CAPÍTULO 72. ||FINAL||

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||LUKE||

Sus padres me miran casi con odio y supongo que ellos piensan que ____ está así por mi culpa, quizá sí sea cierto. Si yo no me hubiese marchado de la casa de Calum quizá ella y yo ahora estaríamos juntos. Miro el reloj una vez más, ya casi son las tres de la tarde, poco más de doce horas desde que la ingresaron a urgencias después de haber tenido aquel horrible accidente y aún nadie ha salido a darnos noticias suyas.

Todo esto es muy jodido y me llena de un dolor desconocido y espantoso. No puedo imaginar mi vida sin ella. De tan sólo pensarlo se me llenan los ojos de lágrimas.

Los chicos y las chicas están aquí. Ellas tienen los ojos rojos e hinchados de tanto llorar. Los chicos no tanto, según me han dicho están conteniéndose para mantener tranquilas a las amigas de _____. Wesley y su hermano se aparecieron por aquí hace un rato, se enteraron porque la noticia salió en la televisión.

Del malnacido que arrolló el coche de ____ se sabe que sigue retenido en la estación de policías, un amigo del padre de ____ está haciendo todo lo posible para que no salga de prisión nunca, conociendo a su padre estoy seguro de que lo logrará.

No siento nada además de un terrible miedo. No creo ser capaz de escuchar que ella no me verá más o que no me sonreirá... no puedo ni siquiera imaginarlo.

— ¿Quieres que te traiga un café? —pregunta mi padre.

—No, gracias.

—Debes comer, Luke —reprende.

—Cuando haya noticias de ____, lo haré —suspiro.

—Bien, ahora vuelvo.

—Gracias, papá —suspiro.

Mi madre no se ha aparecido por aquí y la verdad, ni siquiera me parece extraño.

El ambiente de hospital me desquicia demasiado, me siento hasta mareado.

El doctor Greisen, que está a cargo de ____ sale empujando aquellas puertas de vaivén que separan la sala de espera de los quirófanos y de cuidados intensivos. Su bata blanca está impecable pero en su mirada destella en cansancio.

—Familiares de ____ Timber —murmura.

Todos nosotros nos levantamos al mismo tiempo, como si hubiesen oprimido un botón para aquella acción. El doctor nos mira a todos con la sorpresa plagando su cansada mirada y después asiente con un poco de resignación.

—Ella tuvo un paro hace rato... prácticamente la perdimos por unos... seis segundos, pero logramos estabilizarla de nuevo.

— ¿Qué? —Espeto—. ¡Dios...!

—La paciente está estable ahora —murmura ignorando mi arranque—, pero tememos que entre en coma por el daño que ha sufrido. Sus signos vitales son casi normales y hay esperanzas —suspira.

— ¿Puedo verla? —pregunto.

— ¿Tu eres?...

—Su novio —suspiro.

—Por ahora no —responde—. Sólo sus familiares más cercanos.

Me resigno. Maldita vida. Sólo quiero verla unos segundos y acariciar su mejilla con mis labios, quiero sentir que ella sigue viva, conmigo, porque hay un feo presentimiento que aplasta mi pecho como una bola de demolición.

Two of You; Luke Hemmings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora