que mientras esté en reparación, eres libre.

—A veces te quiero —dije feliz. Al fin días de paz.

*****

Holaa, sí, estuve ausente, pero estuve con un montón de pruebas.

Les dejo este mini capítulo. Mañana subiré otros del largo habitual y también actualizaré las otras historias.

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Babysitter || COMPLETA Y EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora