Te echo de menos. Y te echo aun más de menos al pensar que no puedo volver abrazarte, que por muy cerca que te sienta, por mucho que quiera, por mucho que sea lo que más necesito. ¿Sabes? Hay personas que se quedan grabadas para siempre en nuestra cabeza, que nos dejan un baúl lleno de recuerdos, un puñado de besos guardado en un cajón y miles de abrazos en nuestra cabecita para recordarlos siempre que queramos. Y alguna que otra sonrisa también. Hay personas que un día tuvieron que marcharse, y no precisamente porque quisieron, sino porque simplemente llego su momento. Y aun así, tienen la capacidad de seguir en nuestros corazones, en nuestro día a día. Tienen la capacidad de ser, incluso sin estar.
Y tú, tú que me miras desde allí arriba, eres una de ellas.
Y es que somos más afortunados de lo que no podemos llegar a imaginas porque, cuando todo esta oscuro, cuando llega la noche y cuando ya no te queda nada, tú sigues brillando. En la primera estrella, en el centro de todas ellas.