Capítulo 43

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RECUERDEN PASAR POR EL CAPÍTULO ANTERIOR. ESTA ES LA SEGUNDA PARTE.

—Si que es aterradora —dijo Matt, mientras paseábamos por la playa— pero no es tan mala.

Lo miré, su rostro estaba lleno de paz; —No es tan mala —dije tranquila— pero simplemente no nos llevamos bien.

—¿Se puede saber por qué? —dijo Matt, mirando a los niños correr con mis padres.

—Para ella soy una basura —dije rápido— cuando mi abuelo murió, me culpó de todo, dijo que era mi culpa la decepción que sentía en ese momento, que cómo se murió sin ver a su única nieta triunfar en la vida. Tenía quince cuando mi abuelo murió, ni siquiera había tomado una decisión sobre qué quería estudiar o siquiera entendía qué era lo que estaba pasando. Y durante los siguientes cuatro años me torturó tanto con lo que hacía que un día no lo soporté más y explotamos. Ahí fue aún más hiriente y bueno, adiós relación.

Matt no dijo nada, simplemente me abrazó fuerte y eso fue suficiente.

—¿Cómo hacen tus padres para soportar la comida sin gusto? —dijo Matt, divertido.

—Oh, porque no has probado sus postres sin azúcar, leche, chocolate o cualquier cosa que define un postre.

Los niños se divirtieron como nunca en los juegos y para ser sincera, yo también aunque vomité un poco después de la rueda. Algodón de azucar, palomitas de maíz y mucha mucha Coca-Cola después estábamos en la casa, preparando globos para la llegada del pequeño Alex.

—Dijo que venía con alguien —comentó papá, inflando un globo.

—¿Chico o chica? —dije curiosa.

—¿Eso importa? —dijo mamá— bien sabemos que a Alex eso no le importa.

—¿Mi hermano es gay y nunca me di cuenta? —dije anonadada.

—Bisexual, y por lo visto, no —dijo papá, tranquilo.

—Que desatenta... —dijo Matt, riéndose de mi cara.

—Sólo espero que no sea alguien que tiene voz de pajari...

—¡Llegamos! —gritó mi hermano, abriendo la puerta. Todos nos acomodamos ansiosos y en silencio, para cuando llegó a la sala, una enorme bola de personas gritando "¡sorpresa!" Lo tomó literal, tanto que tiró todo y corrió a abrazar a mamá, luego a papá y me apretó tan fuerte que creí que me moría. Está gigante.

Había una chica con cara de tranquilidad y miedo demasiado parecida a ¿mi madre? saludando a todos de una manera muy cordial.

—Mi nombre es Alicia —dije abrazándome— ¿tú eres Anna? Tu hermano no para de hablar de ti.

—Espero que haya dicho solo cosas buenas —dije divertida.

—Oh por supuesto —respondió Alicia— de todas formas, los estudiantes de psicología sabemos sacar información, así que también puede que sepa cosas que no deba...

—Oh, ¿sabes que la hermana de mi nieto es mesera y que no se atreve a más, cómo su hermano? —dijo mi abuela, acercándose a nosotras.

—Oh sí, en realidad me contó de lo talentosa que es su hermana, ¿quién es tan capaz de tocar cinco instrumentos diferentes y también cantar? Definitivamente tienes que enseñarme, al menos algo —dijo Alicia, mi abuela se apartó enseguida y me sentí aliviada— mi padre es igual, tengo dos hermanos cirujanos y yo soy estudiante de psicología. A estas personas las matas con indiferencia.

Pasamos literalmente uno de los mejores días de mi vida. Fuimos a la playa, comimos torta de cumpleaños, sandía y pasamos el día escuchando historias de Universitarios que para mi sorpresa, son más interesantes de lo que creí y aunque mi abuela merodeó y molestó bastante, nada de eso nos afectó. Estamos felices.

—Te pediría matrimonio —dijo Matt una vez que dormimos a los niños— pero no tengo tanto dinero como para un anillo, una boda y una luna de miel.

—Podemos casarnos en Las Vegas.

—¿Quieres que nos case Elvis? —dijo riéndose.

—¿Por qué no? Y luego gastamos uno de mis sueldos en un casino y comemos tacos en algún lugar extraño.

—¿Te casarías conmigo? —dijo Matt, abrazándome por la espalda.

—Por supuesto, pero en Las Vegas.

Una vez en Colorado nuevamente y con todo el cansancio y tristeza de dejar la playa yo me sentía particularmente inspirada. Alicia es una gran chica y hablar con ella me ayudó muchísimo a inspirarme y saber lo que quiero. Y no, no quiero dedicar mi vida a trabajar por las noches en un bar. Quiero algo distinto, no sé que es, pero sé que no quiero eso. En algún momento quiero embarazarme y no puedo pretender que con el trabajo de Matt se paguen cuatro Universidades o cuatro seguros médicos. Tengo que estudiar, tengo que mejorar mi vida porque esto no lo quiero para mi, para los niños, para Matt y para mis futuros niños si es que aparecen. Que respecto a esto no se que tan lejos esté ese niño en aparecer.

He tenido vomitos, estoy comiendo un montón y mis senos se hincharon más de lo normal. Además de que estoy teniendo cambios hormonales muy extraños y no es que esto ya indique que estoy embarazada, pero todo indica que sí y tendría que asegurarme.

—¿Pasamos por una farmacia? —dije mientras Matt conducía. Sin preguntar, Matt se dirigió nuevamente a la avenida y en unos minutos ya estaba por allí.

Me bajé rápido del auto y corrí a la farmacia antes de que cerraran. Nunca compré un test de embarazo, ni siquiera sé como se usan.

—¿En qué te puedo ayudar? —dijo una chica, aburrida desde la caja.

—¿Tienes un test de embarazo? —dije insegura— el mejor que tengas.

La chica con cara divertida se fue en busca de mi pedido. ¿Tengo cara de payaso o qué?

—Te recomiendo llevar dos, por el falso negativo que suelen dar. Solo orinas sobre ellos y esperas —dijo, y me dio las dos cajas— ¿te felicito o te doy el pésame?

Sin saber que decir, pagué los test y me metí en el auto. No estoy asustada. Hay muchas posibilidades de que sea mi menstruación la que esté alterandome completamente. Pero si no lo es, no estoy lista para tener un hijo y no sé que haría.

Me subí rápido al auto, deje las cajas sobre el coche y me senté, sin mirar nada, sin pensar, me senté a respirar. Matt miró las cajas, tardó en darse cuenta que era y me miró. Su expresión no decía nada, pero dulcemente bajó su mano hacia mi pierna y arrancó el auto. Sé que pase lo que pase, no estoy sola.

***

Holaa, estuve muy ausente pero las cosas se complicaron.

El mundo está pasando por un momento muy caótico, esta pandemia cada vez se lleva más y más personas. Soy de Uruguay, en mi país no está tan mal la cosa pero en mis países vecinos los centros de salud están colapsando. Todos los días mueren personas y muchas más se enferman. Da miedo. Les pido que si no tienen necesidad de salir, no lo hagan y por favor cuiden a sus familiares que si salen porque tienen que hacerlo.

No soy creyente pero creo que en situaciones así creer y tener fé en que todo esto va a mejorar es lo que nos queda.

Como les comenté mi enfermedad empeoró bastante y sinceramente no es muy grave, pero me ha costado mucho tiempo yendo a los doctores y como uno de los síntomas es el cansancio adivinen qué, cuando no estudio estoy supermega dormida. Y por cierto, estoy por terminar las clases y estamos con pruebas finales y estoy a full con eso. Aunque como dije, extraño escribir.

Estoy escribiendo para mis otras historias también, espero verlas en la que estrené ya que la amarán! Y bueno, ni que hablar de La fuente de los Deseos.

Saludos!! Las leo, de verdad, si quieren comentar lo que sea las leo, este es un espacio para todas y así como yo les comento, ustedes también pueden comentar cosas.

Si les gustó espero voten, eso es de gran ayuda y ahora me vendría bien ver si les gustó para levantar ánimos! Comenten y compartan! Espero escribirles más en estos días

Babysitter || COMPLETA Y EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora