CAPÍTULO 15. |LUKE|

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—Es algo extraño y difícil. Es el vivir siendo menos que otra persona, algo que te parte y te lastima de una forma que no pensaste que existiera. Axel fue siempre el hermano brillante, al que todos querían... yo simplemente era el rechazado el que debería ser como él.

Me detengo por unos segundos para poder apreciar la expresión que ella tiene en su rostro, es como si estuviese sorprendida y confundida al mismo tiempo, y también puedo ver el brillo de la tristeza en su mirada, como si sintiera muy dentro de su pecho cada una de mis palabras.

—Una vez mi madre me dijo que ni aunque diera mi vida iba a poder ser la mitad de lo que él era. Duele, ¿sabes?

Nunca había sentido el mínimo deseo de compartir esto con alguien. Se lo dije hace mucho tiempo a Mateo, pero no le expliqué todos mis sentimientos. En cambio con ella, con la morena que me mira fijamente, todo ha salido por sí solo.

Sus ojos me inspiran una confianza nueva, algo que nunca me había dado alguien más. Creo que no estuvo del todo mal que le dijera a Mateo que se esfumara con su amiga, porque yo necesitaba de este tiempo a solas para contarle todo y por fin, como ella dice, dejar todo atrás sin que nada me lastime.

—Crecimos juntos, pero no con la misma vida. Él tenía todo lo que quería, según porque se lo ganaba y yo... siempre me sentí como el hijo indeseado. Es algo que todavía me molesta al recordar, me duele saber que nunca fui ni seré lo que mis padres esperaban de un hijo.

— ¿Liz y Andrew? —pregunta obviamente desconcertada. La imagen que ella tiene de mis padres debe ser muy distinta a esto.

—Sí. Es doloroso saber que ellos me han olvidado a tal punto que nunca me mencionaron frente a ti, ni siquiera por error.

—Luke... no necesitas decírmelo. Yo...

— ¿Qué? —pregunto tranquilamente.

—Puedo verlo... quiero decir, el dolor en tus ojos. No está ahí siempre pero me he dado cuenta.

Sus palabras son tan suaves que quisiera poder escucharla todo el tiempo. Sus delicados dedos frotan levemente la piel de mi mano y creo que voy a morirme. Esta chica me hace experimentar mil cosas que nunca antes había sentido. No quiero que me suelte nunca... me siento bien con ella. Ha visto más de mí en un par de días de lo que los demás han visto en años. Ha descubierto que soy sólo yo. Luke. Y no me ha despreciado, no me ha comparado como lo han hecho miles de personas a lo largo de mi vida. Se ha detenido a ver más allá de las apariencias, en un tiempo récord. Quiero tenerla para mí. Quiero que quiera estar conmigo.

—Luke, tengo apenas minutos de conocerte, literalmente, pero puedo decir con toda seguridad que eres un chico fuerte, luchador. Pienso que el dolor únicamente sirve para recordarte que estás vivo, no te dejes comer por eso... ve más allá. Nunca pensé que Liz y Andrew... bueno, el punto es que siempre va a suponerte un poco de dolor porque son tus padres, pero puedes con ello.

¿Ven?, lo dicho. ¿Dónde ha estado esta chica toda mi vida?... Ah, cierto. Siendo novia de mí hermano muerto. Por un momento pienso en todo esto, ¿la hubiese conocido si me hubiera quedado en Sydney? Probablemente sí. Pero ella hubiese estado loca por la perfección de Axel y apenas me hubiera mirado.

Es demasiado perfecta para mí, es demasiado linda para alguien como yo. Pero yo soy jodidamente egoísta y no voy a soltarla, no quiero soltarla nunca.

—_____... gracias —sonrío y envuelvo su mano con las mías.

—No me des las gracias Luke, muchas veces necesitamos de alguien y sé que ayudan demasiado unas cuantas palabras de aliento.

—Quizá sea algo retorcido e incómodo para ti pero... no quiero soltarte nunca.

—Luke... —su voz tambalea, la he puesto nerviosa.

—____ no pienses demasiado en ello, sólo quería que lo supieras.

—Yo... estoy muy confundida, Luke. Siento... cosas, pero no es nada comparado con lo que sentía antes; es nuevo y extraño. Soy consciente que eres tú el que provoca esto.

Su mirada repara en la puerta del restaurante y aunque no la conozco lo suficiente sé que está incómoda y a dos segundos de irse. Mira nuestras manos, que aún siguen unidas y abre más los ojos, son cafés, de un tono muy similar al chocolate. Es preciosa.

No puedo dejar que se vaya así como así, apenas ha probado la comida y yo apenas he tenido muy poco de su perfecta y delicada compañía. No quiero que se vaya. Aprieto un poco su mano y ella me mira, directamente a los ojos, es una sensación que me hace sentir autentico, ella sólo me mira a mí. No hay indicio alguno de confusión, no está viendo a un Axel en mi rostro —jodidamente— similar al de él.

—Luke —murmura insegura—, gracias por contármelo.

Bueno, pensé que iba a decir otra cosa pero aquello me ha dejado tranquilo. La chica es una impresionante caja de sorpresas.

Sonríe y luego saca su mano de mi agarre, comienza a comer y de nuevo estoy sorprendido. No ha salido corriendo, huyendo de mí.

— ¿Quieres ser famoso algún día? —pregunta de repente.

—Claro, ¿qué músico no desearía ser reconocido?

—Cierto. Perdón.

—No pasa nada —sonrío—. No sueño con ser de aquellos artistas mundialmente conocidos y ricos, me bastaría con tocar para unas cuantas personas y que les guste lo que hago.

—Bien —sonríe—, yo creo que la forma en la que tocas es especial.

— ¿De verdad?

—Sí. No te escuché por mucho tiempo, pero percibí que ponías todos tus sentimientos en ello.

Esa chica es capaz de descifrarme en cuestión de segundos. Su mirada excava en mí de una manera profunda y única.

Hoy estoy de acuerdo con Mateo, soy uno más de aquellos chicos que creen en el amor a primera vista.

— ¿Qué más haces en tus tiempos libres? —pregunta únicamente mirando su comida. Ojalá me mirara a mí.

—Lo que cualquier chico de mi edad hace —sonrío y le guiño el ojo. Me gusta ponerla nerviosa.

— ¿Sexo, drogas y alcohol? —murmura con diversión.

—Quizá un poco de la primera, pero las dos últimas no son lo mío. Bebo, pero muy poco y las drogas no son algo que esté en mi lista de prioridades.

—Creo que es bueno saberlo —sonríe y se toca el cabello.

— ¿Y tú?

—Yo... tengo menos de un mes aquí, así que no he encontrado nada interesante. Sólo la escuela y ya.

—Supongo que no conoces mucho.

—Eso es —suspira y me mira, sólo rápidamente.

—Puedo darte una visita guiada —propongo. Lo que sea por tenerla más tiempo conmigo.

—Gracias, pero creo que con la comida ya fue suficiente, no quiero que tus mil novias crean que quiero monopolizar tu tiempo.

—No tengo ni una, y sería un placer.

—De verdad gracias, ¿podríamos dejarlo para otro día?

—Claro —sonrío y muerdo mi labio. Sé que eso la pone nerviosa.

—Gracias de verdad —murmura en voz baja—. Por invitarme a comer y por contarme un poco de ti.

—Yo en cambio no he escuchado nada sobre ti.

—No hay nada interesante sobre mí.

—Yo creo que sí.

—Pero, ya tengo que irme, tengo mucha tarea.

— ¿Puedo pedirte algo?

—Lo que sea —sonríe y me mira, ahora por más tiempo.

Me encanta su mirada. Sin duda alguna, ella es la clase de chica por la que yo me volvería un romántico enamorado.

Two of You; Luke Hemmings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora