Casualidad.

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Te conocí por casualidad, no esperaba para nada encontrarme de frente contigo. Ni si quiera cuando te vi pensé que algún día podría tenerte entre mis brazos. De repente me encontré, queriéndote en silencio escondida detrás de la pantalla de un móvil. No sé como lo hice, pero de seguro tienes tu la culpa, por mirarme de aquella forma, por hacerme soñar cada noche con tus besos. Todo esto es culpa tuya, pero no te equivoques, no es nada malo, ni si quiera me arrepiento lo más mínimo. Porque por quererte, estoy entre tus brazos, mis manos enlazan perfectamente con las tuyas, y nuestros labios, mejor ni hablar; un puzzle perfecto diría yo. 

No cambiaría nada, salvo el haberte conocido antes. Pero aún así, no cambio ni eso. Tú, tus labios carnosos, tus ojos marrones, tu pelo, tu sonrisa en cada beso. Quien podría cambiar eso? 

A estas alturas, debo darte las gracias por haber aparecido en mi vida de repente, sin previo aviso. Por tus cursilerías, por las bromas, por quererme de esta manera; protegerme y defenderme sobre todo. 

A sido un amor a primera vista, el cual se fue transformando a más cada día que pasa. Como se le echa de menos a alguien que aún no has tenido. Como puedes querer a alguien que no tienes, ni si quiera tienes la idea de poder tener. 

Solo te digo que no te vayas nunca, no quiero perderte jamás. Allí donde vayas, voy contigo. Ya sabes todos nuestros planes. 

-Princesa Suicida.

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