Capítulo 25

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MARATÓN 2/?

—¿Estás segura que no quieres ir cariño? —preguntó mamá, su cama es demasiado cómoda, en verdad.

—Estoy súper segura —respondí mientras veía como empacaba. Ir a pasar navidad a lo de mi abuela no entra en mis planes. No volví a su casa desde que mi abuelo murió y ella se alegró bastante por eso. Además, este año va Alex, el futuro de la familia según todos. Así que paso, rotundamente.

—¿Y qué harás? Estamos a diez. Volveremos para pasar nochevieja contigo pero es demasiado tiem…

—Mira, si no quieres volver para año nuevo no me molesta, ve a disfrutar —dije intentando no enfadarme— pasaré navidad con la familia de Scott al igual que año nuevo, aunque tal vez vayamos a celebrarlo a lo de Nicholas ya que su madre pasará con su pareja. En fin, está todo planeado y no tienen de qué preocuparse. Paso navidad con ellos desde los dieciocho.

—Anna…

—¿Qué?

Mi padre entró para avisar que su taxi había llegado y lo agradecí. Al fin se irían y podría enojarme en soledad. Acompañe a todos a la puerta y mi padre ofreció quedarse conmigo, como todos los años, pero sé que le gusta pasar navidad con mamá y sobre todo, pasarla juntos en California. Así que sería egoísta de mi parte reservarlo para mí aunque realmente quería que se quedara.

—Recuerda que tu padre te quiere más que a nada y nadie en este mundo —dijo papá mientras me abrazaba— cuídate. Te voy a extrañar muchísimo, princesa.

—Te amo, papá —dije aguantando las ganas de llorar. Es el mejor hombre en el mundo y de eso no hay duda alguna.

Despedirme de todos no fue fácil, nunca lo es, pero es lo correcto y más cuando yo tomé esa decisión. Prendí la tele, llené un vaso con cerveza y me acosté sobre el sofá. Sé que no pasaré sola, no al menos cuatro días antes de que Matt se marche para New York a pasar navidad con los niños. Ayer mientras charlabamos por texto me hizo una oferta tentadora pero debo respetar los momentos y este es uno que le corresponde a él y la triple T y claramente, no me incluye, así que me quedaré aquí, aburrida y sola, pero me quedaré aquí. Tomé el móvil y le marqué, hace más de dos días que no lo veo y me está entrando un poco de desesperación.

—Hola —dijo Matt, con la voz ronca. Mi pototito, lo he despertado de la siesta.

—Siento haberte despertado cariño —dije dulce, intentando sonar inocente.

—Oh no es nada —dijo mientras se movía a no sé dónde— aunque preferiría que lo hagas en persona.

Mmm. Me encanta que de ponga así por llamada ¡me da un morbo!

—¿A sí? Me hubieses dicho antes, mis padres ya se marcharon, podría haber ido y…

—Nena...

—¿Sí?

—Vente ya, por favor, te extraño demasiado —dijo de forma dulce, haciéndome derretir— traete ropa… como para cuatro días… o más, si quieres.

Intenté no gritar de la felicidad pero fue imposible.

—¡Ya voy! —dije entusiasmada y corté.

Corrí por las escaleras como una loca. En verdad no puedo creerlo. A ver, no es novedad eso de quedarme estos cuatro días con él y los niños, lo que sí es novedad es que me ha dicho que lleve ropa a su casa y tal vez esté sobre interpretando las cosas pero ese “... o más” Dios.

Metí varios calzones dentro de la mochila, pero me asegure de dos que vuelven loco a Matt; la tanga rosa pastel para la bienvenida, o sea hoy, y los chones rojos para el cuarto día, para celebrar su viaje. Camisetas y pantalones de pijama. Apague y cerré todo, encendí la alarma y fui a por mi hombre y los pequeños que tan feliz me hacen. La nieve tapaba la mayoría del césped pero ver esos pedacitos de hierba sin cubrir era tan hermoso. Muy metafórico.

Babysitter || COMPLETA Y EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora