CAPÍTULO 3.

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Estoy temblando y no logro prestar atención del todo a la mujer que sigue hablando al otro lado de la línea. Tengo las manos frías y completamente húmedas, empapadas en desesperación y miedo.

—Necesitamos que acuda de inmediato...

— ¿Dónde? —murmuro apresuradamente, interrumpiéndola.

—En St Vincent's Hospital. 390 Victoria St Darling Hurst NSW 2010 —responde con el tono más suave, atento y amable, como si ella supiera todo lo que estoy sintiendo justo ahora.

— ¿Ho-hospital? —titubeo sintiéndome horrorizada.

—Sí —suspira—. Su familiar ha tenido un accidente.

—Ahora mismo salgo para allá.

Cuelgo y me levanto rápidamente de la cama, busco frenéticamente mi bolso escaneando mi habitación, tengo que irme ya. Las lágrimas se acumulan en mis ojos, nublándome la vista y amenazándome seriamente con dejarme tirada en el suelo hecha un ovillo.

Agito la cabeza un par de veces para concentrarme. No tengo que demorar más. Me pongo unos jeans y una sudadera, que curiosamente es de Axel. Aún huele a él y a esa colonia que tanto me gusta.

Por favor, Dios que no sea demasiado tarde.

Lanzar plegarias llenas de pánico me ayuda a distraer mi mente aunque sea por unos segundos.

— ¿Qué sucede, Emma? —pregunta mi madre mirándome como si de pronto me hubiesen crecido dos cabezas más.

—Es... Axel —susurro—. Él... él tuvo un accidente.

— ¡Oh, Dios mío! —exclama cubriéndose la boca con ambas manos.

—Tengo que ir al hospital ahora mismo, llamaré a los Hemmings desde el auto.

— ¿Quieres que vaya contigo?

—No... estaré bien. Quédate con papá y les llamaré si sé algo.

Lo que menos necesito justo ahora es a mi madre encima de mí, es suficiente con lo que está sucediendo. Salgo apresuradamente de mi habitación y mientras bajo las escaleras marco de nuevo el teléfono de la casa de Axel. La señora Liz me responde al segundo timbrazo.

—Diga...

—Liz... Liz, soy yo Emma. Si-siento tener que llamarle de nuevo a estas horas —murmuro intentando no sucumbir ante las intensas ganas que tengo de llorar—. Es... es Axel.

— ¿Axel? ¿Qué pasa con mi hijo?

—A... Él tuvo un accidente en su auto. Está en Urgencias. St Vincent's Hospital —susurro.

—Oh, Dios Santo —responde y puedo escuchar su miedo, que se combina con el mío y crea un hueco en mi pecho—. ¿Cómo... cómo lo sabes?

—Me han llamado desde el hospital —respondo y entro en mi automóvil.

— ¿Sabes algo más? —cuestiona y su desesperación me ataca.

—No, fue todo lo que me dijeron.

Ella me cuelga sin decir nada más y tampoco me detengo a pensar mucho en ello. El sudor frío desciende lentamente por mi espina provocándome náuseas y escalofríos. Enciendo el auto y lo saco rápidamente de la cochera. Manejar en la madrugada es algo fácil, ya que el camino está libre casi al cien por ciento. Mis manos tiemblan y sé que estoy a punto de echarme a llorar, pero tengo que resistir un poco más... sólo un poco más. Ruego mentalmente para que él esté bien, para que esto no sea más que un desagradable susto.

Two of You; Luke Hemmings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora