Salgo de la habitación con Isaak detrás de mí y cuidando mi equilibrio, porque aunque no he ingerido ni una gota de licor, no confío en mantenerme completamente de pie por culpa de todos los pensamientos y revoluciones que sacuden mi cabeza.
Y si añadimos la nota, el descubrimiento de Mitch y el ataque de pánico...
Isaak me hace detenerme en la balaustrada de madera y mirar hacia abajo, donde mis mejores amigos están sobre el pequeño escenario, mirándome. Levemente reparo en las personas que conozco, como los chicos y chicas del Roller o mis colegas de la clínica, sin embargo mantengo mi atención en Dave con un micrófono, Gregg con una guitarra, Quinnie y Patrick alrededor de ellos y en los instrumentos musicales que están detrás.
— ¡Feliz cumpleaños, Gemmy! —exclama Dave— ¿Recuerdas a aquella chica asustadiza que conocí por casualidad, un día que la rubia se retrasó en su última clase del día? Yo sí. Estabas esperando que Stefany fuera a buscarte al Westminster y yo me ofrecí a llevarte porque Quinnie me había hablado de ti. Tú me rechazaste.
»Fue Greggory quien nos unió. Él queriendo cumplir una apuesta que hicimos, se acercó a ti y te invitó a la fiesta sorpresa que preparamos para celebrar los dieciocho años de Quinn. Así empezó todo esto. Espero que nunca termine, centellita.
Lloro mientras escucho a Dave hablar sobre los códigos que Gregg y yo escribimos y que él y Quinn firmaron. Sonrío mientras ellos tres, leen y parafrasean algunos de los artículos que están en ese desgastado cuaderno. Esa fue la manera de mis amigos para hacerme sentir mejor, luego de decirles todo sobre mi pasado. Vuelvo a llorar, mientras le presto atención a mi rubia favorita contando la historia del saludo sobre fenómenos climatológicos y por qué yo soy una centella, Quinn un relámpago, Dave un trueno y Gregg un rayo, aunque bueno a pesar de no ser un fenómeno climatológico, ellos incluyen a Patrick como una estrella.
Seco mis lágrimas en vano, pues Gregg vuelve a tomar el micrófono.
—Bien. ¿Qué puedo decirte que la rubia o el monigote no hayan dicho? Es simple, mi chica de Nueva York, ambos vinimos a Londres por motivos estratosféricamente distintos y a pesar de todo eso, soy feliz de tenerlos junto a mí. Eres una mujer invaluable. La personificación de los sentimientos, Gemma. Amas, lloras, sufres o ríe porque lo sientes y eso, en este contaminado mundo de falsedad, es ser afortunado. Somos afortunados de conocerte.
»No eres perfecta, Gemma, sino que alguien te pida un consejo y se dé cuenta de lo malísima que eres en eso... Increíble, sabiendo que eres psicóloga —río al igual que el resto de las personas y sorbo mi nariz—. Tienes errores, pero ellos te han enseñado a ser la mujer que eres. Te amo, mejor amiga. Siempre seremos un trueno, un rayo, un relámpago, una estrella y una centella, siempre seremos parte de los fenómenos. Esto es para ti, Gemma.
Dave coloca otro micrófono y Quinnie lo toma, Gregg acomoda la guitarra eléctrica, mientras que Patrick se coloca detrás de una batería.
La música comienza a sonar y mi genio tecnológico a cantar.
Sigues aquí, a pesar de mis baches y errores.
Escuchas mi corazón hablar, cuando lo quiero callar.
Sabes que hacer, cuando débil está.
Dave mira a mi rubia favorita y ella comienza a cantar, su voz es menos aguda de lo usual, es melódica. Davs toma el bajo que estaba junto él y se acerca a Gregg.
Buscas la solución y no te detienes.
Vendas mis heridas, curas mi dolor.
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Los secretos de Gemma
RomanceLa familia Hoffman ciertamente no está libre de secretos. No, de ninguna forma lo están. Hay demasiadas historias tejidas entre ellos, muchos misterios por develar, pero nadie se ha preocupado por ellos. Nadie se ha preocupado por el pasado oculto b...