¿Y si te digo que me enamoré de ti?

Capítulo LVIII

Le ayude a juntar todas la fotos, pues no quería que se perdieran, y si algún maestro nos veía, probablemente las tiraría a la basura.

Mientras juntaba algunas y las apilaba en mi mano, me le quedé viendo a una en especial.
Una en la que Charly me besaba la frente en el jardín de su casa.
Charly me tomó de la cintura por atrás, viendo que estaba concentrada en la foto.

--¿Te gustan?.
--Me encantan. Todavía no entiendo como las tomaste.
--No lo entiendes, porque yo no lo hice. Ángela las tomó todas. Tiene una cámara pequeña, y le gusta sacar fotos de las cosas que la inspiran.
Me ha dado las fotos desde el día en el que fuiste a casa. Me dijo que las guardará para mí, o para una fecha especial.

Y ahí entendí algunas cosas.
Las veces en las que Ángela interrumpía en nuestras pláticas, la sensación de sentir que alguien nos vigilaba, aquella puerta que se abrió la noche ella que entré en la habitación de Charly.
Había sido ella quien había ayudado a su hermano, y todavía no terminaba de entender porqué lo hacía.

--Tendré que agradecerle por esto. Es hermoso.
--No tienes que hacerlo, a ella no le gustaría.
Lo hace por pasar en rato, y en cierto punto por molestarme.
--Son magníficas-- dije al recorrer todas las ya tenía en las manos.
--Y son todas tuyas.
--¿De verdad? ¿Puedo quedármelas? 
--Sí, puedes hacerlo. Yo tengo unas en casa, una copia, pero estas son tuyas, puedes hacer lo que sea con ellas.

Me quedé callada por un momento, imaginaba donde las guardaría.

--Gracias por hacer todo esto por mi Charly-- me liberé de sus manos en mi cintura y lo abracé ligeramente.
--No agradezcas mi muñequita linda. Merecías esto y más.
--Esto de hecho, es más de lo que verdaderamente merezco. Te he hecho sufrir tantas veces que debería de ser tu enemiga en lugar de tu novia.
--Tu no me has hecho sufrir… Bueno, solo hoy. Casi me da un paro cardíaco al sentir que me rechazarías-- sonrío.
--Créeme que esa no fue mi intención. Me quedé en blanco, no supe que hacer y lo único que se me ocurrió fue hacer eso.
Perdóname.
--Te perdonó solo por ese beso-- Charly se relamió los labios. --¡Qué bárbara mujer! Te voy a pedir más seguido que seas mi novia.

Sonreí al ver sus acciones, se veía lindo, muy lindo.

--Pues… creo que no estaría nada mal que lo hicieras.

Los dos reímos.
Charly me beso unas cuantas veces más, recogimos todas las fotos y las metimos en mi mochila.

El timbre sonó, las clases habían terminado, podíamos volver a casa por fin… aunque no lo haríamos.
Esta vez, Charly y yo saldríamos a celebrar.

Mis papás estuvieron de acuerdo en que yo llegará un poco tarde va casa, no se opusieron a pesar de que no les conté lo que me había pasado.

Subí en el auto de Charly, y este, como si quisiera retarme, puso de nuevo la canción, nuestra canción.
Respondí a su reto, y lo besé de nuevo de la misma manera en la que lo había besado en ese momento, en el que había escuchado esas palabras que nos describían a la perfección. Hasta provoque que se levantará un poco de su asiento para pedir más de mi, aunque yo paré.

Sonrió al ver mi atrevimiento, se puso sus gafas de sol, y arrancó el auto a donde quiera que quisiera ir conmigo.
Salió disparado de la salida el estacionamiento de la escuela, se dirigió por algunas calles de Puerto Estela, las cuáles había recorrido algunas veces, pero solo en taxi, nunca las había visto de tan cerca.

Charly estacionó el auto enfrente de una plaza comercial.

--¿A dónde vamos Charly?-- pregunté confundida.
--¿Ves aquel lugar donde dice café-karaoke?--Charly señaló un establecimiento que estaba en la segunda planta.
--Lo veo.
--Pues ahí iremos. He escuchado buenas opiniones del lugar, y las reseñas en internet son buenas. ¿Te parece bien mi muñequita?.
--Me parece bien niño lindo-- sonreí de una manera extraña. Hoy no controlaba mis acciones.
--Como amo cuando sonríes así. Me dejas saber lo mucho que te gusta que te diga esas cosas.