CAPÍTULO 59. ||LUKE||

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Ya ni siquiera se siente como mi hogar. Hace mucho tiempo que no volvía por aquí, pero definitivamente ya no siento ningún vínculo afectivo con éste lugar. Sydney es probablemente la ciudad más bella en la que he estado pero... me siento como un intruso en éste sitio, como si de verdad no perteneciera aquí.

Recogemos las maletas tardando una eternidad, y eso que ni siquiera hemos traído mucho equipaje. El vuelo ha sido más pesado de lo que recordaba, no sé cómo la gente puede aguantar tantas horas dentro de un avión. En los ojos de ___ puedo ver un atisbo de aquel cansancio que ha venido arrastrando desde hace días. Quisiera acercarla a mi pecho y observarla dormir por horas.

Tomo su mano mientras salimos del aeropuerto, son casi las seis de la tarde y la ciudad está demasiado tranquila. Cogemos un taxi rápidamente y le indicamos la dirección del hotel en el que hemos hecho la reservación. ____ no quiso pensar en pasar unas cuantas noches en su casa y yo jamás imaginaría siquiera el ir a pedir un lugar para dormir en casa de mis padres. Quizá mi papá ha cambiado y me aceptaría, pero aún tengo un poco de... miedo con respecto a la reacción de mi madre por mi presencia aquí.

— ¿No tienes sueño? —pregunta ____ recargando su cabeza en mi hombro mientras viajamos en el taxi.

—Un poco, guapa —suspiro—. ¿Ya les avisaste?

—Sí, les mandé un mensaje a todos mientras recogías las maletas, les dije en dónde nos quedaríamos.

—Gracias, preciosa.

Ella cierra los ojos, parece que a pesar de todo el cansancio está feliz. Yo también estoy feliz de estar aquí de nuevo, aunque sepa que ya no pertenezco más a éste lugar.

El taxi aparca frente al enorme edificio de varios pisos, que será nuestra ‘casa’ durante una semana o así, depende de cuándo decidamos regresar a Nueva York. ____ me ayuda a cargar una de las mochilas que hemos traído y después entrelaza sus dedos con los míos para dirigirnos al interior del hotel.

Confirmo la reservación que he hecho hace un par de días y después caminamos hasta el ascensor. ____ se recarga en mí una vez más cuando las puertas del elevador se cierran, desde hace un rato la he notado un poco estresada, como si estuviera ida... no lo sé.

Las puertas se abren piso a piso, a decir verdad yo también me siento un poco cansado, sólo quiero llegar a la habitación y meterme a la cama con ____, abrazarla hasta el amanecer y descansar un poco. Lo suficiente como para que su rostro sea todo sonrisas en lugar de una mirada de cansancio sin brillo.

—Vamos, guapa —suspiro, cuando el ascensor nos deja en el piso catorce.

—Tengo un mensaje de Ashton —murmura sosteniendo su celular frente a mí.

“Bienvenidos a casa, amigos. Calum estaba preocupado de que no vinieran. Me alegro de que ya estén aquí.”

 

Es extraño no poder decir que también me alegro de estar aquí, es algo demasiado raro. Caminamos hasta nuestra habitación y en cuanto entramos, ___ se desploma en el colchón, me acerco a ella y subo a la cama. De inmediato pone su cabeza en mi pecho y me abraza con bastante fuerza.

— ¿Qué pasa? —pregunto.

—Nada —evade y suspira.

—Sé que algo tienes, te conozco. Desde que anunciaron que aterrizaríamos te pusiste así.

—No tengo nada, Luke.

—Miénteme otra vez —susurro.

—Siento... más bien, tengo un mal presentimiento.

— ¿Sobre qué?

—No lo sé —suspira—, simplemente es algo que me oprime el pecho, que no me deja respirar tranquila... no sé. Como si no fuera una buena idea que estemos aquí.

— ¿Es por Axel? —pregunto e intento atrapar su mirada.

—No. Es sobre tu y yo... no lo sé, Luke.

Ella suspira con una enorme frustración y sus palabras comienzan a taladrar dentro de mi cabeza. No tengo ni la menor idea de lo que intenta decirme pero puedo comprender aunque sea un poco la manera en la que se siente. Quizá esté así porque la última temporada que estuvo aquí, perdió a una de las personas más importantes en su vida, tal vez tenga miedo de que aquello vuelva a ocurrir.

Bajo la mirada de nuevo para poder verla y me doy cuenta de que se ha quedado dormida entre mis brazos, no nos hemos cambiado de ropa pero eso es lo de menos. Cierro los ojos intentando conciliar el sueño, no me es muy difícil, siempre que tengo su respiración tranquila a mi lado aquello es como mi sedante personal...

*****

—Hola...

Aquella voz es un susurro, me giro para intentar focalizar a la persona que me ha hablado pero no veo a nadie. Es un lugar solo, todo blanco, no hay paredes ni nada que pinte un límite, podría asegurar que si empiezo a caminar en cualquier dirección, nunca encontraría una barda o algo que me detenga.

—Luke.

Una vez más es un susurro, pero ésta vez la piel se me eriza de pies a cabeza. Un pequeño zumbido empieza a molestarme, es demasiado tosco y aterrador. La voz se me hace un tanto conocida pero sinceramente no tengo ni la menor idea de quién podría tratarse. Vuelvo a girarme, echando un vistazo por todos lados. Una luz se enciende intermitentemente a mi derecha, y haciendo caso omiso del miedo que se ha instalado en mi pecho, comienzo a caminar hasta ella.

—No la sueltes.

— ¿Qué? —grito, armado de un valor instantáneo producto de la adrenalina que corre por mis venas.

—No la sueltes.

— ¿Qué pasa? —grito, de nuevo.

—No la sueltes, Luke...

— ¡NO! —grito, con más fuerza.

*****

____ me sacude mientras mi cuerpo se retuerce... he tenido lo más cercano a una espantosa pesadilla. Ella me observa, con semblante preocupado y algo demasiado extraño en su mirada.

Las palabras que me gritaban en mi sueño se reproducen una y otra vez dentro de mi cabeza, es torturante.

— ¿Qué pasó, amor? —pregunta ____.

—No te voy a soltar... —susurro. 

Two of You; Luke Hemmings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora