EXTRA I

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NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.

SÁBADO, 17 DE JUNIO DEL 2006.

Termino de ajustar la correa de mis tacones color negro y me levanto de la silla de mi tocador, me miro a través del espejo y me sonrío, colocándome la preciosa medallita del corazón partido en dos que mamá me regaló cuando cumplí nueve años. Yo tengo una parte y ella tenía la otra.

Tomo mi pequeño bolso estilo sobre y coloco lo necesario.

Luzco un vestido rojo brillante de escote corazón que se ajusta en los lugares indicados de mi cuerpo, llegando hasta mis muslos. Eso es corto para lo que normalmente uso, sin embargo, Antonella me lo regaló hace meses y nunca me lo había puesto.

El maquillaje que me apliqué es ligero y deja al descubierto mis pecas poco perceptibles en mis mejillas, pero que a Isaak le gustan y a mí me gusta que le gusten.

Soy tan malditamente cursi cuando se trata de él.

Pensando en eso, ahora las cosas no están bien entre nosotros, hay muchos problemas, empezando con el cuantioso tiempo que le dedica a Adam Monroe, el hijo de la chica que está enamorado de él aunque no se da cuenta, pasando por sus advertencias sobre Timothy y terminando con aquella conversación en la que le conté que me perseguían. Todo ha ido en picada para nuestra relación, pero lo amo y quiero resolver todos nuestros problemas.

Le pedí, le supliqué que me acompañara a esta fiesta, pero él se negó y me insistió en no ir. Lo mandé a la mierda y le dije que iría con o sin él. Timothy se ofreció a venir a buscarme porque la fiesta es en su casa y eso fue peor, porque Isaak lleva semana, me arriesgaría a decir meses, pidiéndome que me aleje de Tim y se supone que es su amigo.

Cuando Tim se ofreció, Isaak se puso furioso y como siempre hace cuando está cabreado, comenzó a caminar de un lado al otro y a hablar en alemán. Por obvias razones no entendí nada y nuevamente lo mandé a la mierda.

Ah, todo es un total desastre entre nosotros.

Salgo de mi habitación y me dirijo hacia las escaleras de la casa, donde al entrar en la sala visualizo a Chris, sentado en el sofá con su novia sobre su regazo. Me dirijo hacia la cocina y en ella, me encuentro a Patrick junto a Jeffrey Winston, su manager, con quien mantiene una conversación poco agradable. Jeffrey no es un hombre que tiene mi aprecio pues es muy inflexible e imponente para los catorce años que posee Pat.

Intentando no molestar, tomo una botella de agua de la nevera y salgo de la cocina, yendo hacia a la puerta principal para esperar a Timothy.

En el cielo, el sol se está ocultando y una fresca brisa veraniega sopla mi cabello, veo el coche de mi tío entrar al garaje y le sonrío cuando llega hasta mí.

— ¿Llegarás tarde?—me pregunta, abrazándome.

—Tal vez—me encojo de hombros y ladeo mi cabeza sonriendo.

— ¿Isaak estará contigo?

—No...No lo creo. Estamos enfadados y él no quería ir.

—Entonces cuídate, hija. Confío en ti, tanto como tu madre lo haría.

Asiento y mi tío entra a casa.

Considero a Joseph como mi padre porque se ha encargado de cuidarme mucho más de lo que ya lo hacía antes que mamá desapareciera, a pesar de sus constantes misterios y su poco tacto cuando está enojado, lo quiero y le agradezco todo lo que hizo por mí desde la muerte de mamá.

Sobre mi padre biológico asumo que murió cuando tenía cuatro años, porque mi último y único recuerdo con él es esa edad. Tampoco es que mamá hablaba mucho de Nicholas Baker.

Escucho la voz de mis abuelos discutiendo en el interior de la casa, lo que me permite recordar que ambos vinieron a Nueva York para raptar a sus nietos y llevarnos a su casa de verano en Miami, allí durante varias semanas la abuela Diane y el abuelo Phillips nos enseñan a cocinar y nos miman todo lo que no pueden hacerlo durante las clases. Son los mejores abuelos del mundo.

Ambos salen de la casa y se encuentran conmigo, esperando en el porche.

—Hola, Gemmy, ¿Qué haces aquí afuera? —pregunta Phillips Hoffman.

—Estoy esperando a Tim para ir a una fiesta —le respondo.

— ¿Te deshiciste del jodido fastidio? —pregunta la abuela— Porque estoy segura que tu novio se llama Isaak y no Tim.

— ¡Diane!—murmura el abuelo con tono de advertencia y guarda sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

—No. Todo está bien entre nosotros —miento.

—Eso mismo le dije a mi mamá cuando estaba de novia con Phil y a los días aparecí con Joseph en mi barriga.

— ¡Abuela!—chillo. No sé si reírme o avergonzarme más de lo ya estoy. Siento la sangre fluir a mis mejillas y escucho como el abuelo maldice e intenta regañar a la abuela por lo que dijo.

—Eso es mierda, Phillips. Que Gemmy y el jodido fastidio empalagoso de su novio tengan sexo no es malo. Son jodidos adolescentes que tienen que disfrutar la puta vida.

—Sigue siendo una niña, mujer. Gemmy es una niña con principios y que se valora a sí misma.

Bueno...tengo principios y me valoro a mí misma, pero eso no significa que me resistí a los impulsos calientes de todo adolescente con hormonas alborotadas y un novio como Isaak Schwartz. O sea, no iba a ser virgen para siempre.

—Eso es un maldito ejemplo de jodido machismo. ¿No, Gemmy?

Veo entre el abuelo y la abuela sin saber que contestar y escucho el claxon de un auto, me despido con una sonrisa y diciéndoles que los quiero, entro al auto de Timothy.

—Estás hermosa, muñeca.

—No se supone que debas llamarme así.

—Lo sé, lo siento. Isaak es un puto afortunado por tener una novia como tú.




Timothy abre la puerta del auto para mí y al salir me conduce a la casa, desde aquí ya puedo escuchar el sonido de la música. Me gusta, quiero bailar.

Entro a la casa llena de adolescentes y me dirijo a la pista de baile con Tim siguiendo mis pasos. Evito pensar en Isaak todo lo posible porque no estoy haciendo nada malo, al menos que bailar con su mejor amigo se considere malo y estoy segura que no lo es.

Timothy coloca sus manos en mi cintura y pega su cuerpo al mío, nos movemos al ritmo de la canción con una letra totalmente obscena y veo a través de la luminiscencia una sonrisa en sus labios.

— ¿Estás bien, Gemma?

—Sí.

Bailamos durante un largo rato y luego vamos a la cocina, me siento en la isla de madera pulida y me concentro en escuchar la voz de Juliana, mi amiga, a mi lado, hago un esfuerzo sobrenatural porque gracias a la música me cuesta oír.

—Él no estará feliz de verte aquí, Gem.

—Se supone que eres mi amiga no la de Isaak, Juls —respondo, abrazando mis brazos y pasando mis manos distraídamente por mi cuello.

—Por eso mismo lo digo.

—No soy de su propiedad, puedo hacer lo que quiera, Juliana —contesto distraída, notando que la medallita no está en mi cuello.

Ella sale de la cocina e intentó ver si mi collar está en el suelo, pero Timothy se acerca y tomo el vaso que me ofrece, lo bebo completo porque estoy sedienta y le sonrío a Tim, dispuesta a preguntarle, pero él me interrumpe invitándome a bailar.

Me levanto y sigo bailando con el mejor amigo de mi novio y... simplemente no sé lo que sucede después. Siento manos sobre mi cuerpo, personas gritando, Isaak llamándome y una profunda oscuridad caer sobre mí.

Los secretos de GemmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora