La escasa luz de luna que entra por la ventana de la habitación baña su rostro resaltando sus mejillas, sus ojos están cerrados y sus largas pestañas acarician finamente sus pómulos que permanecen sonrosados, es la segunda vez que la observo dormir y me lleno de una paz interior que no se puede comparar con ninguna otra cosa en el mundo. Su pecho sube y baja lentamente, al compás calmado de su respiración. Es la primera vez que tengo a una chica en esta cama y no puedo dormir, ella me quita el sueño de una forma inexplicable, literalmente. Miro el reloj despertador que tengo en la mesita de al lado y me doy cuenta de que son casi las tres de la mañana, a éste paso me voy a estar durmiendo en las clases. Suspiro y recargo mi cabeza en la almohada, procurando estar lo más cerca posible de ella, pongo una de mis manos sobre su cintura, muy despacio para no interrumpir su sueño y después cierro los ojos.
En ese justo instante el teléfono fijo comienza a sonar, Dios. Salgo de la cama sin hacer mucho alboroto y camino descalzo hasta la sala. El identificador de llamadas me alerta de que posiblemente recibiré algunos insultos de mi madre.
—Bueno... —murmuro y me dejo caer en el sofá.
— ¿Qué demonios le has metido en la cabeza a tu padre? —grita.
—Nada, yo...
— ¿Cómo es que sabe que tengo contacto contigo?
—Entonces es cierto que él no lo sabía —asiento y aprieto los ojos.
—No... Eh... ¿por qué has hablado con él?
— ¿Por qué no sabía que hablábamos? —pregunto, estoy fastidiado de todo esto.
—Él no tenía por qué saberlo, le vas a llamar de nuevo y le vas a decir que todo lo que le dijiste de mí era mentira, ahora parece que él me odia...
—Lo siento, mamá, no voy a hacerlo —murmuro y cuelgo de inmediato.
No pienso volver a caer en el juego de mi madre, no pienso tampoco mentirle a papá ahora que las cosas parecen comenzar a arreglarse con él... esto no se trata de mi mamá, o de Axel como ella ha creído siempre. Se trata de mí, únicamente quiero poder dejar todo atrás.
Sus manos se posan sobre mis hombros y sonrío inmediatamente, no sé cuánto tiempo llevo aquí sentado y a decir verdad los parpados me pesan demasiado y mi cabeza se queja del cansancio con leves punzadas rítmicas. Sus labios besan muy tiernamente mi cabeza y me levanto del sofá.
— ¿Qué tienes? —pregunta, con voz adormilada.
—Nada —suspiro—. Vamos a dormir.
—Luke... —insiste.
—Me llamó mi mamá hace un rato.
— ¿Y?
—Y amo que te preocupes por mí —sonrío y la sorprendo cargándole sobre mi hombro.
— ¡Luke! —grita, llena de alegría.
La dejo cuidadosamente sobre la cama y después me subo a su lado, prendo la lámpara que está sobre el buró y la observo, su sonrisa tan linda y única me hace sentir tan afortunado de poder tenerla aquí, es ella la que me ha cambiado la perspectiva de mi vida.
—Por un momento pensé que nos caeríamos al suelo —ríe.
—No te dejaría caer —sonrío y acaricio su mejilla.
— ¿Qué quería Liz? —murmura y parece incómoda por sacar eso a tema.
—Parece que ha tenido problemas con mi padre después de que hablé con él.
— ¿Y?
—Me dijo que volviera a hablar con Andrew y que le dijera que todo lo que dije sobre ella era mentira...
— ¡No lo hagas! —exclama.
—No lo voy a hacer —sonrío y la abrazo.
Ella se acerca más a mí, recargando su cabeza sobre mi pecho, por un momento me siento nervioso, más de lo normal. Coloca su mano sobre mi abdomen y se aferra delicadamente a mí. Mil y una cosas pasan por mi cabeza en este momento, ¿cuándo cambió tanto mi jodida vida?
—Duerme —susurra—. Duerme y no me sueltes.
—Claro que no, guapa —respondo y suspiro.
Y la respuesta a aquella pregunta resulta muy obvia: Mi vida cambió cuando ella se desmayó frente a mí.
~~~~~©~~~~~
El despertador suena de una forma estrepitosa y me cubro con las cobijas hasta la cara. Ella no está. Saco una mano y golpeo aquel aparato para que deje de provocarme más dolor de cabeza. La puerta de la habitación se abre y me destapo de inmediato.
Se ha bañado, está linda y fresca y lista para ir a la escuela. ¡Diablos! ¿Qué hora es?
—No te asustes —sonríe y camina hacia mí—. Sólo son las 6:30. Si te apuras seguro podemos desayunar juntos antes de salir a la Universidad.
—Lo único bueno es que mi primera clase es a las ocho —suspiro y me levanto.
—Buenos días —susurra antes de unir sus rosados labios con los míos.
—Son buenos ahora, guapa —sonrío—. Voy a ducharme rápido, ¿a dónde quieres ir a desayunar?
—Ya preparé algo —sonríe—, aunque debemos comprar algunas cosas más.
—Claro —asiento—, podemos pasar al salir de clases.
—Bien, apúrate... guapo.
Sonríe toda coqueta y hermosa y después sale de la habitación. Me gusta despertar y que lo primero que vea sea ella. Corro rápidamente a la ducha, ansioso de que me queden aunque sea unos minutos libres para poder pasar a dejarla a su edificio antes de tener que ir a clases.
Al salir me visto rápidamente utilizando unos jeans negros que para mi sorpresa no están agujerados, una playera sin mangas de una banda que me gusta mucho: “Misfits”. Salgo de la habitación dando trompicones al intentar ponerme los calcetines y los tenis mientras camino. La encuentro en la cocina, se ha recogido el cabello en una coleta y se ve preciosa.
—Vaya que eso es rápido —sonríe.
— ¿Sí? —cuestiono, mirando lo que ha preparado.
—Hice un poco de jugo de naranja —sonríe—, encontré huevo, queso y jamón en el refrigerador, espero que no te moleste.
—Claro que no —respondo y beso su mejilla—. Desde que aceptaste vivir conmigo, todo lo que hay aquí es tuyo también.
—Gracias, Luke —sonríe—. Ahora hay que darnos prisa.
—Claro, guapa —guiño y nos sentamos a desayunar.
—Voy a decirle a Hannah lo de Mateo —murmura sin mirarme.
—Está bien —asiento—, sólo no dejes que sus problemas se vuelvan los de nosotros.
—Tienes razón, lo siento.
—Vale, vamos a la escuela.
Ella se levanta y el ayudo a recoger los platos, vamos rápidamente a lavarnos los dientes y cuando ambos estamos listos, cojo su mochila y la mía. Va a ser un buen día.
ESTÁS LEYENDO
Two of You; Luke Hemmings.
FanfictionAmar a veces es más difícil de lo que podría parecer. Te acostumbras tanto a una persona que sientes que el mundo termina si algo le sucede. Así que... ¿Qué pasa cuando el destino se ensaña contigo y aplasta tu historia de amor? ¿Qué si te convences...