47 Hollywood

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Después de levantarnos temprano para ir a correr y regresar para darnos una ducha, Matt tuvo la grandiosa idea, y en verdad lo digo sin sarcasmo ni nada, una grandiosa idea, de ir a bucear; así que fuimos a investigar con algunos habitantes de por aquí cerca si conocían un sitio para poder hacerlo, y después de 40 minutos, al fin dimos con un buen lugar y contratamos un paquete.

-Ves, ahora ni siquiera estás nerviosa con la idea de entrar de nuevo a nadar. Ya le has perdido el miedo.

-Me siento un poco más segura ya nadando pero aún no del todo -estamos terminando de ponernos el equipo que nos proporcionaron-.

-Pues estoy seguro de que va a ser estupendo y te va a encantar cuando estemos a metros de profundidad en el mar. Trajiste tu cámara ¿cierto?

-Si. Ya deberías saber que es una extensión de mí y que no salgo sin ella.

-Cierto, ni debería haberlo preguntado -me sonríe y termina de ponerse su equipo-. Creo que nunca me había sentido tan apretado en mi vida -se ajusta la licra que lleva puesta y yo me muerdo el labio para no soltar una carcajada con ese comentario-.

-Sí, bueno, yo tengo los pies del tamaño de los zapatos de un payaso y no ando de presumida -le respondo en cuando me recompongo-.

-Bien, solo necesitan ponerse esto y podemos lanzarnos al mar -nos informa el instructor que nos tocó-. Ya aprendieron bien cómo deben lanzarse ¿verdad? -ambos asentimos y nos ponemos los googles que nos dio-. Entonces listo. Disfruten de las vistas.

Tal como antes nos habían indicado, nos lanzamos al mar y nos sumergimos en la profundidad. La vista es asombrosa, hay una multitud de colores y texturas, hay muchos peces, corales, piedritas y demás, y estoy segura de que si no fuera por el oxígeno que estoy recibiendo por la boca, bien podría estar mirando todo con expresión asombrada. Matt no suelta mi mano en ningún momento a menos que sea necesario, como cuando sacamos fotos o tenemos que nadar un poco para dirigirnos a otra parte.

Realmente pierdo la noción de cuánto tiempo estamos bajo el mar pero hace que me olvide por completo de todo lo malo que me ha sucedido en estos últimos meses, así que me dejo llevar y lo disfruto muchísimo. Uno de los tatuajes que tengo es una sirena, aunque tiene un par de rasgos de unicornio, y por tonto que parezca, aquí, a metros de profundidad del mar, me siento como una de ellas y descubro que sí, que Matt tenía razón y eh perdido el miedo a nadar y ahora es como si fuese algo completamente natural para mi cuerpo el hacerlo.

Cuando emergemos a la superficie y el instructor nos permite quitarnos el oxígeno y los googles, me lanzo de inmediato a los brazos de Matt y le lleno la cara de besos para al final, centrarme en sus labios.

-Te gustó -lo dice como afirmación y no como pregunta mientras me sujeta con un brazo por la cintura y me mira con una sonrisa-.

-¿Bromeas? ¡Me encantó! Ha sido una de las cosas más increíbles que he hecho en toda mi vida. En verdad no puedo describirte cómo me siento ahora. Gracias.

-Ha sido fantástico -dice tras darme un beso en la sien-. ¿Por qué me agradeces? ¿Te alegras de haber aprendido a nadar?

-Absolutamente. Gracias por haberme enseñado. Y te agradezco porque de no ser por ti, esto nunca me hubiera pasado.

Después de otro beso, nos acercamos a la lancha y nos ayudan a subir y comenzamos a quitarnos el equipo que nos proporcionaron.

Una hora después, ya estamos de regreso en casa y nos preparamos algo para almorzar porque para bucear, nos hemos ido en ayunas para no perder más tiempo. Matt habla con sus papás para saber cómo están y al final me dice que me mandan saludos; yo recibo un texto de Alexandra para avisarme que esta tarde viene a visitarnos y que traerá consigo una amiga y cosas para preparar brochetas además de varias bolsas de bombones.

Tu refugio. [A Primera Vista #1] (Matthew Daddario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora