POV DIOSA

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DOMINGO, 29 DE SEPTIEMBRE DEL 2013.

Hay historias que deben ser contadas.

Mi historia debería ser contada y no debería ser la villana. Yo quiero la verdad, yo soy la buena en este cuento repleto de mentirosos, traidores y asesinos. Los Hoffman son... son una plaga. Son un veneno que mata lentamente y sin dejar ningún rastro. Ellos son asesinos. Ellos no merecen ninguna compasión el día que le ponga fin a sus vidas.

Yo prometí destruirlos. A cada uno.

Voy poco a poco. Estoy haciendo mi juego, pero ellos no saben lo que les espera. Ellos no podrán protegerse de mi cuando arrase con toda su mentira maquillada de verdad, cuando las personas finalmente vean que detrás de la impecable y honorífica familia existen gruesas grietas de pudrición y maldad.

Cierro los ojos por el dolor de cabeza que me atañe y no me deja escuchar las boberías que mi sobrina me dice. La hago callar y le cuelgo el teléfono.

Tomo mi martini y le digo a Reina que se acerque a mí, ella tiene puesta esa dulce y fingida sonrisa que le da al mundo para mostrar a la familia feliz. Imbécil. Veo a sus hijos y lanzo algún comentario gracioso para que dejen de mirarme. La familia de ella es patética.

— ¿Qué es lo que quieres?

—Iniciaremos mañana —aviso—. Ean descubrió cómo acceder al apartamento y mañana solamente le haremos saber que hemos vuelto. Nuestra entrada triunfal será en pocos días.

»Prepárate, volveremos a Nueva York.


Los secretos de GemmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora