Que tarde o temprano te irás a entregarle esta versión a alguien más. No duele, cariño, a veces cuando iniciamos algo lo hacemos porque sabemos que no hay mejor presente que este, aunque no podamos divisar el futuro.
Me quedaré con tus otras versiones, las que fuimos desgastando con los días, las que a besos destruimos.
Me enseñas a ser la mejor versión de mí y lamento infinitamente que no seas quien se entregue para siempre a esto. Pero gracias, por todas las posibilidades menos agradables que pude haber sido y que me ayudaste a enmendar, por calmar a besos la rabia que a veces me da la vida.
La vida es tan ligera que no me sorprende que a veces tengamos que cambiar de brazos, por eso te entrego al destino como te entregaba mis besos, porque no creo que alguien sea tuyo, porque te pertenecías tanto que sabía que cada vez que me elegías, y te elegía, era la mejor decisión de nuestras vidas.
