LONDRES, INGLATERRA.
LUNES, 02 DE SEPTIEMBRE DEL 2013.
— Vamos, cariño. ¡Levántate de esa cama y arreglemos tu desastrosa apariencia! —grita mi mejor amiga—. Llegaremos tarde al restaurante.
—Ya te lo he dicho. No quiero salir. ¡No voy a ir!
Quinn Hamilton tiene un alrededor de media hora, discutiendo conmigo porque no pretendo ir al lujoso restaurante Dinner by Heston Blumenthal a cenar con ella y nuestros dos mejores amigos.
Hoy, hace siete años atrás, yo estaba escapando del prostíbulo donde estaba cautiva en Nueva York. Los recuerdos han vuelto, no es tan fácil deshacerse de ellos y aunque ahora soy totalmente otra Gemma, eso sigue ahí, en mi pasado, en mi historia. No puedo negar que aquel suceso cambio drásticamente mi vida.
—Gemmy, sabes que ahora Greggory está todo misterioso y alejado de nosotros. Además, Davs acaba de llegar de su viaje a Estados Unidos. Yo sé porque no quieres ir, pero solo esta noche.
—Por favor, cariño... —me suplica, pero cansada de eso, dice— ¿Sabes qué? Voy a llamar a Gregg y a él no le va importar que seas un desastre andante, Gemma Baker.
— ¿Con que jugarás esa carta de manipulación? Bien, iré, Quinnie. Tienes razón, hemos estado un poco distanciados.
—Te quedan dos minutos, cariñito.
Greggory McCarthy va conduciendo su auto, un Audi Rs7 Sportback en color blanco mientras Quinnie va de copiloto, conversando animadamente con él, sobre el nuevo club que abrieron en la City y al que mi rubia favorita, asistió este fin de semana como invitada de la noche.
Como no estoy interesada en la charla de mis amigos, me coloco mis audífonos y elijo cualquier canción de mi playlist. La verdad no tengo tanto ánimo como para resistir esto durante toda la noche, porque con sinceridad, acepté venir para acompañar a los chicos. Y para no sentirme sola en el apartamento. La soledad es una terrible compañera.
La canción que se reproduce saca una sonrisa de mis labios, es una canción que Pat, mi primo, compuso años atrás sobre la fuerza y la valentía, en la letra prevalece la frase: No estás solo.
Mi rubia favorita se acomoda en su asiento para ser capaz de voltearse hacia mí y toca mi pierna, entiendo que quiere que me quite los audífonos.
—Gemmy, le estaba diciendo a Quinnie que luego de la cena podemos ir al club nuevo —dice Greggory—. Hace mucho no salimos juntos y como Dave llegará al restaurante, estaremos los cuatros...
—No, no quiero ir, Gregg. Vayan ustedes y en otra ocasión yo los acompaño, pero hoy no.
—A ver, Gemma Baker, sé lo que tienes. Deberías saber que atarte a una fecha cada año es torturarte a ti misma.
—Es difícil no recordarlo. Pero realmente es que estoy cansada, el día en la clínica fue agotador y me gustaría volver a casa para relajarme un poco.
—No sé qué dice Quinnie, pero podríamos posponerlo para el viernes, no creo que el monigote se oponga —propone mi mejor amigo, aludiendo a Dave con el apelativo que él le coloco.
—Davs ha tenido una semana de reuniones. Ya saben que se vuelve mucho más reservado y serio de lo normal. Esta es mi propuesta: luego de cenar, podemos ir a nuestro apartamento y vemos películas, prometo dejarlos elegir.
—A ver, rubia, hoy estás muy insistente con querer hacer planes. ¿Fuiste a la casa de moda de tus padres?
—Saben que adoro mi soledad, pero pensé que podíamos hacer algo diferente. Tú has estado alejado y Dave, con los viajes tan frecuentes que está haciendo a otros países, no hemos tenido tiempo de salir. Incluso Gemma solo vive en su rutina de ir a la clínica y regresar a casa, pero bueno, yo sé que mi mejor amiga es una floja sin remedio.

ESTÁS LEYENDO
Los secretos de Gemma
RomanceLa familia Hoffman ciertamente no está libre de secretos. No, de ninguna forma lo están. Hay demasiadas historias tejidas entre ellos, muchos misterios por develar, pero nadie se ha preocupado por ellos. Nadie se ha preocupado por el pasado oculto b...