CAPÍTULO 12.

6.4K 393 26
                                    

Hubiese sido algo estúpido dejar que mi cabeza ganara la batalla instándome a no volver a pisar la Universidad. Últimamente la vida me ha enseñado que tener miedo no es algo bueno. Acabo de empezar y no puedo dejar que todo esto me abrume y me quite la única oportunidad que voy a tener en una escuela lejos de casa y a la mitad del semestre.

Puedo ver el edificio de arquitectura a lo lejos. Es un sitio bonito y demasiado atractivo. Enfoco mi vista a lo lejos y detrás de unos edificios más puedo localizar el de música. Allí fue donde todo empezó, de nuevo o quizá desde cero.

Él está parado cerca de la puerta de mi edificio, con los pantaloncillos rotos y la espalda pegada a la pared, su camiseta hoy es de un grupo de música del que no sé mucho; "Nirvana". Se pasa una mano por el cabello y decido que no es bueno que él y yo hablemos, así que intento caminar en otra dirección, pero es demasiado tarde, sus ojos vivaces y oscuros me han encontrado. Se endereza y no aparta su mirada de mí.

Ya que. Camino vacilando, hasta con nervios. Unos nervios que no tengo ni la más mínima idea de cómo explicar. Me fijo una vez más en su ropa, quizá su estilo sea algo aceptable para las fans locas que algún día va a tener, pensando en que quiera ser famoso.

—Hola, Emma —su voz irrumpe en mis pensamientos y le miro. Su cabello desordenado le recuerda nuevamente a mi subconsciente que no estoy frente a Axel, sino frente a su hermano.

—Luke —murmuro de una forma patética.

— ¿Llevas prisa?

—Eh... —echo un vistazo más allá de él—. Tengo la primera clase en un par de horas, sólo quería buscar a Hannah.

— ¿Hannah?

—La chica con la que estaba antes de desmayarme, debe estar preguntándose por qué la dejé sin decir nada.

—Ah —sonríe—. ¿Puedo invitarte un café?

—Eh... no lo sé —suspiro—. Yo...

—Es sólo un café —sonríe y mete sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

—Bueno.

Comienza a caminar a mi lado y puedo reconocer el aroma que se desprende de él. Me mira de reojo y yo hago lo mismo con él. A pesar de que es muy parecido a Axel, no siento como si estuviera con el chico que fue mi novio, soy consciente de que éste chico es diferente, de que es una persona distinta; Luke. Anoche casi no dormí, estuve todo el tiempo pensando en él, en el justo momento en que lo vi en su salón, analicé con cuidado ese pequeño y breve instante y me di cuenta de que su mirada se transformó, cuando desperté en su sofá el chico seguro y fuerte se había esfumado, en su lugar estaba este chico que pretendía ser amo del universo cuando muy en fondo se estaba ahogando en sus sentimientos, en aquel amargo recuerdo de su familia, una familia que sin reparo alguno le dio la espalda.

Esto no es "sólo un café" para mí. Mi cabeza no dejó de darle vueltas a su imagen y pienso que puede ser un intento desesperado por volver a tener algo como lo que había entre Axel y yo.

Mi celular comienza a vibrar dentro de mi bolsillo y deseo con todas mis fuerzas que no sea alguien que lleve el apellido Hemmings, creo que sería tan incómodo para él como lo sería para mí. Afortunadamente es mi mamá.

—Hola mamá —murmuro tranquilamente.

—Aún no me creo que ya puedas hablar de nuevo —por una vez en la vida ella suena asombrada y, me atrevería a decir, que un tanto orgullosa de mí.

— ¿Cómo están?

—Bien. ¿Tú?

—Bien, creo —suspiro.

— ¿Estás yendo a clase ahora mismo?

—No. Voy a tomar un café con un amigo.

— ¿Con un amigo? ¿Es que has olvidado tu perdida tan pronto?

—Mamá no es un buen momento para que hablemos de ello.

— ¿Ahora ya no quieres hablar de Axel?

—No es eso. Es sólo que...

—Emma, no creo que sea buena idea que te relaciones tan pronto con alguien más.

—Mamá, él es sólo un amigo.

— ¿Cómo se llama?

— ¿Puedo hablarte cuando esté en casa? Por favor —la súplica en mi voz hace que Luke me mire intrigado.

—Pues dile a ese muchacho que se mantenga alejado de ti, por favor.

— ¿Hablamos luego? —insisto.

—Bien. Cuídate, Emma.

—Adiós mamá —cuelgo.

El silencio entre nosotros es demasiado incómodo, algo casi insoportable. Le miro y descubro que desde este ángulo el sol impacta directamente con su cabello haciendo que goce de un brillo impactante.

— ¿Tu mamá? —pregunta con el claro objetivo de romper el hielo.

—Sí —sonrío.

—Debe estar preocupada por ti.

—Creo que no —río—, es demasiado despistada y creo que a veces piensa que estoy loca.

— ¿Lo estás? —ríe.

—Dímelo tú.

—Apenas te conozco —asiente y luego se queda pensativo—. ¿Fue difícil?

— ¿Qué cosa?

—Dejar tu familia y tu vida en Sídney.

—Al principio sí, un poco. Pero creo que fue una buena decisión, no podía estar ahí.

— ¿El recuerdo de... él?

—En parte —sonrío—. ¿A ti te fue difícil?

—Sí, por supuesto —responde sin dudar—. Era más chico y bueno... siempre es difícil dejar de lado todo tu pasado, el lugar en donde creciste y todo lo que eso conlleva. Por ejemplo yo...

—No me lo digas —suelto rápidamente—. No hace falta. Me basta con conocer al Luke que hay hoy en día. Siempre hay situaciones que nos lastiman, pero creo que eres un chico fuerte.

—Haces que parezca fácil.

—Puede serlo si quieres —sonrío y camino un poco más rápido.

Es demasiado tonto, pero no me pasa desapercibido que nuestros pasos son sincronizados, él mueve su pie derecho hacia adelante al mismo tiempo que yo, luego el izquierdo y de nuevo el derecho. No me atrevo a mirarlo de nuevo porque me es difícil apartar mi mirada de él. Es algo demasiado extraño.

— ¿Cómo haces que sea fácil? —pregunta después de un rato.

—Yo creo que simplemente decides hacerle frente, sea lo que sea. Te lo planteas y buscas los puntos que más daño te hacen, luego los aíslas y decides dejarlo atrás, no permites que te lastimen.

— ¿Lo... amabas mucho?

—Pensábamos casarnos al terminar la Universidad —suspiro—. Pero ya no dejo que mis recuerdos me lastimen, es mejor sacar todo lo bueno de ellos y tener algo lindo que recordar.

— ¿Qué si no hay nada lindo?

—Yo... simplemente lo suprimiría todo. No me gustaría vivir con resentimientos.

Asiente pero no me contesta, es como si le hubiera dado algo en qué pensar. Su mirada se enturbia y me imagino que el recuerdo de Axel y sus padres se vuelve algo latente y molesto en su memoria. Él es un chico bueno, no debería dejarse perseguir por el recuerdo de alguien más.

—Tú puedes —susurro.

— ¿Lo crees?

—Estoy segura de que sí —sonrío.

—Eres...

— ¡Hey Luke, bebé!

---------------------------------------------------------------------

Actualizado 16.04.20 

Two of You; Luke Hemmings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora