CAPÍTULO 9.

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Axel Hemmings. Axel Hemmings. Axel Hemmings. Siento que mi cabeza está a punto de explotar, parpadeo unas cuantas veces para intentar que mis ojos se adapten a la grotesca luz que emite el solitario foco que cuelga del techo. Paredes blancas y un sofá café con aroma a colonia masculina. ¿Dónde carajos estoy? Intento levantarme pero una terrible punzada en la cabeza me vuelve a tumbar. ¿Qué es este lugar?

—Luke, ¡ha despertado! —Un chico de cabello negro me mira como si yo acabara de salir de un circo—. ¿Te sientes bien?

Su voz se apaga dentro de mi cabeza después de algunos segundos y vuelvo a apretar los ojos con fuerza. ¿Dónde diablos estoy? Suspiro y me detengo la cabeza, esto es demasiado y no me acuerdo de nada. ¿Dónde está Hannah? ¿Qué pasó después de que interrumpí al chico —melodías confusas— de su concentración? Él. ¿Dónde está? Su rostro...

Axel. Axel. Axel. Lo recuerdo, lo vi... aquello fue tan real como si él estuviera de nuevo frente a mí.

Bah, estoy delirando de nuevo.

— ¿Te sientes bien? —me pregunta nuevamente el chico que está a mi costado derecho.

— ¿Dónde estoy? —pregunto con voz ronca. Vaya... puedo hablar de nuevo.

— ¡Luke, date prisa!

— ¿Quién eres? —pregunto con los ojos entrecerrados.

—Mateo Morata —sonríe y extiende su mano. Tiene una linda sonrisa que me distrae por un par de segundos del problema real.

— ¿Cómo llegué aquí? —pregunto con tono insistente mirándole con algo de miedo, no entiendo nada de lo que está sucediendo.

Su mirada coqueta no me proporciona nada de información sobre él ni sobre por qué estoy aquí, me incorporo rápidamente y esta vez agradezco no volver a sentir aquella horrible punzada en mi cabeza. Bajo mis piernas del sofá y me giro nuevamente para mirarle, él se inclina un poco en mi dirección y después comienza a hablar.

—Pues... yo estaba en la Universidad y luego Luke me llamó demasiado asustado, me dijo que una linda morena se había desmayado a sus pies. Y aquí me tienes.

Es extraño, no le he preguntado cómo es que él llegó aquí. Lo que me gustaría que me dijera es cómo rayos llegué hasta éste lugar. Mi mente repite lo que él ha dicho una vez más y lo analizo con cuidado. ¿Quién es...

—Luke quería llevarte al hospital pero...

— ¿Quién? —me pregunto a mí misma—. ¡Ah!, el chico de la guitarra.

—Eso creo —sonríe.

Escucho pasos detrás de mí y me percato de que el dueño del aroma que tiene impregnado el sofá está a mis espaldas... si tan solo me doliera un poco menos la cabeza creo que podría girarme y mirarlo.

—Bueno Luke, me voy. No has sido el causante de la muerte de la linda morena....

—Emma, Emma Timber —murmuro y me toco de nuevo la cabeza.

—Un placer, Emma —sonríe el chico Mateo—. Me voy. Adiós preciosa, espero verte de nuevo. Adiós Hemmo.

—Adiós Matías —ríe.

—Es Mateo, imbécil.

Una leve sonrisa se apodera de mí gracias a la expresión de falso enfado de Mateo y posteriormente él se agacha para despedirse de mí con un beso en la mejilla, su descaro y fingida familiaridad me hacen sentir un poco más tranquila con respecto a esta situación y comienzo a sentirme mejor. El carismático moreno azota la puerta al salir y eso solo le agrega dos niveles más a mi espantoso dolor de cabeza.

Two of You; Luke Hemmings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora