Los secretos de Gemma

55. EL TAPIZ DE LAS MENTIRAS (FINAL)

Veo la hora en un reloj en la pared. Llevamos casi una hora aquí y ni la mitad de los secretos han sido revelados, porque luego que Kieran hizo su entrada las cosas se complicaron un poquito con Violet y Antonella, y obvio, no intervine y las deje tomar el control de toda la situación ya que necesito que todo se sepa hoy.

Entonces lo espacios vacíos de mi lado del tablero estaban reservados para otras personas y sentí una vibra cargada de adrenalina, valentía y furia cuando Bella se posicionó delante de Stefany, justo frente al lugar donde debería estar Jacob. Otra ubicación acertada, Jacob dañó ambas vidas, se creyó dueño de ambas vidas, pero no puede acercarse a ellas, los alfiles se mueven en diagonal, y el intentó hacerlo en línea recta, solo que no pudo ir contra su naturaleza y terminó yendo a mí.

La abuela tenía reservado el espacio del peón delante del Rey, en este caso mamá, Lucia. Ella queda en medio de sus dos hijas como siempre lo ha estado. Las ama a las dos, las protegió a las dos, pero la vida, las decisiones ni el ajedrez es justo, alguien tiene que perder para que otro alguien gane.

Y finalmente, Helena se coloca delante de mi papá. Mi hermana menor fruto de las violaciones de Paul Henstridge contra mi mamá. Violaciones que eran perpetradas desde mucho antes del secuestro, la primera vez se llevó a cabo en 1994, yo apenas tenía cinco años y recuerdo que mamá duró un año en Reino Unido, ni una sola vez viajó a Nueva York. Ella estaba secuestrada, el primero de otros tantos, pero la versión que obtuve yo fue que tenía mucho trabajo.

De esa vez nació Ean. Hades.

Luego ocurrió lo mismo dos años después, siguiendo el mismo modus operandi, pero mamá obligó a todos a mantenerse al margen y solo le confesó la verdad al abuelo Phillips. Un secreto más que terminó bajo el tapiz, un secreto que también llevó nombre y apellido: Helena Henstridge.

—Podríamos haber evitado esto sí Joseph, Phillips o Diane hubiesen hablado —Alza su voz dándose la vuelta y apuntando a tío Joseph—. Si ellos no me hubiesen quitado la oportunidad de convivir con mi papá, si hubiese sido amada como él aseguró.

—Claro, ya conozco tu historia, Diosa —le interrumpo, percatándome en volver a mi lugar—. Pero ¿no te parece que deberías dejar que tus piezas hablen? No sé, El Maestro está muy silencioso, ¿no te parece Sasha? Oh, claro, tú no debes saber el lio en que estás envuelta. Seguro Jacob te pintó flores de colores y ahora reflexionando te das cuenta que este es una nido de víboras. Todos lo hemos sido, todo los somos.

—Yo quiero escuchar una historia —dice Jonah, antes que la rubia mayor tenga oportunidad—. O sea, es una historia interesante que nunca ha sido contada o bueno, algunos la saben pero no el protagonista ¿y cómo se le llama buena historia a algo así? ¡Vamos, Kitty! ¿Por qué no nos hablas un poco de...? ¿Cómo se llamaba tu mami?

—Se llamaba Ana —le recuerdo, sonriendo y notando la furia en sus ojos gatunos—. Ana Kanet. ¿Te suena el nombre Mariana? ¿Y a ti, tío Carl? ¿Te recuerda alguna novia?

El juego improvisado entre Jonah y yo da resultados porque enredándola un poco ella deja de contenerse y habla sobre la enfermedad de su mamá y como murió por culpa de la falta de tratamiento. Ella menciona que Mariana, evitó que hablara con Carl y es un poco loco cuando saca una pistola y apunta a la mujer mientras que Malena, Mike, Frank y la misma Kiara, amordazada y atemorizada, gritan y lloran de impotencia. En un parpadeo ella retira el arma luego de escuchar la orden de Diosa.

—Hay una bala en esta pistola que lleva tu nombre, no lo dudes, Mariana Moss. Y tu Gemma, también tengo una para ti.

—Y bueno, Chris ¿Qué se siente tener una hija con Sasha Hamilton? ¿Sabías que se llama Deva? Es la hija de una hermosa y famosa escritora de ciencia ficción y un detective —pronuncia Jonah, pongo mis manos juntas y miro mi manicura evitando ir tras la mirada de mi rubia favorita—. ¿Sabías que Sasha estaría aquí?