PETT WOODS, BROMLEY.
MIÉRCOLES, 25 DE DICIEMBRE DEL 2013.
El frío cala en mis huesos y mis botas se hunden en la nieve, todo es blanco y el hermoso verde de los árboles se esconde debajo de la espesa y fría nieve.
¿Cómo llegue aquí? No lo sé, no lo recuerdo y ni siquiera sé dónde estoy. Salí de casa a detener a Isaak y ya... No recuerdo más nada.
Mi mano arde y subo la manga del abrigo gigante que tengo puesto y que no me pertenece y jadeo. Alrededor de mi muñeca izquierda y mi mano, hay un tatuaje. En mi muñeca está dibujada una cadena que parece enredarse varias veces y en el centro de mi mano está tatuada mi medallita, ambas partes unidas.
¿Qué es lo que no veo? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué significa esto?
Camino en círculos e inhalo y exhalo varias veces, veo el tronco cubierto de nieve junto al que desperté y un sobre de ese papel grueso y costoso en negro y dorado.
Elegiste, ladrona.
Te sigo vigilando.
El miedo invade cada pedazo de mis huesos y comienzo a correr. ¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí? corro entre los árboles, siento la adrenalina en mi cuerpo, siento como me cuesta mover entre mis pies entre la nieve. Algo raspa mi mejilla y luego mi brazo. No me detengo. Sigo corriendo y a lo lejos veo una pareja de abuelos con su nieta. Ellos me ven y no lo controlo más, el ataque de pánico me sofoca y caigo al suelo, humedeciendo mi ropa con la nieve.
Empiezo a sentir la necesidad de oxígeno, de aire. Intento levantarme y no puedo, mis rodillas fallan. Mi vista está totalmente nublada, no distingo las figuras. Jadeo, en busca de aire, la compresión en mi pecho es arrolladora y mi cabeza va a estallar. Un pitido inunda mis oídos y de alguna manera, vuelvo a caer al piso con el acelerado latido de mi corazón apaciguándose y cayendo en la inconsciencia.
—Patrick... Pat. Ayúdame, Pat. ¡No! No puedes morir... Él murió por ti. No eres tú. No es una bala para ti, era para mí. Pat. Primito.
Grito aterrada, despertando de la terrible pesadilla, el espantoso recuerdo de ese día. Aun no supero que un chico perdió su vida por una bala que era para mí. Por mi culpa.
Visualizo la cabaña de madera y me acobijo más al calor de la manta que una mujer anciana coloca sobre mí. Ella me mira y me ofrece una taza humeante de té, niego con mi cabeza.
— ¿Q-qué sucedió? —titubeo. Mi garganta duele al igual que mi mejilla y gran parte de mi cuerpo.
—Esa es una pregunta para ti, cariño —me responde—. Soy Dana y básicamente te desmayaste luego de salir corriendo del bosque. ¿Te sientes bien?
—No lo recuerdo. No recuerdo nada... y me duele mucho el cuerpo.
—Te lastimaste la mejilla con una rama. Ya te la limpiamos. Tomate el té, entrarás en calor más rápido —me lo entrega y sorbo un poco.
—Tu novio me respondió —susurra una chica con mi teléfono en su mano—. Solo decías Pat, Patrick... Deben estar por llegar. ¿Cómo te llamas?
—Soy Gemma y no es mi novio, es mi primo.
—Como sea, ¿De verdad no recuerdas nada? Eres lo más interesante que ha pasado durante toda la semana. Mis papás pensaron que mandarme a Bromley por Navidad sería divertido... Soy Leah.
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Los secretos de Gemma
Roman d'amourLa familia Hoffman ciertamente no está libre de secretos. No, de ninguna forma lo están. Hay demasiadas historias tejidas entre ellos, muchos misterios por develar, pero nadie se ha preocupado por ellos. Nadie se ha preocupado por el pasado oculto b...