Two of You; Luke Hemmings.

CAPÍTULO 43. ||CARTAS A LUKE 2||

...Luke:

 

¿Debería empezar deseándote un feliz cumpleaños? Hoy ambos cumplimos 17, pero no espero recibir una felicitación de tu parte, así que no consideres esta carta una.

Hace mucho que no me acordaba de ti, es difícil hacerlo. Han pasado nueve o diez meses desde que te largaste de casa y, ¿sabes?, nadie te echa de menos. Sé que a veces mamá habla contigo, creo que sólo lo hace por compromiso o algo así. Debe ser difícil para ti. Espero que te esté yendo bien, reflejo.

Pensé que contigo lejos, la fiesta sorpresa de este cumpleaños iba a ser para mí esta vez, pero no fue así. Los chicos únicamente me regalaron unas camisetas, de esas que solías usar tú. Son los únicos que siguen confundidos, creo que los únicos que aún recuerdan tu nombre aparte de mí, y de mis padres.

Junté un poco de dinero y lo adjunto en el sobre de esta carta, tómalo como un regalo de tu perfecto hermano Axel.

Ah, mamá ha quitado los retratos en los que aún sales tú... los ha sustituido por unos en los que sólo aparecemos nosotros tres, fue fastidioso tomar nuevas fotos y la culpa la tienes tú, Robert.

 

Anoche tuve un sueño bastante alocado. Eras tú. Tú en un automóvil. ¿Sabes qué ocurría? Tu coche se volcaba en plena carretera y morías.

Ten la delicadeza de siquiera mandar una hoja en la que escribas si tienes un coche o no, preocuparme por mi reflejo favorito no está en mi lista de prioridades en estos momentos.

Espero que te vaya bien en la escuela... en tu absurda carrera de música. Si hubieses accedido a estudiar Arquitectura te habrías quedado en primer semestre unas diez veces, sé que las matemáticas no se te dan muy bien. Creo que te hiciste un favor a ti mismo, hermano.

 

Axel Nate Hemmings.

PD. Espero que no tengas un auto.

 

—No voy a seguir haciéndote esto, Luke.

—_____...

— ¡No! —Murmuro, sintiendo como las lágrimas poco a poco empañan mis ojos—. Mírate.

—_____, sólo me duele saber todo esto, pero si no quieres seguir leyéndolas lo haré yo de todas formas.

— ¿Cuántas más hay? —pregunto.

—Tres.

—Luke, ya no lo hagas, por favor —insisto.

—Lo necesito, nena, entiéndeme.

—Ve cómo te has puesto —susurro acercándome a él para abrazarlo.

—Las leeré yo ahora —suspira—, pero abrázame.

—Bien —contesto, no estoy de acuerdo con que esto siga.

Me coloco detrás de él y recarga su cabeza en mi pecho, lentamente toma una carta más.