Capítulo XX

247 17 15
                                    

Seguimos por las calles de Puerto Zafiro con la música alta.
Aunque yo estaba un poco seria Charly no notó lo que había pasado. Seguía moviendo la cabeza la ritmo de la música.

Yo me relajé, no dejaría que lo que acababa de pasar me arruinara el día.

Charly bajó la velocidad.
Más adelante había una casa repleta de jóvenes, sonaba la música muy fuerte.

Sin duda era la fiesta de la que todos hablaban en la escuela, la famosa fiesta de San Valentín. Dónde aseguraban que habría mucho que tomar y una que otra cosa ilegal, además que el tema no era muy sano.
En esa fiesta habría muchas parejas, y seguramente las habitaciones de aquella casa serían ocupadas.
Además que el anfitrión no era un santo, Yovanny Torres, un chico rico que se decía que hacía las mejores fiestas. Vamos, creo que era el chico perfecto para esas cosas, era el más popular de la escuela, capitán del equipo de golf, (eso sí era raro) y se decía que tenía una chica a diario.
Era el típico chico de dinero, por el cual todas se derretían, era algo moreno, usaba un corte de cabello extraño, tenía una media cola y lo demás lo tenía rapado, tenía los ojos café claro y era un completo tonto, siempre reprovaba las materias pero sus padres pagaban para que pasara de año, al menos eso decían; era un chico echado a perder.
Era como Samanta, pero en versión hombre y con ya saben que.

Charly bajó la música y aparco en la acera de la casa. Yo no entendía por qué lo hacía hasta que vi salir de entre la multitud a Ángela.

Ella se acercó al auto junto a sus dos amigas, las tres llevaban un vaso en mano.

-- Hola hermano, Hola Jade.-- dijo Ángela dirigiéndose a cada uno respectivamente.
-- Hola Ángela.-- respondí yo de forma amable.
-- Hola hermana. Entonces... ¿Esta es la fiesta a la que le decías sana?.-- dijo Charly con tono severo.
-- Por favor no me regañes Charly. Sabes que me quiero divertir un poco, hace tanto que no iba a una fiesta.
-- No es regaño, pero sabes bien que estas fiestas no son sanas, siempre ocurre algo malo en ellas. Está bien que te diviertas pero con mucho cuidado Ángela.

Me sentí incomoda, estaba enmedio de una pelea familiar.

-- Yo lo sé bien claro,  y sabes que yo sé cuidarme, no me pasará nada.-- dijo Ángela avergonzada.
-- Si te sabes cuidar tan bien. ¿Por qué tienes ese vaso en la mano?.
-- Es solo limonada, sabes que yo no tomó alcohol. Tiene una barra donde preparan bebidas, y también sin alcohol. Sabes que nunca rompería mi promesa.
-- No te creo. En esas fiestas es extraño que no sirvan alcohol, y sabe que otras cosas más.
-- Mira, aquí están las pruebas, créeme, por favor confía en mí. Sabes que no volveré a caer en esos pasos.-- ella le entregó el vaso a Charly, haciendo que le vaso pasará enfrente de mí.
Charly tomó el vaso y le dió un trago, después dijo:
-- Bueno, tienes razón, esto solo es limonada. Pero ten cuidado, y no tomes nada de lo que te puedas arrepentir.
-- Te prometo que no lo haré, sabes que no volvería a caer en esos malos pasos.
-- Está bien... Confiaré en ti. Pero mucho cuidado Ángela, no aceptes nada que te den y que no veas que lo sirvan. No se sabe con qué tipo de chicos se tope en estas fiestas.
-- Yo tendré cuidado hermano, yo sé todas los riegos que corro y los evitó.
Por cierto. ¿Se quedarán a la fiesta?.
-- Pues... No lo sé. ¿Te quieres quedar Jade?.-- Charly me lo preguntó en un tono que parecía que quería que le dijera que no. Incluso se rasco la mejilla con expresión desagradable.

-- Pues... A mí ni me gustan mucho las fiestas. Pero si tú te quieres quedar...

No termine nisiquiera de hablar cuando el ruido de una motocicleta captó nuestra atención.

Era Esteban y Samanta, que traían unas bolsas de plástico colgadas, seguramente eran botellas de alcohol, refuerzos para la fiesta.
Ellos dejaron la motocicleta en la banqueta. Todas las miradas se centraron en ellos.

¿Y si te digo que me enamoré de ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora