37 Confrontación

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Son las 8:00 am y apenas estoy entrando a casa. Anoche me quede a dormir con Matt porque ya era algo tarde cuando llegamos y no quise lidiar con los reproches de mi hermana como si yo aún fuese una niña pequeña. Así que eso explica que ahora esté usando su ropa. Dormir anoche con él, fue como si no hubiese dormido y descansado en años; me siento tan relajada, descansada y feliz, que hasta siento que bien podrían salir arcoíris de mis ojos pero, todo se va a la basura cuando encuentro a dos personas dormidas en mi sala. Mónica sigue tendiéndome trampas y ha dejado que ellos duerman aquí sin mi permiso, seguro con el fin de que yo los conozca.

La mato. Bueno, la mataba si no fuera porque lleva en el vientre a mi sobrino. Eso la salva de que arremeta contra ella. Esto ya es el colmo total. Viene a NY diciéndome mentiras, y aun así, la dejo hospedarse en mi casa. Mi débil corazón no podía permitir que se quedara en un hotel o algún otro sitio estando ella embarazada. Y ahora esto. Tengo que respirar un montón de veces para tranquilizar la cólera que se está formando en mí. No es sano para nadie hacer corajes tan temprano en la mañana y en ayunas, mucho menos para mí que con solo un poco, Mónica puede provocar que mi sangre hierva en ira.

-Al fin llegas a casa -término de cerrar la puerta de la entrada porque apenas había dado dos pasos dentro de casa. Mónica se aparece frente a mí y ya comienza a regañarme-. ¿Crees que estas son horas de llegar? Y aparte de todo, vienes vestida con ropa de hombre.

-No estoy para soportarte ahora ni mucho menos para que te las des de mi madre y quieras sermonearme. Además, esta es mi casa y yo puedo hacer y llegar a la hora que quiera. Y dime, ¿quién mierda son y qué carajos hacen dormidos en mi sala?

-Ya te he dicho que no uses ese lenguaje conmigo Alejandra. Y haz el favor de bajar la voz que los vas a despertar. Son nuestros hermanos y no tenían dónde pasar la noche. Papá no pudo recogerlos anoche por la hora y decidí traerlos aquí.

-¿Solo así, sin consultármelo? -se encoje de hombros dándome a entender que le da lo mismo- ¿Quién carajos te crees que eres? El que seas mi hermana no te da ese derecho. Esta es mi casa Mónica, no la tuya -no bajo para nada el tono de mi voz, al contrario, creo que mi enojo hace que hable más fuerte-. Por lo tanto, no tienes ningún derecho de dejar que unos completos desconocidos se queden a dormir aquí. A ti te dejo quedar porque no es como si me hubieses dado alternativa. Pero esto ya es el colmo.

-No son unos completos desconocidos. Ya te he dicho, son nuestros hermanos. No entiendo esta actitud tan grosera y altanera tuya. Al parecer la fama ya se te está subiendo y no te está haciendo nada bien trabajar en ese lugar y vivir en esta ciudad. Lo mejor será que te regreses a México de inmediato. A Rogelio seguro no le importará que te quedes unos días en nuestra casa hasta que encuentres un trabajo y un lugar donde vivir allá -hago caso omiso de la posesión con la que pronuncio "nuestra casa", porque tal parece, ha olvidado que la casa donde vive es la que rechace como herencia que nos dejó mamá-.

-¿Estás escuchando todas las idioteces que salen de tu boca? -veo como las dos personas se van incorporando en los sofás porque con mis casi gritos, ya los he despertado-. No puedo creer lo prepotente que te has vuelto. Y no, no me voy a regresar a México y mucho menos contigo. Y quiero que ellos dos se larguen de aquí de inmediato. Suficiente tengo ya lidiando contigo como para a eso, sumarle dos personas más. Y si no quieres que te corra de mi casa antes de tu regreso a México, te recomiendo que no actúes como si fueras la maldita dueña de todo el jodido lugar que pisas ¿Está claro? -no soy una persona de decir muchas palabrotas, pero el enojo saca lo peor de mí y además siempre me ha gustado decirlas frente a Mónica para molestarla más-.

-Te estas portando como una imbécil conmigo y eso no te lo voy a permitir -ella ya tampoco puede mantener un tono bajo, y al igual que yo, prácticamente grita-. Mamá fue muy tonta al permitirte todos tus caprichos y siempre tenerte consentida como si te debiera algo. Te estás haciendo igual que ella y si sigues así, tu novio te va a abandonar como papá lo hizo con nuestra madre. Y bien merecido te lo tendrías como ella -no puedo seguir permitiéndole que hable así de mamá, una cosa es que me ataque y agreda a mí, pero no a ella, quien siempre estuvo para nosotras, nos apoyó, protegió y amó infinitamente, como para que Mónica le pague de esta manera-.

Tu refugio. [A Primera Vista #1] (Matthew Daddario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora