Si yo hubiera podido elegir qué hacer cuando te vi por primera vez, te prometo que le hubiese mandado callar al corazón y a todos los órganos vitales."No esperes nada de nadie, y no te llevarás decepciones", como si yo eligiera cuándo mis ojos brillan por algo o supiera cuándo me voy a ir de bruces contra el suelo."No deberías quererme", como si hubiera un interruptor entre cada pulmón y pudiera darle al off de los sentimientos y dejar que te fueras como viniste. Rápido y sin miramientos."No me pienses más", como si yo decidiese cuándo mi mente se va a poner a echarte de menos, como si yo quisiera un nudo en la garganta cada vez que pienso que es imposible lo nuestro y que seguramente estás cogiendo otras manos que no besan como las mías.Te he escrito tantas veces a escondidas que las letras están empezando a salir de debajo del colchón porque por desgracia tú no estás sobre él. Y te llaman, te llaman en silencio y a gritos, y tú prefieres ver desnudos en tu cama, tocar espaldas cuando yo estoy intentando tocarte por dentro en cada relato que te escribo y en cada suspiro a medianoche que no te llega.No soy de buscar corazones ajenos si no me corresponden, pero maldito capricho el mío el de soñar con acariciarte las costillas mientras descansas en mi pecho y el de ser eterna en cada noche mientras nos bañamos en las sábanas de la cama y nos desvestimos las ganas un poquito más.Maldito deseo el que tuve cuando quise que tus pupilas sólo me vieran a mí y deseara que nadie más se perdiera en tus brazos.Porque para pérdidas, las que he tenido por tu culpa con otras personas, porque yo sólo quiero que tú me pierdas. Y hasta eso me sale mal.Y no sé si es por tu culpa, o por la mía.