12 Daddarios

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Cuando me despierto, me siento caliente por todas partes, en el buen sentido, claro, pero es que de verdad tengo calor y no es por las cobijas que me tapan. Cuando logro abrir los ojos y acostumbrarme a la luz, veo a Matt literalmente dormido sobre mí, bueno, casi. Tiene su cabeza en el hueco de mi cuello y hombro, una de sus piernas sobre las mías, y uno de sus brazos rodeándome por la cintura. Debió quedarse dormido casi al mismo tiempo que yo o un poco después de eso y no es que me queje, como que me gusta tenerlo aquí y así.

Muevo una de mis manos -la que no está aprisionada entre su cuerpo y el mío- y muy cuidadosamente le peino un poco el cabello y por increíble que parezca, se acurruca otro poco contra mí. Pero no todo es bello y mágico porque un par de minutos después suena la alarma de mi celular, así que como puedo -porque Matt aún me tiene abrazada-, estiro mi mano hasta la mesita de noche y la desactivo.

-Dime que no es verdad que ya es la hora de levantarnos -me dice con la voz un poco ronca por el sueño-.

-Lo lamento, pero sí. Ya es hora Matt -no sé si el sonido que hace es un suspiro o un quejido, supongo que un poco de ambos-.

-Está bien. Hay que ir a trabajar -se quita de mi lado para luego colocarse sobre mí y me da un beso lento que me hace colocar mis brazos alrededor de su cuello-. Buenos días -dice cuando rompemos el beso y me sonríe-.

-Hola -respondo como puedo porque me ha dejado un poco atontada después del beso. Aunque en realidad causa ese efecto en mí cada que me besa-.

-Iré a alistarme. Paso por ti en 40 minutos. Iremos a desayunar antes de ir al trabajo -me besa la punta de la nariz y luego la frente y se levanta-.

-Puedo preparar algo aquí en casa -me incorporo un poco mientras hablo-. No es necesario que vayamos a algún lugar.

-¿Me prepararás el desayuno? -pregunta-.

-Anoche tú trajiste la cena, creo que es lo justo -me mira divertido-.

-De acuerdo, me daré prisa y regreso -asiento-.

-Llévate mis llaves, por si cuando regresas me estoy duchando no sea necesario que toques a la puerta y esperes. Están en el comedor -asiente y luego se va-.

Yo me tumbo en la cama porque esto aún se me hace muy irreal. Matt ha dormido esta noche conmigo, y aunque hemos salido pocas veces, las hemos aprovechado al máximo para conocernos más. Siempre es tan lindo, atento y caballeroso conmigo. No tengo que fingir ni ocultar nada cuando estoy con él; se preocupa por mí y está siempre pendiente de lo que necesito; el hombre es todo amor y romanticismo cuando está a mi lado. Y mientras hago recuento de todo esto, me he dado cuenta de una cosa. Creo que me estoy enamorando, y no tengo la intención de evitarlo.

Armándome de valor, me levanto de la cama y voy a preparar el desayuno, algo rápido, puesto que tenemos que estar en el trabajo en poquito más de una hora y cuando lo eh terminado, voy a darme una ducha. Al salir encuentro a Matt en la cocina, así que le hago señas de que me espere un momento y voy a cambiarme a mi habitación. Ya vestida y un poquito maquillada, me reúno con él y desayunamos. Al terminar, él insiste en lavar los platos porque yo eh cocinado, así que voy a reunir mis cosas y luego nos vamos para el trabajo.

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-¿Qué pasa, Alex? -me pregunta David en cuanto se me acerca- ¿Está todo bien? Luces como si quisieras llorar o golpear a alguien, no sé bien lo que es.

Estamos en un descanso de las grabaciones, ayer antes de irnos del estudio, nos avisaron que hoy tocaba rodaje en el exterior para casi la mitad del cast y que sería de noche y que la otra mitad tendría rodaje normal de día, así que me ofrecí en lugar de Mia a cubrir el rodaje de noche ya que la pobre tiene un resfriado gigantesco a raíz del fin de semana en que fuimos a acampar.

Tu refugio. [A Primera Vista #1] (Matthew Daddario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora