El lunes por la tarde, después del almuerzo, Charly de nuevo, tuvo que salir de la escuela para ir a una terapia.
Me dijo que estaban en un lapso de tiempo intenso, en el que tenían sesiones a diario, pues eran las semanas críticas para la recuperación, las más importantes; y por ello, tenían que ir casi a diario a ese extraño consultorio, junto con su familia, o también el solo.
Aunque Charly seguía un poco raro, y no sabía cómo explicarlo.En fin...
Ese día el asiento que estaba a mi lado estaba libre en la clase de matemáticas, y el profesor había demorado un poco en la dirección, así que como acostumbraba, me puse mis audífonos y empecé a dibujar, mientras todo los demás animales salvajes hacían una fiesta, como si no les bastará ya con las del fin de semana pasado.Mi celular no dejaba de sonar, pues el caballero esmeralda me presionaba demasiado, aunque había tomado distancia desde que Charly y yo éramos pareja, no dejaba de decir que él me conquistaría, y que algún día me daría cuenta de lo bueno que era para mi.
Sonaba prepotente, pero no del todo. Me causaban una extraña sensación sus acciones, era extraño.Alguien gritó que el profesor venía por pasillo, haciendo que todos volvieran a sus lugares.
Me quite los audífonos y los guardé en mi mochila, y cuándo lo hice alguien del club de Samanta dijo que la chica que venía con el profesor estaba muy buena. Como siempre con sus vulgaridades.
Yo solo esperé a ver esa chica nueva, y saber en qué la pondrían.Todos se quedaron en silencio, fingiendo que así habían permanecido todo el rato.
El profesor entró a la aula de clases, y efectivamente, una chica lo acompañaba, y sí que era linda. Pero no era cualquier chica linda, si no que era Venus, la chica con la que me topé en el parque una tarde. Aquella chica de cabello obscuro y rizado, la morena. Llevaba un short un poco pequeño, la razón por la que los mastodontes de atrás dijeron esas cosas de ella.--Buenas tardes alumnos. Perdón por el retraso. Está muchacha que ven aquí será su nueva compañera, su nombre es Venus Ferrería. Espero que logren integrarla a su mundo, y que no sean maleducados con ella.
Y ahora, se sientan todos en sus lugares, por favor.Venus se quedó al frente, sonriendo a todo el mundo, se sentía insegura, podría apostarlo.
Todas los jóvenes se acomodaron en su lugar, pues algunos despistados no habían oído la advertencia de que el profesor venía por el pasillo, y no habían logrado sentarse en su lugar.
El profesor se quedó parado, viendo a sus alumnos, como si quisiera meterse en nuestras mentes y sacarnos información.Cuando al fin todos los alumnos lograron estar en su lugar, pude notar que el profesor no nos miraba con ganas de sacarnos nuestros miedos de la mente, si no que buscaba un lugar libre para sentar a Venus. Y solo había dos en el aula. Uno al lado de Donato, el chico pálido que me había reconocido la otra noche en la cafetería; y el otro asiento disponible estaba mi lado, en el lugar de Charly.
El profesor volvió a hablar, aunque esta vez no le costó tanto trabajo, pues todos los animales salvajes estaban en silencio.
--Bien… como verán su nueva compañera necesita un asiento, y solo hay dos disponibles. Así que ella se irá al de la banca de hasta en fondo, sé que el otro lugar vacío le pertenece al señor Charly, y que hoy no nos pudo acompañar por causas que no les importan. Pero bueno… señor Donato Crisento, tomé sus cosas y ocupé la cuarta banca de la fila dos. Me gusta tener a los nuevos alumnos más a la vista, así que intercambien lugares muchachos, que no tengo todo el tiempo del mundo como para desperdiciarlo con ustedes y sus tonterías.
Así que muévanse más rápido. ¡Vamos!.Y todos hicieron caso, como ovejas en el campo arrendadas por el campesino. Donato se cambió de lugar, y los dos chicos se movieron hasta el fondo.
A Donato se le apreciaba una cara no muy amigable, pues desde que recordaba haber visto a ese chico entre las sombras de las clases, siempre estaba hasta el fondo, muy alejado de los demás, y casi nunca participaba en clase. Era muy apartado, y lo habían puesto en el ojo del huracán, además de que ahora tendría al lado a una chica muy linda, y no cualquiera, si no la nueva, aquélla por la que todos los hombres se volvían amistosos y trataban de invitarla a salir.
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¿Y si te digo que me enamoré de ti?
Teen FictionTal vez ese día no debimos habernos besado, tal vez nunca debimos de sentir esto, aunque fuese el beso más maravilloso nos trajo tantos problemas, pero, no puedes cambiar lo que ya pasó, aquél día demostramos lo que callamos durante bastante tiempo...