21 Consentida

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Mi alarma no deja de sonar, no me puedo mover y siento que Matt está pegado a mí como uno de esos chupones de silicón para el cristal, ya que para no lastimarme, se le ocurrió que era mejor acostarse detrás de mí y abrazarme de esa manera que si lo hacía de frente.

-¿Matt? -no me responde- ¿Matt? -sigue sin responder así que le doy unos golpecitos con mis pies a los suyos para ver si así reacciona-.

-¿Mmm? - es todo el sonido que hace y por imposible que parezca, se acurruca más a mí-.

-Matt, ya es hora de levantarnos. La alarma lleva ya un rato sonando y no la puedo apagar y además, necesito ir al baño.

-De acuerdo -quita con cuidado su brazo de mi cintura y se gira para apagar la alarma que ha vuelto a sonar y luego se levanta para estirarse-.

-¿Podrías ayudarme a levantar? Me he quedado entumida de dormir así toda la noche y no siento ya mi brazo.

-Oh, claro Alex -va al otro lado de la cama y con cuidado me toma en sus brazos y me ayuda a quedar sentada-.

-Gracias -pongo los pies en el suelo y luego me levanto y voy al baño-.

-¿Cómo te sientes? ¿Aún te duele? -me pregunta en cuanto regreso a la habitación-.

-Aún siento molestia, pero comparado con el dolor de ayer, hoy ya es mínimo.

-Es bueno escuchar eso ¿Quieres que te traiga tus pastillas? -niego-.

-Desayunaré primero, no me gusta tomar medicamento cuando estoy en ayunas.

-De acuerdo ¿necesitas que te ayude en algo más?

-No Matt, pero te lo agradezco. Puedes ir a arreglarte, si necesito algo, te llamaré -veo que tiene una especie de debate interno como si considerara el quedarse o irse-. Ve Matt, voy a estar bien -él suspira-.

-Está bien, pero no me tardaré. Y de verdad llámame si necesitas algo, no importa lo que sea, vendré corriendo.

-Lo haré -me acerco a él y pongo mi mano izquierda en su rostro y le doy un beso-. Ahora vete o se nos hará tarde.

Él me sonríe, me besa la frente y se va. Yo voy a mi armario a buscar qué ropa es la que usaré y que no se me complique ponerme. Me decido por un vestido sin cierre, sin botones, sin mangas y holgado, es en color vino y me queda más corto enfrente que atrás. Como puedo me desprendo de la ropa que llevo puesta y me pongo el vestido, luego me cepillo el cabello, me pongo unos vans negros y mis anteojos; luego voy a la sala a dejar mis cosas y a la cocina para buscar algo de desayunar.

Como Matt tardó más en despertarse de lo normal, no hay mucho tiempo como para ponerme a cocinar, así que solo saco un tazón y vierto cereal y leche. Cuando estoy por terminarlo, Matt toca a la puerta, así que voy a abrirle y veo que trae una bolsa consigo.

-¿Qué traes ahí? -le pregunto-.

-El desayuno. Son solo unos emparedados y unas malteadas. Pero tendremos que comerlos de camino porque ya es tarde.

-Me estas malcriando, Matt -le reprocho-. No tienes por qué hacer todo esto por mí.

-No, pero quiero hacerlo. Además ¿qué tiene de malo tener estos detalles con mi chica? -sonríe ampliamente-.

-Oh, y ¿dónde está? Aquí solo estamos tú y yo -bromeo con él-. Que yo sepa, aún no soy tu chica.

-Tú misma lo has dicho. Aún -me guiña un ojo y sigue sonriendo-. Anda, ve por tus cosas para que podamos irnos.

Pongo los ojos en blanco pero también sonrío. Voy por mis cosas al sofá y luego nos vamos para el estudio.

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Tu refugio. [A Primera Vista #1] (Matthew Daddario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora