CAPÍTULO 35.

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Es difícil, ¿no crees?, pensar que conoces a alguien y después darte cuenta de que no es así. Es lo que me está pasando ahora, no sé qué o cómo sentirme al respecto, pero me lastima mucho pensar que Axel pudo inventar que su propio hermano había muerto, me parece imposible creer que él haya sido partícipe de los problemas que su familia tiene aún con Luke. Es cierto todo lo que he dicho, cuando él y yo estábamos solos todo era perfecto, fácil, color de rosa, pero cuando estábamos en los pasillos de la escuela él sólo me tomaba de la mano y siempre iba un paso más adelante que yo... tal como se lo dije a Luke, lo amaba y por eso aceptaba cualquier cosa que él estuviera dispuesto a darme. Todos pensaban que era el mejor novio del mundo, yo también lo pensaba... cuando estábamos solos. Recuerdo con mucha ternura el día en que me entregué a él porque me trató de una forma única, se portó como un verdadero hombre conmigo y eso siempre lo voy a tener presente. Como le he dicho a Luke, siempre hay que quedarse con todo lo bueno de las cosas, sin preocuparse por los tropezones o las desilusiones, hay que ver más allá de todo, no detenerse y agobiarse con situaciones que no están en nuestras manos. Lo acepté ante Luke, le dije que ya no amaba a Axel y es cierto, los celos que sentí cuando Luke tomó a Tamara lo demuestran, la forma en la que late mi corazón cuando estoy con él también es prueba de ello, me encanta la forma en la que me mira y no sólo cuando estamos solos. Él siempre dice que yo he descubierto muchas cosas de su vida, pero él también ha descubierto cosas de mí y no se da cuenta.

Giro una vez más en la cama y miro mi celular. Son las siete de la mañana y casi no he podido dormir, hay muchas cosas que reclaman un poco de atención en mi vida y tengo que ponerme a ello. No quiero dejar hilos sueltos que después vayan a darnos problemas a mí y a Luke.

El avión que llevará a los chicos de regreso a Sydney saldrá a las dos, así que tenemos sólo unas horas más para hacer algo. Me levanto de la cama y camino rápidamente hasta el baño, cierro la puerta y comienzo a desvestirme, es temprano así que puedo darme un largo y relajante baño. Me envuelvo en una toalla y abro la llave de la bañera para que comience a llenarse, le agrego algunos de esos productos con aromas deliciosos y espero... La puerta se abre y me sobresalto, aseguro la parte de arriba de la toalla con mi mano y dos segundos después quiero morirme de la risa. Luke está parado frente a mí, en bóxeres, con el cabello totalmente revuelto y casi dormido.

— ¡Ay, Dios! —Murmura—, lo siento, sólo quería ir al baño.

No puedo evitarlo, simplemente comienzo a reír a carcajadas por su expresión, él me da la espalda y me parece la cosa más tierna que he visto en toda mi vida. Me agacho un segundo para cerrar la llave de la bañera y después respiro un par de segundos.

—Luke está bien —río un poco más—, no pasa nada.

—Perdón —murmura aún de espaldas a mí.

—Luke...

— ¿Qué? —responde de una forma chistosa.

—No pasa nada —insisto.

Me acerco a él y tomo su mano para que voltee, no es nada del otro mundo. Después de todo ahora es mi novio, y no somos un par de jovencitos de quince. Él voltea y clava su mirada en mi rostro, es el chico más perfectamente adorable de todo el jodido mundo. Me pongo de puntitas y le doy un beso fugaz, después salgo del baño dejándolo solo.

Un par de minutos después sale y me mira, aún parece un poco avergonzado. Besa mi frente y después me abraza.

—Lo siento, debí haber tocado —murmura en voz baja.

—No pasa nada, Luke, estás acostumbrado a vivir solo —sonrío.

—Cierto —asiente.

— ¿Los chicos siguen dormidos?

—Como rocas, no sé porque ellos pueden dormir bien estando en el suelo y yo no —suspira.

—Duerme un rato en mi cama, en lo que yo me ducho —sonrío.

— ¿Estás segura?

—Sí, anda —le doy un beso largo y dulce y después me zafo de sus brazos.

Me meto en el baño nuevamente pero esta vez decido que es buena opción ponerle el seguro a la puerta. El agua está entre tibia y caliente, perfecto. Me meto poco a poco al agua y es algo que me encanta, disfruto mucho de la relajación que implica las sales minerales, el agua caliente y el gel de ducha. Me recargo en el borde de la bañera y suspiro, mi vida se ha vuelto alocada y un poco difícil desde que llegué aquí, pero sinceramente no me arrepiento de nada, es más, me parece que la vida me ha dado una nueva razón para vivir; Luke Robert Hemmings. Aquel chico que a simple vista podrías considerar un vándalo, un chico rudo y malo, pero que si te acercas a indagar un poco puedes tener una perspectiva totalmente diferente. Dentro de él hay un espíritu noble, un alma pura y clara como sus preciosos ojos, hay una ternura sorprendente y los sentimientos más profundos y perfectos. Puedo decir con toda seguridad que me he enamorado de aquel chico de las melodías confusas que conocí en la Universidad.

Cuando el agua comienza a bajar de temperatura me apresuro a asearme rápidamente. Al salir enrollo una toalla en mi cabello y me pongo mi bata. Me siento con más energías que hace un rato. Salgo del baño y me doy cuenta de que los chicos aún duermen perdidamente. Esos desastrosos hombres son mis mejores amigos y tienen un lugar muy importante en mi corazón.

Regreso a mi habitación intentando no hacer ruido para no molestar a Luke en caso de que siga dormido. Desde la puerta puedo ver el bulto de su cuerpo que está debajo de las cobijas, se ha tapado hasta la barbilla y está de espaldas a mí. Doy unos cuantos pasos de manera sigilosa para no despertarlo y me acerco un poco más a él. Sus ojos están cerrados y él está recostado sobre mi almohada, duerme tan tranquilamente que parece un ángel.

Saco mi ropa del closet rápidamente y vuelvo al baño para cambiarme rápidamente. Sería bueno que los chicos no tuvieran que regresar tan rápido a Sydney, pero bueno, ya todos vamos a perder un lunes de clases.

Me desenredo el cabello y después me hago un chongo sencillo. Salgo y Ashton ya está despierto, está poniéndose aquella cosa alrededor de la cabeza que usa frecuentemente... una bandana. Camino hasta él y me sonríe.

—Buenos días, _____.

—Hola Ash —sonrío—. Francamente me gusta mucho la bandana que te has puesto hoy.

—No seas mentirosa —ríe—, siempre las has odiado.

—Cierto, pero quería ser cortés. No quiero que se vayan.

—La hemos pasado muy bien, pero el deber nos llama. Ya falta poco para la graduación, espero que puedan ir —sonríe e inmediatamente recuerdo el día que lo conocí.

—Espero que no se crucen con las graduaciones de aquí —suspiro.

—Bien, eso sería un problema, grande, linda —murmura Calum con la voz aún un poco adormilada y levanta la cabeza—, si quieres ser perdonada por irte sin decir nada, debes ir a ver a tus mejores amigos en su graduación.

—Prometo ir si no se cruza con las graduaciones de aquí —sonrío—, me mandan un mensaje con la fecha y todo eso.

—Hecho —murmura Michael—. Hola Cal.

—Hola Mikey —ríe.

—Hola Ash.

—Hola Michael.

—No me gustó tu saludo —murmura y le da un almohadazo.

— ¡Michael! —grita Ashton y empiezan su pequeña guerra de almohadas.

Luke sale de mi habitación y se une golpeando a Calum, espero que estos chicos no maduren jamás. No puedo parar de reír y mi corazón se hincha irremediablemente al ver feliz a Luke, parece que estoy logrando mi objetivo y todo va a cambiar para él. Estoy feliz por el chico al que quiero, estoy feliz por nosotros.

Two of You; Luke Hemmings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora