NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS
MIÉRCOLES, 19 DE FEBRERO DEL 2013.
Entro con Mitchell en la oficina de mi papá y paso la mano por mi cabello. La última reunión con unos posibles inversionistas terminó con ellos infiriendo sobre el paradero de mis tíos y añadiendo que soy muy joven e inexperta para manejar la empresa.
Todos dicen lo mismo.
Y sé que las personas están esperando mi primer fallo, o el primer error de mi papá para lanzarse sobre nosotros. Lo sé, incluso Stefany, Kiara y Pat esperan el momento, por lo que volví a Nueva York para alejarme de ellos y de Isaak.
La abuela viajó para cuidar a Matthew.
Saludo a mi papá y me siento frente a él. Le presento a Mitchell y los dejo hablar temas triviales de cortesía. Cierro mis ojos, me duele la cabeza y tengo mucho sueño, pero el día apenas inicia y tengo un par de reuniones. Incluida una videollamada con mamá.
A la hora del almuerzo no como porque salgo corriendo a una reunión urgente en ese mismo barrio rico de la ciudad. La misma mujer me atiende y me lleva al mismo despacho con el mismo hombre.
Esta vez él me da información sobre Kelly, Aaron y Jane. Descubro que ella nació en Stockwell un barrio situado en el distrito de Lambeth, uno de los pocos que son peligroso en el Gran Londres. Me cuenta también que huyó de casa a los diez años con un tío paterno y vivió con él hasta los quince, cuando salió embarazada y él la echó. Tuvo una niña y la llamó Jane.
Gracias a la generosidad de una familia rica, logró trabajar y estudiar al mismo tiempo. Ellos le dieron ese calor que le faltó en su familia, pero, sí hay un pero, todo era porque el hijo mayor estaba enamorado de ella, quería casarse y enviar a la niña a un orfanato. Kelly se negó y volvió a la calle.
Como había terminado su carrera, empezó a ejercer de periodista y todos los días llevaba a Jane al parque. En dicho parque estaba todo los días Aaron Ryans. Ese día él recibió una llamada, salió corriendo, tumbó accidentalmente a la niña, ella trastabilló intentando no caer, pero su cabeza chocó contra una roca mal puesta.
Jane entró en coma y luego murió.
—Ah, un dato importante, aleja a tú primo de ella. La mujer está en bancarrota por sus adicciones al alcohol y a la nicotina, tiene demasiadas deudas y se presume que los Miller no le renovaran contrato. Tiene pinta de arribista.
—No lo creo. Ellos lucen enamorados.
—Claro, tú también finges que odias a tu familia, Gemma. Incluso algo tan noble como el amor se puede actuar... Y hablando de amor, Vendetta y muchos de su séquito sigue esparciendo rumores sobre Isaak. Hiciste bien en alejarlo. El Maestro está insistiendo cada vez más.
Asiento, confirmando que irónicamente, para salvarlo debo alejarlo.
— ¿Encontraron la última llave?
—No. Tenemos las primeras tres, pero sigue faltando esa. Mis primos me las quitaron y no sé dónde las guardaron porque no me hablan, solo me enteré que ellos las tienen por cortesía de Stefany quien es la más diplomática entre todos.
Veo sus ojos grises preocupados por mí y susurro que estaré bien. No lo estoy, pero eso no debe saberlo, sino le ira con el chisme a mi papá y Nicholas me enviará de vuelta a Londres. No quiero regresar aun.
— ¿Qué conseguiste en el viaje con Nick?
—Algunas personas —respondo—. ¿La abuela alguna vez te contó porque Julian Hoffman se casó con Melody Laswick? Porque sí, él descubrió el secreto más viejo de la familia y se casó con la hija de Mason Laswick, hija que se creía muerta en el incendio.

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Los secretos de Gemma
Roman d'amourLa familia Hoffman ciertamente no está libre de secretos. No, de ninguna forma lo están. Hay demasiadas historias tejidas entre ellos, muchos misterios por develar, pero nadie se ha preocupado por ellos. Nadie se ha preocupado por el pasado oculto b...