2. LLAMADAS Y UN SOBRE DE COLOR CREMA.

97 3 0
                                    

LONDRES, INGLATERRA.

MIÉRCOLES, 04 DE SEPTIEMBRE DEL 2013.

Han pasado dos días desde aquel inoportuno encuentro. Espero que su llegada no afecte la vida que construí aquí, porque ya nos hicimos mucho daño en el pasado.

Querer repetirlo no está en mis planes.

Todo lo que creí saber y conocer de Isaak Schwartz era mentira, a diferencia de todo lo que sentí, porque eso sí fue verdad. No obstante, ahora solo experimento enojo, terror e indignación hacia ese hombre.

¿Cómo pudo encontrarme? ¿Cómo el destino lo cruzó nuevamente en mi camino? ¿Por qué siento esta opresión en mi pecho? Y sobre todo: ¿Por qué tuvo que venir justamente a Londres?

Tuve que huir de Nueva York y dejar a mis amigos dos años antes de terminar la preparatoria. Me separé de mis tíos y mis primos. Me alejé de todo y todos lo que amo por su traición y por algún otro motivo que aún hoy no entiendo.

Sin embargo, lo que más me dolió fue que jugó conmigo, que nunca intentó decirme porque lo hizo. Sí, reconozco que en el estado en que encontraba después del secuestro no iba escucharlo, pero me hubiese gustado saber que lo intentó. Me fuese gustado que apareciera en la puerta de la mansión de Joseph y así poder gritarle todo el daño que me hizo.

Pero no fue así. La última vez que yo lo vi cuando aún creía en él, tuvo lugar el día antes de esa fiesta donde me secuestraron.

Al final tuve que entenderlo: él era un simple medio para llegar a mí.

Detengo mi caminata y entro a la cafetería donde quede en verme con Dave y mi rubia favorita, solo que ella canceló mientras veníamos hacia acá, pues su jefa la citó a una reunión urgente.

Quinnie es contadora, trabaja desde casa para varias empresas, llevando la contabilidad de forma prolija y ordenada. Sin embargo, concretamente hoy está yendo a una reunión en House's, una empresa de bienes raíces donde Angelique Davis y el amante de ella, intentan minimizarla. No me gusta que trabaje allí, sin embargo Quinn sabe tomar sus decisiones.

Entro al lugar y busco con la mirada a mi genio tecnológico, quien lleva una taza humeante a sus labios.

—Buenos días, Dave Miller. ¿Cómo amaneciste? —saludo, llegando hasta él.

—No tan feliz como tú, eso es seguro —me responde—. Tengo media hora esperándolas, pensé que ya no venían.

—Quinn tuvo que ir a una reunión. Angelique la llamó temprano. Por eso nos retrasamos, además tú sabes que yo soy impuntual. Es mi defecto.

Me siento frente a él y compruebo que el líquido vertido en la taza es café, al lado hay un periódico.

—Ya pedí tu chocolate caliente, Gemmy. Deben traerlo dentro de poco. ¿Cómo estás? ¿Ya hiciste la cita con la psiquiatra?

—Estoy bien, Davs. No tienen que preocuparse por el ataque de pánico, ni siquiera es necesario ir con un psiquiatra.

»Mi reacción fue por haberme reencontrado con esa parte de mi pasado que me hizo mucho daño. Es una especie temor o fobia que tengo que seguir superando. No es nada para preocuparse.

—Si tú lo dices... Entonces, ¿Él es Isaak Schwartz?

—Sí, Dave, es él. Quinn está molestísima conmigo porque no le quiero decir que desencadenó esa reacción cuando lo vi.

Ellos conocen mi pasado más no al hombre detrás del nombre.

—Ambos conocemos a la rubia y no se detendrá hasta que se lo digas. Ella te entenderá, Gemmy, pero seguramente, también lo buscará para insultarlo y decirle de todo. Conocemos el pequeño demonio interno de Quinn Hamilton.

Los secretos de GemmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora