47. CORAZONES ROTOS, PERDIDOS Y... ALMAS QUE SIGUEN GUIANDO.

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LONDRES, REINO UNIDO

SÁBADO, 15 DE MARZO DEL 2014.

Entro a la mansión Miller y voy al bar. Allí encuentro a Dave con un terrible aspecto fantasmal que olvido mis propios problemas y me concentro en ser su roca a pesar de todo lo que nos dijimos en aquella pelea.

—Sasha solo me estaba utilizando para hacerle daño a Quinn —suelta y sorbe de su whiskey. Suspiro nostálgica, esa es su bebida favorita—. La rubia me lo advirtió y yo me dejé deslumbrar por el brillo de su hermana.

»Me duele, Gemmy. Me duele de una manera extraña, porque si bien no la amo, la quiero demasiado, me encantaba estar con ella, comprender esa mente tan complicada, escucharla reír. Me duele haber dejado a Ma... Me duele haber dejado que Marie Jeanne se fuera porque pensé que lo mío con Sasha era bueno, real y sería duradero.

»Ninguna chica, antes, me había querido como lo hizo Marie.

Dave que por lo regular no es hablador, me relata, a pesar que yo estaba allí, sobre Caroline Lawton, la mujer que rompió su corazón hace años atrás diciéndole que él no era suficiente. Me cuenta sobre la siguiente novia que tuvo, también la conocí. Durante casi una hora y no exagero, habla de Marie Jeanne y finalmente crea una obra de arte verbal cuando habla sobre Sasha.

Él termina la tarde totalmente borracho, quejándose con el destino y con cupido por darle puros corazones rotos.

Quinn dice no creer en el amor.

Greggory se siente insuficiente y por eso acepta las migajas de Natalie.

Dave es solo un hombre corriendo detrás de la chica correcta.

Patrick es un mujeriego que se arriesgó y también perdió.

Y por último estoy yo, una mujer que encontró el amor, pero que está destinada a despedirse de él.

Cinco personas condenadas a ser infelices.


MIÉRCOLES, 19 DE MARZO DEL 2014.

Me siento orgullosa de la risa que brota de los labios de Helena y Kamilé cuando hablan de nombres horribles para el niño que tendrá Kami.

—Ese es muy feo, Helena —señala Kamilé, a través de la videollamada.

—Claro que no, a mí me gusta Sean.

—Es terrible, Hel —sentencia divertida—, de todas formas esto de buscarle un nombre es tonto. Él tendrá otra familia.

—Te robaré tu pregunta, Gemma—me dice la pelirroja—. ¿No lo has reconsiderado? Tú puedes darle la vida que él merece, Kam.

—No, él estará mejor en manos de otra familia. La idea es seguir Helena y con él no podré hacerlo.

— ¿Por qué no puedes hacerlo? Dijimos que Leonard y mi tía no marcaran lo que queremos y tú quieres a ese niño que se forma dentro de ti. No sabes lo que es crecer sin tu madre.

—No marcará mi futuro, pero dejó consecuencias —aclara—. Lo daré en adopción y no hablaré más del tema.

Helena se sale de la videollamada y luego le sigue Kamilé.

Ellas han mejorado un poco en su relación. No son las mejores amigas, pero tampoco se disgustan. Supongo que siguen hallándose en ellas mismas. Y admito que no me he interesado en la vida de ambas, solo sé lo poco que veo o dicen cuando llaman.


VIERNES, 21 DE MARZO DEL 2014.

Me levanto de la cama y veo a mi alrededor, reconociendo donde estoy. Respiro y lo digo lentamente, estoy en casa. En mi nueva casa. La compré hace pocos días y ayer traje todas las cosas de mi hermoso niño a su habitación. Incluyendo a Peluche.

Los secretos de GemmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora