Me estoy congelando. Llevo alrededor de 30 minutos caminando por Manhattan desde que salí de la estación del metro en busca del departamento de mi prima Mia y creo que ya me eh perdido, bueno, no lo creo, estoy segura de haberlo hecho porque ya eh visto la misma pastelería unas tres o cuatro veces. No es que no le haya llamado para que salga en mi encuentro, porque de hecho lo hice, al menos ya unas 15 veces y en todas fue directo a buzón; le eh preguntado a un señor que pasaba por la calle si iba en la dirección correcta y o bien no me entendió o andaba igual de perdido que yo y en la pastelería no puedo preguntar porque como no, ya está cerrada. Así que aquí estoy, son casi las 7:30 pm y estoy congelándome y rogando a todos los santos habidos y por haber que no me dejen caer porque a cada dos por tres, me resbalo y no es que eso sea una novedad, ya que independientemente de que haya nevado aquí yo me resbalo en cualquier tipo de piso y justo por esa misma razón tengo que mirar por donde camino.
Avanzó un par de cuadras más y es en ese momento en que mi celular suena, así que lo saco de mi bolsillo y veo que por fortuna es mi prima quién llama.
-¿Qué demonios, Mia? Llevo llamándote un montón de veces ¿por qué no entran las llamadas a tu celular?
-Realmente lo lamento Alex, voy saliendo a penas de la reunión, ha durado más de lo previsto y nos hicieron apagar los teléfonos para que no hubiera interrupciones, por eso hasta ahora eh podido llamarte ¿ya has llegado?
Mia trabaja como directora de fotografía en la producción de una serie televisiva, así que le creo cuando me ha dicho que salió tarde de una reunión. Hace mucho tiempo que no la visito y ella hace poco que se ha mudado, es por eso que no sé exactamente dónde vive ahora y como consecuencia, que me haya perdido.
-Aún no llego Mia -suspiro, cierro los ojos y me armo un poquito de valor para decirle lo siguiente, porque estoy segura que esto va a ser tema de burla para los siguientes días-. Para ser sincera, no sé si estoy en la calle correcta -le digo-. Me eh perdido desde hace unos buenos diez o quince minutos y por eso te eh llamado tantas veces.
-¿Que tú qué? -y por supuesto, se ríe con mi desgracia- Oh dios Alex, sólo tú puedes perderte aunque te den tan buenas instrucciones.
-Oye, que si de verdad hubieses ido a recogerme a la estación del metro como habíamos quedado, esto no hubiese pasado, en cambio, solo me mandaste rápidamente la dirección antes de entrar a tu reunión, esas fueron tus buenas instrucciones.
Imagino que en este momento acaba de poner los ojos en blanco, pero como sabe que es su culpa que yo me haya perdido, no intenta defenderse.
-De acuerdo. Estoy ya de camino a casa pero tardaré aun unos 20 minutos más en llegar -genial, sí moriré congelada en la calle, gracias Mia, serás también culpable de mi hipotermia-. Dime dónde estás o qué es lo que ves a tu alrededor para decirles a Matt y Alberto que vayan a encontrarte, ellos llegarán antes que yo porque han salido antes y a mí me ha entretenido mi jefe.
-¿Quiénes son Matt y Alberto? -le pregunto yo- ¿Y por qué tendrían que venir a encontrarme ellos?
-Ellos son compañeros del trabajo, de hecho son actores y si vieras la serie, los reconocerías. Y yo eh, como que olvidé decirte que te organicé una pequeña fiesta de bienvenida, es por eso que van a la casa y de camino pueden encontrarte y llevarte. Alberto trae llaves para que no esperen afuera, así que, ¿dónde estás?
La mato, de verdad que lo hago.
No me molesta el que haya organizado una fiesta, lo que me molesta es que no me lo haya consultado o al menos avisado unas horas antes. No estoy nada presentable para la ocasión ni para conocer a dos actores. No es que realmente importe mucho eso, pero vamos, que la primera impresión siempre cuenta. Llevo puestos unos jeans desgastados en las rodillas, unas vans, una blusa de tirantes bajo una sudadera y un gorro de lana porque era lo más cómodo para viajar tantas horas. Y como no quiero alargar más la plática por teléfono y congelarme por más tiempo, no le discuto nada por ahora y le doy las referencias que me pide.
-Está bien Alex, creo saber por dónde andas y realmente si te perdiste un poco, pero tranquila, ahora mismo les llamo a los chicos y pasarán por ti, no te muevas de donde estás. Te veo en unos minutos
Así es como termina nuestra conversación y como me eh cansado de caminar y estar de pie, coloco mis maletas recargadas en la pared más cercana y me siento sobre una de ellas, porque como dije, eh viajado y por lo tanto traigo arrastrando dos maletas conmigo y un bolso de viaje al hombro. Y mientras espero a que lleguen por mí, recuerdo cómo llegue hasta aquí.
Hace mucho no visitaba a mi prima, y ahora es más que una visita, estaré viviendo temporalmente con ella en lo que encuentro un sitio para mí y también mientras me adapto a la ciudad.
Yo no soy originaria de Manhattan, y tampoco de NY, en realidad no soy ni del país porque soy mexicana. Hace casi dos mes que mi madre murió de cáncer, y como nunca eh tenido buena relación con mi familia cercana, decidí mudarme, no es que no tenga a nadie más con quién estar y en realidad pude quedarme en mi antigua casa, donde vivía con mamá, pero mi hermana, que es un par de años mayor que yo, ha decidido quedarse con la casa, en palabras de ella, porque necesitaba un hogar para ella, su marido y la familia que están creando y claro, yo salía sobrando en su plan. Pude haberle peleado la casa porque mamá la dejó en herencia para las dos, pero honestamente yo ya no podría haber vivido más tiempo ahí, hubiesen sido tantos los recuerdos de mamá en sus últimos días que no lo hubiese soportado, a mi hermana nada de eso le importa porque ella no estuvo en sus últimos momentos con nuestra madre, pero yo sí. Mia al enterarse de lo de mamá y saber mi situación con mi hermana, me ofreció su casa y una oportunidad de empleo. Yo estudié Diseño gráfico y su jefe requería alguien para publicidad, así que me venía de maravilla el trabajo, así que sin más, dejé en orden mis cosas y asuntos en México, prepare mis maletas y me vine a NY.
A los 5 minutos de haber terminado la llamada con mi prima, se detiene un auto amarillo en frente de dónde estoy y puedo ver que vienen dos chicos en él.
-Hola ¿eres Alex, la prima de Mia? -me pregunta el conductor-.
-Ella misma. Imagino que ustedes son quienes ha mandado por mí, Alberto y Matt.
-Así es -me responde el copiloto, baja del auto y viene hacia mí mientras yo me levanto y tomo mi maleta-. Soy Alberto -me extiende su mano para saludarme y le respondo el saludo-. Será mejor que nos vayamos para que entres en calor, Mia dijo que ya llevabas mucho tiempo aquí en el frío y que probablemente ya estuvieras congelada.
Caballerosamente Alberto me ayuda con las maletas y las pone en la cajuela mientras yo subo al auto y segundos después él sube de nuevo al frente. Realmente agradezco que tengan prendida la calefacción, así puedo entrar un poco en calor mientras observo las calles que pasamos para saber qué tan perdida y lejos estaba de dónde realmente tenía que ir. No pasa ni un minuto cuando Alberto es quien habla.
-Mia nos dijo que estarías viviendo y trabajando con ella.
Pienso que a veces Mia puede ser una chismosa, pero claro, no se los digo.
-Sí, viviré en su casa y trabajaré dónde mismo que ella pero no con ella.
-Pensamos que también serías fotógrafa o estarías en su área. -dice, quién asumo, es Matt.
-No, en realidad soy diseñadora, estaré en publicidad pero igual sí estaré muy en contacto con su área de trabajo.
-Eso es genial -dice Alberto-. Esperemos que te agraden todos los del equipo de producción y que te acoples rápido a la ciudad.
-Gracias, también lo espero.
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Tu refugio. [A Primera Vista #1] (Matthew Daddario)
FanfictionEstuve en una relación de años en la que todo fue una mentira, menos el hecho de que yo sí me enamoré y pensé que ese era uno de los peores sufrimientos que viviría, hasta que desgraciadamente perdí a mamá hace solo unas semanas debido al cáncer. Ah...