Capítulo IX

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Al llegar al parque me senté en una banca cerca de las gradas de la cancha de fútbol, frente a los juegos para niños.

Escogí unas cuantas canciónes para escucharlas, me propuse relajarme y tratarme de dar valor para acabar con todo en relación a Esteban, para poderle entregar la caja sin derramar ni una sola lágrima, aunque no estaba segura si lo podría cumplir.
Recordé cada una de las palabras me dijo en el almuerzo y me dolieron aún más, como si hubiera visto de nuevo ser pronunciadas por su boca; ya no era el mismo chico, lo desconocía totalmente, como si quién me hubiera echo todo esto fuera otra persona, la cuál no sentía absolutamente nada, como si estuviera vacía por dentro.

De repente un chico se acercó a mí, no me resultaba familiar. Él llevaba 2 conos de helado en sus manos, yo me le quede viendo. Era un chico alto, media como 1.80, era rubio obscuro, usaba el corte que estaba de moda, tenía unos hermosos ojos grandes que emanaban un color azul, pero no cualquier azul, si no uno muy lindo, vestía un pans gris junto con una camiseta negra y unos tenis deportivos, su camiseta estaba muy ajustada dejando en claro que él chico se ejercitaba bastante. La verdad es que estaba guapísimo.

Vi como sus labios se movieron pero no entendí nada, me quite uno de mis audífonos ofreciéndole una sonrisa mientras le decía:
-- Discúlpame, no he escuchado nada de lo que me acabas de decir.
Él sonrió levemente y me dijo.
-- Me he dado cuenta de que no has escuchado, pero está bien.
Desde hace rato que te estaba mirando, he visto que estás un poco triste... Y se me vino una idea muy loca de venir hasta aquí y regalarte un helado. Y pues... Aquí estoy.

Él chico me ofreció uno de los helados que llevaba en las manos.
Yo dude en tomarlo, no conocía al chico y nunca lo había visto, no sabía que intenciones tenía.

Él al ver esto dijo apenado:
-- Perdón, he sido un tonto. Claramente tú si le haces caso a tus padres, bien dicen: "No aceptes cosas a desconocidos". Eres una chica lista.-- hizo una pausa y siguió.-- Bueno, me presento, soy Carlos Nerron Castillo, pero mis amigos me llaman Charly. Y como lo notaras soy nuevo por aquí, nos acabamos de mudar a unas cuadras de aquí, en una casa azul. Así que no sé mucho del lugar.
Él puso los conos de helado en una mano y extendió la otra para saludarme.

Yo no le tome la mano, pero no quise ser descortés así que solo le dedique una sonrisa y dije en tono breve:
-- Mucho gusto Carlos.

Él chico parecía que captó la indirecta, de inmediato su semblante cambio por uno más serio. Se quedó un momento en silencio y después dijo:
-- Lo siento, de verdad no era mi intención molestarte. Entiendo... Mala idea darle algo a alguien sin conocerlo. Anotado y entendido.-- él dio la media vuelta y arrojo uno de los conos helado a un bote de basura.

Sentí un poco de remordimiento, por una parte por el pobre helado, se veía delicioso, no fue justo que lo tirará; y por el otro, él chico solo quería alegrarme un poco el día, era buena su intención. Tal vez yo era muy grosera, pero hoy no me sentía tan bien como para conocer gente nueva, pero...

Al fin de cuentas el chico se veía buena persona, me arriesgaría un poco, así que le dije:
-- Creo que se donde vives, una casa azul, muy grande, de cortinas beige, con un gran jardín y buen gusto en decoración, por cierto.

Él al escucharme se dio la vuelta para mirarme de nuevo, y al ver que le había hablado sonrió.

-- Perdón Carlos, no fue mi intención ser grosera contigo, pero es que no es muy normal ver por aquí que un desconocido se te acerque y te ofrezca un helado. Por favor discúlpame, mucho gusto, mi nombre es Jade.-- le sonreí y extendí la mano para saludarlo.

Solo paso una cosa en mi mente:
≤≤¡Qué haces, no cometas en mismo error! Deja que se valla. Déjal...
Vaya ya te presentaste, bueno, solo espero que no te arrepientas de lo que estás haciendo, no quiero verte sufrir de nuevo>>.

¿Y si te digo que me enamoré de ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora