55 Extrañar

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-No sé si pensar que esto es patético por dejar que me arrastraras contigo a esta locura, o si es gracioso y a la vez penoso por la escena que representamos justo ahora, o pensar que esto es de alguna manera romántico por lo que significa esto.

-Creo que es un poco de todo. Aunque tienes que admitir que esto es ingenioso.

-Ingenioso y demasiado llamativo. Estamos atrayendo la mirada de todos en el aeropuerto.

-Sí, pero estoy segura que ya quisieran que a ellos los recibieran así.

Para mi propia sorpresa, dormí toda la noche como un bebé, y si no es porque Rose fue a despertarme, hubiese seguido dormida por más horas. En cuanto puse un pie fuera de la cama, corrí a ponerme unos jeans negros de cintura alta, un crop-top rojo de manga a 3/4 y unas plataformas negras; luego corrí al baño, me cepille la boca y el cabello, me puse mis lentillas, me hice una coleta alta y regresé a mi habitación por la mochila que afortunadamente se me ocurrió preparar anoche con las cosas que siempre cargo conmigo.

Eran las 11:15 am cuando Rose y yo abandonamos el edificio en el auto de Matt y nos dirigimos a Central Park para que ella pudiera reunirse con su amiga. No llegamos justo a tiempo porque tuvimos un retraso de unos 10 minutos pero, afortunadamente, la chica la esperó sin ningún problema. Rose hizo las presentaciones correspondientes y también conocimos a la mamá de Pamela, porque así es como se llama la niña. Coincidentemente son de Queens, porque tras platicar unos minutos, surgió el tema de la hora en que vendría por Rose y la señora muy amablemente se ofreció para llevarla hasta allá, así que nos pusimos de acuerdo en el lugar en el que nos encontraríamos y ya sólo Rose me confirmaría la hora.

En mi camino al aeropuerto, se me ocurrió la idea de comprar unos moños de tela súper grandes para que Mia y yo nos los pusiéramos en la cabeza y así ser los regalos de bienvenida de nuestros chicos. Aproveché también para comprarme algo de almorzar y así no andar gruñona cuando lo viera, pero como el único sitio cercano de comida era uno de cosas veganas, pues me compré un batido y un burrito de falafel. Luego me fui lo más rápido y cuidadosamente que pude hasta el aeropuerto para encontrarme con Mia y esperar a los chicos.

-Creo que ahí vienen.

Levanto la mirada, porque estaba reacomodándome la blusa, y cuando lo veo, siento a mi corazón acelerarse y querer salirse de mi pecho. Nuestras miradas se conectan y es como si el mundo a nuestro al rededor desapareciera. Automáticamente ambos sonreímos como Cheshire y puedo jurar que toma todo y más de mí el mantenerme en mi sitio y no salir corriendo y aventar gente que se interponga en mi camino para llegar hasta él. Aunque bueno, creo que Mia no tiene tanto autocontrol como yo, porque ella no se contiene, y sin querer, me da un empujoncito mientras corre hacía Alberto que la espera con los brazos extendidos.

Em y Dom son los primeros en llegar conmigo, así que nos saludamos con un gran abrazo, incluyendo en el de Dom que me levante un poco del piso.

-¿Y para mí no hay nada?

Volteo hacía Matt que ahora me mira con el ceño fruncido. Le doy una mirada de disculpa y luego lo abrazo con todas mis fuerzas mientras escondo mi rostro en su pecho. Es tonto que lo haya extrañado tanto porque prácticamente hablamos a diario y tuvimos un par de veces una video-llamada, pero no puedo evitar sentirme completa al estar de nuevo con él y poder tocarlo otra vez.

La gente pensaría que estoy acostumbrada al abandono o algo por el estilo, por aquello de mi padre, la muerte de mamá y el que mi propia hermana me haya dado la espalda junto con mi demás familia -a excepción, claro, de Mia, Sofí y sus papás-, pero no, no puedo acostumbrarme a ello y tampoco quiero creer que estoy destinada a que este tipo de cosas me pasen. La cuestión es que Matt se volvió un constante en mi vida y como dije, este es el período más largo que pasamos uno sin el otro, así que creo totalmente que aunque sea tonta mi reacción, es completamente lógica y natural.

Tu refugio. [A Primera Vista #1] (Matthew Daddario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora