— ¿Viniste cargando todo eso desde Sydney, guapa? —pregunta mirando mis maletas.
—Lo más cansado fue el chequeo de equipaje —suspiro.
—Me imagino —sonríe—. Lo bueno es que sólo es ropa y accesorios personales.
—Exacto —asiento, nerviosamente—. Luke...
— ¿Qué pasa? —pregunta extrañado.
—Ah... no quiero que te enfades, pero quiero conservar esto.
Saco de un cajón del buró el cuadro que tomé cuando escapé de Sydney, aquella foto en la que estamos Axel y yo, juntos en una fiesta de su familia. Luke me mira y no dice nada, por primera vez en todo este tiempo, no puedo ver nada en su expresión, mi corazón comienza a martillear muy rápido y creo que simplemente debí tomar el cuadro y guardarlo en una de mis maletas.
—Bien —dice simplemente y sale de mi habitación.
Lo sigo, sé que está pensando en algo y no pinta ser muy agradable. Dios, al final de cuentas creo que he hecho bien, hubiera sido peor que él se encontrara con esa foto sin ningún aviso. Cuando llego hasta él le tomo la mano y lo obligo a que me mire, sé porque se ha puesto así y quiero que le quede claro que Axel para mí nada más es un lindo recuerdo.
—Dime —murmuro.
— ¿Qué? —pregunta mirándome fijamente.
—Sabes a lo que me refiero —suspiro.
—______...
— ¿Cuántas veces tengo que decírtelo?
— ¿Decirme qué?
—Tú sabes muy bien de lo que estoy hablando, Luke.
—____, era mi hermano, tu novio. Está más que claro.
—No entiendes nada —murmuro exasperada y me doy media vuelta.
—Me agobia pensar que aún le quieres más que a mí.
—No seas torpe —respondo—. No puedo quererte más que a él ni a él más que a ti, son sentimientos distintos, te lo vengo diciendo desde hace mucho y parece que nunca lo vas a entender.
Regreso a la habitación y ahora no sé si esto de mudarme con él esté del todo bien, me estresa mucho pensar en que Luke nunca va a aceptar lo que siento, es tan estúpido que él siga creyendo que puedo seguir enamorada de Axel. Me siento en el borde de la cama mirando las maletas que ya están listas, ahora me dará una migraña terrible. Él regresa y se para bajo el marco de la puerta, no sé lo que está pensando y tampoco quiero saberlo, sólo quiero que se vaya a casa y que nos veamos mañana cuando todo esto esté más tranquilo. Me mira y no dice absolutamente nada, yo tampoco pienso decir nada al respecto, ya se lo he dicho todo y al parecer su cabeza no lo quiere asimilar.
—____... —murmura suavemente, pero no se mueve.
—Mande —suspiro.
—Lo...
—No vayas a pedir una disculpa —le interrumpo—, sólo déjalo estar.
—Pero tienes razón.
—Ninguno de nosotros la tiene, Luke. Sólo quiero que te des cuenta de que es el pasado.
—Quiero entender... pero es difícil, he vivido siendo menos que él toda mi vida.
—Para mí nunca has sido menos que él —murmuro y pongo una mano en mi frente.
—Por eso te amo —susurra.
Todo a mí alrededor se congela... más como si alguien le hubiera puesto pausa a nuestra vida. Sus palabras entran una a una en mi cabeza y todo me da vueltas, una sensación se expande muy lenta y agonizantemente por mi cuerpo y por primera vez me planteo a mí misma todo lo que siento por él. Lo quiero demasiado, he llegado a hacerlo en un tiempo corto, pero es la verdad. Por eso me he esmerado muchísimo en ayudarlo a superar su pasado, por eso me encanta caminar tomada de su mano, por eso amo verlo sonreír. Él es el complemento perfecto que añoraba muy inconscientemente. Y me ama.
Quisiera poder gritarle que lo amo también, pero no sé si eso sea verdad aún, lo adoro en extremo pero sé que algo nos hace falta para que yo pueda amarlo con el alma.
—Luke... tú sabes lo que yo siento por ti —murmuro.
—Mi corazón lo sabe pero mi cabeza es la que a veces me juega malas pasadas...
—Luke, ha sido un día demasiado emocional —suspiro—, primero los chicos se van y luego lo que pasó con Brad, y para rematar esto, mira, si no quieres que conserve esa foto está bien, sólo ya no quiero que dudes de mí y de lo mucho que te quiero.
Él se acerca a mí y me sorprende rodeándome con sus cálidos brazos, ahora parece que todos los pequeños problemas que aún acosan nuestra felicidad, se han desvanecido, sólo volvemos a ser él y yo, y un par de corazones latiendo en el mismo compás. Me besa en la frente y cierro los ojos, quisiera que los momentos así fueran interminables, sólo él logra abrazarme de tal forma que hace que todo lo demás pierda importancia.
—Aún quieres ir conmigo —pregunta cautelosamente.
— ¿Aún quieres que lo haga?
— ¿Te gusta responderme con preguntas? —susurra y parece estar divertido.
— ¿Te gusta a ti hacer lo mismo?
—Todavía quiero que vayas a vivir conmigo —suspira.
—Pues vamos, de verdad que estoy muy cansada.
Amos nos ponemos de pie y él toma un par de maletas, yo tomo la restante y una más pequeña en la que llevo todas mis cosas personales. Una chispa de felicidad hace su recorrido dentro de mi pecho y después de todo... me gusta la idea de ir a vivir con él. No sé si esté bien o no, pero me gusta pensar que vamos a estar juntos todo el tiempo posible.
Caminamos tranquilamente hasta la avenida y él para un taxi, subimos las maletas rápidamente y le indicamos la dirección al chofer. Ambos vamos en la parte trasera y él me abraza tranquilamente, no hay nada que decir, los hechos hablan por sí solos y cualquiera que se detuviera a pensarlo un poco, diría que estamos haciendo todo esto guiados por nuestros sentimientos.
Al llegar a su apartamento, paga el taxi negándose a que yo le dé dinero, me ayuda con las maletas y juntos entramos al lugar que será nuestra casa.
—Bienvenida —murmura y su semblante me indica que está feliz.
—Gracias —respondo y pongo las maletas en el suelo.
—Si algo no te gusta, puedes cambiarlo —sonríe y me atrae a sus brazos.
—Me gusta todo —suspiro—, en especial tú.
—Ah, bueno, eso está aún mejor —ríe—. Vamos, tus ojos me gritan que tienes mucho sueño.
—Gracias.
Él me guía hasta su habitación y me doy cuenta de que es la primera vez que entro ahí, siento por un momento que estoy invadiendo su espacio. La decoración es mínima pero como le he dicho, me gusta cada detalle de este lugar. La cama es matrimonial y tiene un edredón color vino, tiene un closet grande, mesitas de noche a ambos lados de la cama y una televisión al frente.
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Two of You; Luke Hemmings.
FanfictionAmar a veces es más difícil de lo que podría parecer. Te acostumbras tanto a una persona que sientes que el mundo termina si algo le sucede. Así que... ¿Qué pasa cuando el destino se ensaña contigo y aplasta tu historia de amor? ¿Qué si te convences...