Two of You; Luke Hemmings.

CAPÍTULO 28.

Pienso que en las librerías deberían de vender a montones algunos manuales para el control de los celos. En este momento estoy que hierbo.

Digo, hace tan sólo unos días que vi a Tamara con Luke hasta me pareció gracioso porque parecía que el pobre no sabía qué hacer para escapar de sus garras, pero ahora... era ella, escuché su voz de lejos y después de una manera demasiado extraña la llamada se cortó.

Mi insomnio se ha duplicado. Camino de un lado al otro del apartamento pensando en qué quería aquella chica a ésta hora. La imagino frente a Luke, en la puerta de su casa y quiero arrancarme el cabello. Él y yo no somos nada, formalmente hablando, pero... estoy total y completamente embargada por unos celos que se funden en mis venas y viajan por todo mi cuerpo, nunca me había sentido tan... así.

Miro la hora en el reloj y es la 1:37 de la madrugada, en Sídney son casi las cinco de la tarde, así que es un buen momento para hacerle una llamada de cortesía a la señora Liz Hemmings, esto del maltrato a Luke debe parar en algún momento.

—Bueno...

—Señor Andrew, soy ____ —suspiro.

—____, qué sorpresa —murmura extrañado—. ¿Qué se te ofrece?

— ¿Qué piensa usted de Luke? —pregunto de golpe.

—Eh... —tartamudea—. Es mi hijo y... ¿cómo lo conoces?

— ¿No sabe?

— ¿Saber qué?

El tono de voz con el que me responde me notifica que está demasiado confundido y que desconoce totalmente lo que estoy diciéndole, así que suelto un largo suspiro y decido contarle.

—Conocí a Luke en la Universidad...

— ¿Cómo está? —pregunta abruptamente con la voz casi descompuesta.

—Bien y mal —suspiro—. Pero dígame, ¿qué piensa usted de él?

— ¿Cómo que qué pienso de él? Es mi hijo.

—Lo sé —suspiro—, creo que sabe a lo que me refiero.

—No voy a negarte que cuando me dijo que no quería estudiar arquitectura me decepcioné mucho de él, pero es mi hijo, sé que en donde quiera que esté lo está haciendo muy bien.

— ¿Por qué entonces su mujer le llama para comunicarle personalmente su rechazo maternal?

— ¿Liz tiene contacto con Luke?

— ¿No lo sabía?

—No. No he hablado con él desde que salió de casa... Liz me dijo que Mayra, su tía con la que estuvo viviendo, no había querido darle su número.

—Pues es una mentira, Liz Hemmings le ha estado llamando para decirle mil cosas horribles y para pedirle que se aleje de mí.

— ¿Liz?

—Sí, señor Hemmings.

—Pero...

—Hágame un favor —suspiro—. No le diga a su mujer que he hablado con usted...

— ¿Podrías... darme su número?

—Mañana lo voy a ver y le contaré esto. Él está muy herido por todo lo que pasó, señor Hemmings, le preguntaré si quiere hablar con usted y...

—Gracias, ­­____. Nunca me he dejado de lamentar todo lo que ocurrió antes de que se fuera. No quiero perder al único hijo que me queda.

—Bien, Andrew. Hasta luego.